Un día después del terremoto de magnitud 8,1 que sacudió México el 7 de setiembre del 2017, el entonces ministro de Defensa, Jorge Nieto, anunció que el Perú contaría con un sistema de alerta temprana de sismos similar al que en dicho país dio a los ciudadanos casi un minuto para evacuar las zonas peligrosas.
Desde ese anuncio a la fecha, en el Perú se han registrado al menos 1.005 sismos y solo este año cuatro han sido de magnitud 7 o superior, de acuerdo al Instituto Geofísico del Perú (IGP). Sin embargo, el sistema prometido sigue sin implementarse.
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—Paso a paso—
¿Por qué la demora? El doctor Hernando Tavera, presidente del IGP, explica que la implementación del sistema de alerta temprana consta de cuatro etapas. La primera consistió en ubicar las zonas de mayor probabilidad de un sismo. “El IGP ha logrado decir, con informes técnicos, dónde se espera que ocurran los próximos grandes sismos. Esta etapa ya cumplimos”, explica a este Diario. La segunda es la instrumentación y también se ha avanzado, pero parcialmente.
A la fecha, se han implementado 47 acelerómetros en la costa, dos de ellos en las islas Hormigas de Afuera y San Lorenzo, frente a Lima, que se incluirán al sistema. Tavera señala que cuando se implemente se necesitarán más porque los actuales están “espaciados”.
Lo que sigue es determinar cómo la información que recojan los sensores llegará a tiempo a la población. Se proyecta colocar sirenas en 77 localidades del país.
El ingeniero Juvenal Medina, director de Preparación de Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), explica que junto al IGP está desarrollando el expediente técnico a nivel de ejecución del proyecto, conforme las exigencias del portal de inversión pública Invierte.pe. Completar esta etapa, sostiene, representa el 50% del proyecto.
También falta definir la financiación. Se estima que costaría S/60 millones, sin contar con el costo de los acelerómetros que hagan falta. Por ello, evalúan acudir al Fonden (Fondo para Desastres Naturales) o Pro Inversión para aplicar el mecanismo obras por impuestos. Las etapas faltantes son la implementación y educación.
“Esperamos cerrar el año con el expediente completo y la financiación. Tenemos el compromiso de llegar al bicentenario con el sistema funcionando”, indica Medina a El Comercio.
—Cada segundo cuenta—
Para entender la importancia de este sistema, pregúntese cuánto tiempo le toma abrir una puerta, bajar escaleras o apartarse de un techo peligroso. Probablemente unos segundos, pero lo suficiente para ponerse a salvo. La alerta temprana brinda entre 10 y 30 segundos, dependiendo de la distancia del epicentro.
Por ejemplo, si el sismo ocurre en las islas Hormigas de Afuera, a 60 km de la costa de Lima, la onda sísmica tardará 10 segundos en tocar suelo porque viaja a un promedio de 6 km por segundo. Sin embargo, el acelerómetro envía la información al IGP en tiempo real. A Ica, a 250 kilómetros de Lima, llegaría en 30 segundos. El tiempo de anticipación depende de la distancia.
¿Existe una alternativa similar para los sismos que ocurren dentro del continente? De acuerdo a Tavera, no. El sistema de alerta temprana no funcionaría ante un movimiento de magnitud 8 como el ocurrido el domingo 26 de mayo en Loreto. “En México, el primer sismo del 2017 fue advertido con la sirena, pero el segundo [ocurrido el 19 de setiembre] no porque el epicentro fue en el interior del continente con una profundidad de 100 km. Cada sismo tiene características especiales”, agregó.
Para el ingeniero Julio Kuroiwa si bien este sistema es importante, la clave para evitar pérdidas humanas es el conocimiento. Por ello explica que es importante reconocer los momentos del sismo.
Si entre el ruido inicial (onda P) y el movimiento (onda S) que genera el temblor “hay un tiempo menor de 15 segundos se trataría de un sismo de gran magnitud con epicentro cercano”, explicó el especialista. Saber esta información puede ayudar a evacuar con prontitud antes de una sacudida mayor.