
En Argentina uno nunca se aburre, y el mundo también lo disfruta. Esta vez, el último “quilombo” que nos atrae a este maravilloso país involucra, por supuesto, a Javier Milei, un excéntrico presidente que ha sabido posicionarse a nivel global –ya sea por admiración o por desprecio–; al vasto universo de los criptoactivos, cada vez más populares entre inversionistas de toda escala; y a una inoportuna decisión que marcará, sin dudas, un precedente para el gobierno de Milei, que destacaba hasta ahora por las acciones para revertir la debacle que ha caracterizado a la economía argentina en las últimas décadas.
La historia es compleja, entretenida y extensa, pero se puede resumir así: desde su cuenta de X, donde amasa a millones de seguidores, el presidente argentino promocionó días atrás un proyecto privado financiero, enfatizando que sería clave para impulsar el crecimiento económico de Argentina. Se trataba de un criptoactivo llamado $LIBRA, un token alojado en la red de blockchain Solana que seguía la dinámica de una ‘memecoin’. Quienes sabían sobre las ‘memecoins’ conocían lo riesgosa que podía ser una inversión significativa en un criptoactivo de este tipo, al ser muy volátil e incierto (por algo la palabra ‘meme’ está presente). Pero al tratarse de un nuevo instrumento respaldado por un reconocido presidente –algo bastante lejos de lo convencional–, $LIBRA llamó la atención de miles de inversionistas ya inmersos en este mundo, y atrajo a muchos otros que tenían poco conocimiento, pero la intención de probar suerte.
Así, $LIBRA logró convertirse, en cuestión de segundos, en una apuesta tentativa y multimillonaria.
¿Qué podía salir mal si un jefe de Estado, reconocido en el ámbito financiero, respaldaba un proyecto de inversión con tanto ahínco? Para los más entusiasmados, probablemente poco o nada. Pero la realidad fue severamente distinta. $LIBRA colapsó como torre de Jenga poco después de que Milei lo promocionara, con lo cual se esfumó una capitalización de mercado de cerca de US$4.000 millones.
Lo ocurrido era resultado de una liquidación masiva de posiciones por parte de inversionistas que se habían hecho del 80% de activos de la ‘memecoin’, en una operación que parecía orquestada y resultado del uso de información privilegiada. Mientras que el valor de la moneda se pulverizaba, solo nueve personas amasaban ganancias de hasta US$87 millones. Otros 44.000 inversionistas lo perdían todo. Así se iniciaba el caos del hoy llamado ‘criptogate’, del que Milei, con seguridad, nunca podrá escapar.
En entrevistas y desde sus redes sociales, Milei ha querido desligarse de la hecatombe cripto que ya puso a muchos de sus seguidores en su contra. Quiso imitar, incluso, el gran momento peruano de “no se cayó, se desplomó” al decir que él no promocionó $LIBRA, solo la difundió. No faltarán los seguidores e hinchas que respaldarán a Milei a más no poder, pero las consecuencias legales en su contra ya se van sumando. Y por si no fuera poco, “La Nación” ha revelado que el creador de criptoactivo alardeaba “controlar” a Milei y a su entorno. ¿Sobrevivirá Javier Milei tras esta peripecia? Pronto sabremos si sus hazañas económicas son más valiosas que sus evidentes metidas de pata.