
El cometa interestelar 3I/ATLAS continúa acercándose a la Tierra y, gracias a ello, tanto la NASA como la Agencia Espacial Europea (ESA) pudieron obtener nuevas imágenes mucho más nítidas. Este objeto, descubierto en julio, es apenas el tercero proveniente de fuera del sistema solar confirmado por los científicos. Viaja a unos 210.000 kilómetros por hora y tuvo su máximo acercamiento al Sol el 29 de octubre, lo que aumentó considerablemente su actividad. Esto es lo último que se sabe.
A medida que se acerca la fecha de su mayor aproximación a la Tierra, prevista para el 19 de diciembre, las observaciones se volvieron más detalladas. Las agencias espaciales detectaron que su reciente paso por el Sol lo dejó especialmente brillante y activo, expulsando grandes cantidades de gas y polvo.
La NASA compartió una imagen tomada el 3 de diciembre por el telescopio Hubble, donde se aprecia claramente el núcleo del cometa y la coma, así como la nube de gas y el polvo que lo rodea.
Las nuevas imágenes también revelan un fenómeno llamativo: la presencia de dos colas. La ESA explicó que “no solo vemos con claridad el halo brillante de gas que rodea al cometa, conocido como coma, sino que también vemos un indicio de dos colas.
La ‘cola de plasma’ del cometa, formada por gas eléctricamente cargado, se extiende hacia la parte superior de la imagen. También podríamos estar viendo una ‘cola de polvo’ más tenue, compuesta por diminutas partículas sólidas, que se extiende hacia la parte inferior izquierda del encuadre”.


Esta doble estructura indica que el objeto está atravesando un periodo de intensa actividad mientras continúa su viaje.
Además de las colas, los astrónomos detectaron un comportamiento inusual que describieron como un “latido”. Nuevas observaciones revelaron chorros de gas y polvo que salen disparados en ráfagas rítmicas cada 16,16 horas, creando un brillo intermitente que aumenta y disminuye un 20 a 40% de manera repetitiva.
Este pulso llamó la atención porque algunos sugirieron que podría no tratarse de un cometa común; sin embargo, tanto la NASA como la ESA insisten en que se trata de un objeto natural y sin señales de vida extraterrestre.
Los científicos explican el fenómeno de forma sencilla: el núcleo del cometa gira una vez cada 16,16 horas y tiene zonas de hielo que, al quedar expuestas al Sol, se calientan y pasan directamente a gas, generando chorros que se liberan “como un reloj”.
El material expulsado puede alcanzar hasta 985 mph y viajar cerca de 15.900 millas, dando origen al pulso luminoso observado desde la Tierra.

Aun así, algunos investigadores consideran que el brillo es demasiado intenso para explicarse solo por el giro del núcleo. El científico Avi Loeb señaló que la mayor parte de la luz proviene de la gigantesca coma que rodea al cometa, no del núcleo oscuro.
Desde su perspectiva, si solo el núcleo estuviera generando los chorros, la gran nube debería suavizar esos destellos. Los cálculos sugieren que el brillo apenas debería variar un 5%, no entre 20% y 40%.
El astrofísico destacó otras anomalías en observaciones anteriores, aunque la NASA descartó completamente que se trate de algo no natural.
Los científicos descubrieron este “latido” utilizando telescopios terrestres y registrando los cambios en el brillo a lo largo del tiempo. La repetición exacta del ciclo fue reportada por primera vez en un estudio publicado en agosto de 2025.

