“Resiste teatro” llevó a la televisión obras teatrales grabadas desde un estudio. Fue transmitido a través de Movistar Plus. (Foto: Movistar)
“Resiste teatro” llevó a la televisión obras teatrales grabadas desde un estudio. Fue transmitido a través de Movistar Plus. (Foto: Movistar)
Carlos Oré Arroyo

Como cada inicio de año los ánimos estaban por lo alto, anunciaba a este Diario su retorno a las tablas con “Buenos vecinos”, el Julieta presentaba “La eternidad en sus ojos”, el China National Theatre for Childen (CNTC) visitaría la capital con su aplaudida obra “Tres monjes”, se ponía en marcha el festival Temporada Alta de la Alianza Francesa y acababa de empezar el Festival de Artes Escénicas (FAE). Pero el virus que venía alterando la vida de la otra mitad del mundo, finalmente llegó a nuestro país.

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Tras el inicio de la cuarentena, los teatros anunciaban la suspensión de sus funciones, pero a medida que pasaban las semanas y la situación se complicaba, las obras empezaron a ser canceladas. Fueron varias las voces que se alzaron para señalarle al Ejecutivo que toda la industria cultural peruana estaba afrontando una de sus mayores crisis, pero mientras se esperaba la respuesta de las autoridades había que idear una manera de seguir trabajando. “He llegado a sentir que los artistas somos la última rueda del coche. No sé si la inacción del Ministerio de Cultura se debió a que todo esto los tomó por sorpresa, pero no puedo negar que sí hubo ciertas ayudas de su parte”, señaló la actriz y productora del Teatro de Lucía, Sandra Bernasconi, a El Comercio.

Martha Figueroa y Andrea Luna comparten créditos con Pietro Sibille y Bruno Odar en “Buenos vecinos”, la primera obra que Cattone dirigirá este 2020 en el Marsano.
Martha Figueroa y Andrea Luna comparten créditos con Pietro Sibille y Bruno Odar en “Buenos vecinos”, la primera obra que Cattone dirigirá este 2020 en el Marsano.
/ Renzo Salazar

La única salida

Las pantallas de los teléfonos y computadoras se volvieron los primeros grandes aliados ante el cierre de los escenarios. Poco a poco se empezaban a anunciar obras a través de diversas plataformas, siendo Zoom la más popular, pero hasta ahora la duda sigue vigente y no existe una respuesta definitiva: ¿esas presentaciones son realmente teatro? Es una respuesta desde las artes escénicas a la crisis, sin duda, pero para Sergio Llusera, director del Centro Cultural de la Universidad del Pacífico, ha sido más un acto de supervivencia. “Lo que hemos visto está más cercano a la performance. Hay una conciencia como de estar trabajando en un lienzo donde no puedes usar todo tu cuerpo”, agregó.

El dramaturgo Alonso Alegría, cuya obra “Bolognesi en Arica” se repuso de manera virtual por Fiestas Patrias, ha sido más duro respecto al salto del teatro a la pantalla. “En nueve meses no hemos encontrado una forma eficaz de representar por Zoom. No han terminado de entender que están en una plataforma totalmente distinta, no es un teatro y eso hace que se presente un producto totalmente artificial. He tenido que cruzarme con espectáculos simplones y chabacanos”, señaló.

A mediados de octubre, un nuevo aliado se sumó: la televisión. Movistar Plus agregó a su programación “Resiste teatro”, un programa donde no solo se presentarían obras filmadas desde un estudio, sino que se conocería más sobre la labor de todos aquellos involucrados en una producción teatral. El espacio sirvió para dar a conocer nuevos talentos nacionales como César Vera Latorre, quien ganó el concurso promovido por el programa, cuyo premio era producir una obra suya. La historia ganadora, “La vocación”, fue la encargada de cerrar la primera temporada el sábado 18 de diciembre.

Deudas saldadas

Diversos colectivos, compañías teatrales y teatros han buscado la manera de no perder el contacto con el público. Algunos utilizaron el archivo audiovisual de sus obras para generar ingresos mientras que otros, como el Gran Teatro Nacional, aprovechaban el presupuesto asignado por el Estado para impedir que su escenario se mantenga vacío. Desde ahí se filmaron presentaciones de todo tipo, siendo el más importante el Retablo dedicado a Chabuca Granda por el centenario de su nacimiento. Aunque estuvo marcado por la danza, sirvió como recorrido por la obra de la fallecida cantante.

Entre las obras más destacadas del año está el monólogo escrito por el mexicano Juan Villoro y protagonizado por Alberto Ísola, “Conferencia sobre la lluvia”. El éxito de la historia del solitario bibliotecario que pierde sus apuntes antes de brindar una charla seguramente recae en el hecho de que solo hizo falta un actor. Por suerte, no pecó de parecerse a una reunión de trabajo o seminario virtual como sucedió con muchas obras presentadas este año.

De otro lado, el toque musical estuvo a cargo de Stephany Orué quien encarnó a Selena Quintanilla en un tributo que apareció al mismo tiempo que la exitosa serie de Netflix.

Pero el teatro no solo se trata de las historias que vemos en el escenario. Detrás de ellas existen enormes equipos cuya labor y relevancia hemos podido conocer gracias a diversos proyectos que se han encargado de visibilizarlos. Desde el teatro La Plaza se puso en marcha Plaza Tomada, un espacio difundido a través de redes que analizaba diversos temas vinculados al teatro y a la coyuntura nacional de la mano de artistas y especialistas. Desde el podcast, resaltaron “Con las tablas en la cabeza” de Daniel Fernández y Daniel Mariani y “Primera llamada” del periodista Juan Diego Rodríguez. Ambos recurren a los principales exponentes de las artes escénicas para conocer y desmitificar su peculiar labor.

Podcast: Primera llamada. El periodista Juan Diego Rodríguez recurre a las figuras más relevantes de la escena teatral para conocer más de su oficio y los proyectos venideros. (Foto: Primera llamada)
Podcast: Primera llamada. El periodista Juan Diego Rodríguez recurre a las figuras más relevantes de la escena teatral para conocer más de su oficio y los proyectos venideros. (Foto: Primera llamada)

Nos despedimos de un año marcado por la incertidumbre, aunque todo indica que esta persistirá mientras la industria teatral no cuente con mayores libertades para satisfacer al público local. La fase 4 de la reactivación económica permite el retorno de actividades teatrales siempre y cuando respete el aforo al 40% en salas y 60% en espacio libre. Por el momento se siguen produciendo obras y festivales enteramente virtuales, lo que indica que el primer trimestre del próximo año no será muy distinto a lo que hemos estado viendo los últimos meses. Que la llegada del 2021 sirva para darnos un respiro y buscar fuerzas para seguir resistiendo.

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