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Recetas de la abuela, sabor carretillero e historias personales: A Comer presenta su nuevo libro recetario
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Recetas de la abuela, sabor carretillero e historias personales: A Comer presenta su nuevo libro recetario

Recetas de la abuela, sabor carretillero e historias personales: A Comer presenta su nuevo libro recetario

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Cuando Alexander Quesquén y Elías Valdez se sentaron a escribir las recetas de su nuevo libro, no estaban pensando en foodies, estrellas Michelin ni técnicas de fermentación avanzada. Estaban pensando en sus familias. En los domingos de aguadito y los desayunos en las calles de la ciudad. Así fue tomando forma el proyecto A Comer, cuyos videos en redes sociales mantienen como impronta una frase sencilla pero poderosa: cualquiera puede cocinar.

El resultado es “A Comer: 80 recetas con historias incluidas”, un libro donde cada plato trae un apellido, un barrio, una nostalgia. Desde el patachi serrano hasta recetas creadas junto a cocineros invitados, cada página combina instrucciones claras con recuerdos personales. Incluye 80 recetas, colaboraciones con diez cocineros, ocho anexos sobre ingredientes, productos de temporada y rutas para explorar la ciudad.

El libro será presentado mañana en la Feria Internacional del Libro de Lima, con prólogo de Gastón Acurio incluido. “Al comienzo me costó escribir desde la emoción”, reconoce Elías. “Pero después fluyó. Las recetas de la infancia salieron solas”. Entre las recetas que integran el libro —diez de ellas firmadas por chefs invitados de lugares como La Mar, Master Kong o La Nueva Palomino— se cruzan la técnica y el afecto, el dato preciso e historias. Todo está acompañado por fotos sin maquillaje, como la cocina que proponen. “Nos dimos cuenta de que los dos teníamos el mismo punto de partida: el mercado”, dice Alexander Quesquén.

Con 80 preparaciones explicadas paso a paso acompañadas de anécdotas personales, este libro muestra que cocinar no tiene que ser complicado ni intimidante. (Fotos: Fernando Sangama)
Con 80 preparaciones explicadas paso a paso acompañadas de anécdotas personales, este libro muestra que cocinar no tiene que ser complicado ni intimidante. (Fotos: Fernando Sangama)
/ Fernando Sangama

Cocinar sin pretensiones

A diferencia del primer libro, este segundo título apunta a una dirección más íntima. Si el canal digital les dio visibilidad, el papel les permitió la pausa: el espacio para contar lo que no se ve. “Es una recopilación de la información que fuimos adquiriendo a lo largo de los años —menciona Alexander—, pero también de aquellas experiencias que nos hubiera gustado tener, todo mezclado con aspectos personales de cada uno”.

Ese regreso a lo esencial parte de una premisa clara: no hay plato sin historia. Y la historia no necesita glamur. Basta con honestidad. “Nos sentamos a pensar qué recetas nos recordaban a nuestras familias, a la escuela de cocina, a los amigos”, cuenta Elías. Así salió, por ejemplo, el ají de gallina que ha ido perfeccionando por años. O el aguadito rojo que su abuela preparaba cada domingo, con una sazón que todavía persigue.

El segundo libro de A Comer se encuentra disponibles en la Feria Internacional del Libro de Lima 2025. (Fotos: Fernando Sangama)
El segundo libro de A Comer se encuentra disponibles en la Feria Internacional del Libro de Lima 2025. (Fotos: Fernando Sangama)
/ Fernando Sangama

A eso se refería Acurio cuando los llamó “cocineros sin pretensiones”. Para ellos, la sofisticación está en lo casero bien hecho. “Nuestra esencia es la cocina simple, de casa, que cualquiera puede hacer”, asegura Alexander. Eso no implica renunciar al reto. Al contrario: “Hicimos mollejas al vino por primera vez. Técnicas más avanzadas que las que solemos mostrar. Nos salió tan bien que entendimos que se puede explorar más sin perder la esencia”.

Lo suyo es una cocina sin miedo a equivocarse, pero también con ganas de avanzar. En paralelo al lanzamiento, Alexander y Elías ya piensan en el siguiente paso: un restaurante propio. La idea no es nueva, pero ahora sienten que ha llegado el momento. “La gente nos lo pide, y estamos armando un plan —menciona Alexander—. Y aunque sabemos que es un reto enorme, también es emocionante”.

Mientras eso se concreta, trabajan en relanzar su web y seguir generando contenido útil, cercano y responsable. Porque para ellos, la cocina es también una forma de devolver lo aprendido: enseñando, compartiendo, formando comunidad. “A Comer no solo somos nosotros. Es cada persona que cocina en su casa y que se atreve a quemar de vez en cuando la olla, para luego intentarlo una vez más”, concluye.