Según estos datos, el pulso podría haberse mantenido activo desde que el objeto ingresó al sistema solar, mucho antes de su descubrimiento.
A pesar de las dudas planteadas por algunos expertos, las agencias espaciales reiteran que 3I/ATLAS no representa ninguna amenaza. Su máxima aproximación ocurrirá el 19 de diciembre, cuando pase a unos 270 millones de kilómetros según las mediciones de la NASA, o 170 millones de millas según otras estimaciones. En cualquier caso, seguirá siendo una distancia completamente segura.
Este acercamiento permitirá seguir estudiando al cometa y mejorar la vigilancia de objetos que podrían representar riesgos reales en el futuro.
Qué pasará el 19 de diciembre, fecha del máximo acercamiento a la Tierra del cometa interestelar 3I/ATLAS
El 19 de diciembre de 2025 será la fecha del máximo acercamiento a la Tierra del cometa interestelar 3I/ATLAS.
La importancia de este día radica en que será el mejor momento para intentar la observación de este viajero cósmico. Se espera que el cometa sea visible en el cielo matutino, moviéndose cerca de constelaciones como Virgo y Leo.
Una vez que pase este punto, 3I/ATLAS continuará su camino hacia los confines del Sistema Solar, abandonándolo de forma permanente.

¿Por qué algunos expertos creen que 3I/ATLAS es mucho más que un simple cometa?
El cometa 3I/ATLAS fue objeto de especulación debido a una serie de características altamente inusuales que desafían las explicaciones convencionales.
Sus anomalías incluyen una aceleración no gravitacional excepcionalmente grande que no puede justificarse completamente por la desgasificación normal del hielo (el “efecto cohete”), lo que requeriría una pérdida de masa inverosímil.
Además, su composición química es atípica, mostrando niveles inusuales de dióxido de carbono y níquel frente a otros elementos, sugiriendo que se formó en un entorno químico muy distinto y con una antigüedad estimada de hasta 7000 millones de años o más, siendo más viejo que el propio Sistema Solar.

Todo lo anterior, sumado a su inusual impulso extra, la ausencia de una gran nube de gas que justifique la aceleración, o el chorro de material (anticola) apuntando hacia el Sol, llevaron a algunos científicos, como el astrofísico Avi Loeb, a considerar hipótesis más especulativas, planteando que estaríamos ante una estructura de origen artificial o tecnológico.
Aunque la NASA descartó esta hipótesis, los expertos destacan que, al provenir de fuera del Sistema Solar, estamos ante un cuerpo celeste que se comporta de manera única y anómala.
Las investigaciones y la difusión de imágenes continuarán conforme se obtengan nuevos datos.
¿Será posible observar el cometa 3I/ATLAS el 19 de diciembre?
El cometa 3I/ATLAS será visible el 19 de diciembre de 2025, coincidiendo con su máximo acercamiento a la Tierra (perigeo); sin embargo, no será observable a simple vista debido a su baja luminosidad, que se estima en una magnitud aparente de alrededor de 10.
Para poder detectarlo, los observadores necesitarán utilizar instrumentos ópticos como un telescopio pequeño o binoculares astronómicos adecuados.
El mejor momento para buscarlo será durante las horas previas al amanecer, cuando el cielo está más oscuro, y aparecerá generalmente hacia el horizonte sureste (dependiendo de la ubicación del observador en el mundo).
Trayectoria del cometa 3I/ATLAS
Esta es la trayectoria del objeto interestelar 3I/ATLAS desde su acercamiento a la Tierra el 19 de diciembre de 2025 en adelante:
- 19 de diciembre de 2025 — mayor acercamiento a la Tierra: 3I/ATLAS pasará a unas 1,8 UA de nuestro planeta (≈270 millones km), una distancia segura y visible en telescopios.
- Después de diciembre: tras su paso cercano, el cometa sigue alejándose del Sol y de la Tierra siguiendo una órbita hiperbólica que indica su origen interestelar y que no volverá.
- Primavera boreal 2026 (marzo): 3I/ATLAS cruzará la órbita de Júpiter y su brillo disminuirá a medida que continúa su salida.
- Salida definitiva del Sistema Solar: por su trayectoria hiperbólica, el objeto seguirá viajando hacia el espacio interestelar tras el paso por Júpiter y nunca retornará a nuestro sistema solar.

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