La papeleta o tarjetón para las elecciones presidenciales de Venezuela del próximo 28 de julio presentada por el Consejo Nacional Electoral (CNE) muestra 13 veces el rostro sonriente del mandatario Nicolás Maduro, una disposición que juega a favor de los deseos del chavismo de mantenerse en el poder. El líder opositor Edmundo González Urrutia, el principal rival del mandatario y quien cuenta con el respaldo de la inhabilitada María Corina Machado, solo aparece tres veces.
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No es una novedad que la cara de un candidato aparezca varias veces en la boleta electoral venezolana. Basta mirar, por ejemplo, la cartilla de los comicios del 2012, en las que el entonces mandatario Hugo Chávez salía en 12 casillas y el opositor Henrique Capriles en 21. Los otros cinco postulantes aparecieron una vez.
Eso se explica porque, según las normas electorales, el perfil de los postulantes debe aparecer en la papeleta con cada movimiento que los apoya. Su posición se define con base en el resultado que tuvo en la última cita en las urnas.
Sin embargo, lo que llama la atención en los comicios actuales es el desnivel mostrado en la papeleta, con Maduro acaparando toda la primera línea y parte de la segunda, una amplia diferencia en relación con sus rivales. En la oposición, el problema no solo es que González Urruti tiene tres casillas, sino que hay otros espacios opositores ocupados por los llamados candidatos ‘alacranes’, tachados de colaboracionistas del chavismo.
Además, el diario español “El País” señala que “el tarjetón deja huella de las estrategias que ha aplicado el chavismo para cerrar el paso a cualquier posibilidad de perder el poder”. Explica que uno de los elementos novedosos es la actualización que ha hecho el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) al regresar la imagen de Hugo Chávez a la campaña electoral oficialista, algo que Maduro había intentado minimizar en los últimos años para formar un liderazgo propio.
“El nuevo Chávez que aparece en la casilla del PSUV es el rostro del viejo Chávez sonriente, construido sobre un fondo azul. De las trece casillas que lo respaldan, al menos cinco corresponden a partidos que en el pasado se aglutinaron en torno a la revolución y que por diferencias con el madurismo terminaron intervenidos judicialmente. Sus juntas ad hoc son las que controlan esas tarjetas”, apunta el medio.
Para Luis Nunes, politólogo venezolano radicado en el Perú, todo esto es reflejo de un evidente direccionamiento para que Maduro continúe en el poder. “El régimen optó por este sistema precisamente por el golpe psicológico publicitario de ver a Maduro repetido tantas veces en la tarjeta y a los demás candidatos simplemente una, dos o tres veces. Eso es un primer golpe psicológico”, dice a El Comercio.
Enseñar a votar
La campaña chavista se ha centrado en las últimas semanas en tratar de minimizar y desprestigiar a González Urrutia, quien fue elegido como candidato de la principal coalición opositora de Venezuela -la Plataforma Unitaria Democrática (PUD)- ante la imposibilidad de que Machado postulara.
“Diosdado Cabello, que alguna vez dijo ‘y ese señor Edmundo González quién es’ ahora se pregunta ‘cómo la oposición va a presentar un candidato que está sumamente enfermo’. Usan la mentira y las fake news como armas para engañar al país. Lanzan afirmaciones para que algún ingenuo caiga en la trampa de creer”, advierte Nunes.
Por ello, señala el experto, la oposición mayoritaria está dedicando su campaña a desmentir información falsa ante los ciudadanos y a enseñarles cómo deben votar. “Yo tengo la impresión de que esa es una buena estrategia. Aprender a votar bien, no confundirse y buscar exactamente en la tarjeta por quién votar”, agrega Nunes.
Considera, además, que el principal desafío de la oposición es lograr que la ciudadanía crea que esta vez sí tiene oportunidad de ganar, lo que es un reto porque el gobierno siempre ha jugado a fragmentar a la oposición y a presentarla como más de lo mismo y “como soldados de la ideología norteamericana”.
“Es una campaña absolutamente dispareja. Sin embargo, todas las encuestas que conozco dicen que en menos de dos semanas Edmundo González ya está llegando a niveles muy por encima de Maduro, siempre de la mano de María Corina”, afirma el experto.
Estrategia chavista
El tarjetón es solo el último de los factores que están jugando a favor de Maduro en esta elección. Otro de ellos está relacionado con el voto de la diáspora venezolana. Aunque asciende a más de 7 millones, las cifras oficiales muestran que apenas 107.000 están registrados para votar fuera del país, señala la agencia AP.
“O sea, de más de 7 millones, solo 107 mil consiguieron inscribirse en todo el mundo. Y en todo el mundo es mucho decir, porque, por ejemplo, ningún venezolano residente en Estados Unidos se pudo inscribir porque el gobierno no permitió que los ciudadanos que estuvieran en el país de las sanciones pudieran hacerlo”, dice Nunes.
Otro factor es la disparidad en la campaña. Desde que inscribió su candidatura, Maduro se ha dedicado a inaugurar planes y programas sociales y a dar bonos a los ciudadanos. Del otro lado, María Corina Machado y Edmundo González Urrutia han enfrentado dificultades logísticas y trabas para planear recorridos por el país.
Una de las últimas medidas del chavismo apuntó contra los observadores electorales internacionales. Esta semana, el Parlamento de Venezuela aprobó un acuerdo para pedir al Consejo Nacional Electoral (CNE) retirar la invitación a la Unión Europea (UE) para el envío de una misión de observación electoral para los comicios de julio, luego de que el bloque comunitario decidiera levantar las sanciones personales al presidente del CNE, Elvis Amoroso, y a otras tres personas, pero no lo hiciera con todos los sancionados.
“No nos corresponde a nosotros tomar la decisión, pero nos corresponde opinar, y yo creo que, con esa actitud racista, prepotente, grosera, insultante, de la Unión Europea, se hace materialmente imposible por ilegal la invitación a una misión de observación electoral, y no es culpa nuestra, nosotros lo intentamos”, dijo el presidente del Parlamento, el oficialista Jorge Rodríguez.
Para Nunes es claro que las condiciones para que esta sea una campaña justa, libre y transparente no están dadas. “Definitivamente todo se inclina hacia el gobierno. Considero que todavía hay posibilidad en las urnas, pero son evidentes los factores peligrosos que se están dando para impedirlo”, concluye.