(Foto: Junior Meza)
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Enrique Vera

Ha pasado casi una semana desde que tres miembros de una familia murieron acribillados a manos de presuntos terroristas, en el centro poblado Libertad de Mantaro, distrito de Santo Domingo de Acobamba (Junín), pero hasta ahora la policía ni las Fuerzas Armadas han podido acceder al lugar del asesinato.

Al contrario, profesores de los colegios de Libertad de Mantaro y de otros anexos de Santo Domingo de Acobamba -como Soledad, San Antonio de Carrizales y Huancamayo-, han iniciado largos peregrinajes de huida. Dicen que lo ocurrido fue aterrador y temían ser atacados por el mismo grupo armado que hasta ahora acecha esas zonas enclavadas en el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem). Entre el miércoles y jueves de esta semana, unos 17 docentes llegaron a pie hasta el distrito de Huachocolpa, en Huancavelica, y desde ahí abordaron camionetas para dirigirse a Huancayo.

Libertad de Mantaro, un pequeño caserío cercano a la frontera entre Junín y Huancavelica, continúa a su suerte. Según la escasa información que hay hasta ahora, la noche del martes 22 varios sujetos armados ingresaron a ese caserío y sacaron de su casa al agricultor Teófanes Camargo Ponce. Lo arrastraron hasta unos 400 metros de su vivienda y allí lo mataron a balazos. Luego, la misma columna se habría dirigido en busca de Irineo Camargo y Susana Ponce, los padres de Teófanes, para ultimarlos de igual forma cerca de unas chacras.

Nada de esto se sabría sino hasta la noche del jueves 23 cuando un hermano de Irineo consiguió comunicarse con la comisaría de Santo Domingo de Acobamba. El hombre dijo al teniente PNP a cargo que los asesinos habían dejado un papel con la hoz y el martillo (símbolos que utiliza la organización terrorista Sendero Luminoso), en donde también habían escrito ¡Así mueren los soplones!; sin embargo, nada de esto ha sido confirmado hasta hoy.

Las víctimas fueron identificadas como Ireneo Camargo Paucar (izquierda), su esposa Susana Ponce Valero (al medio) y el hijo de ambos (derecha), Teofanes Camargo Ponce. (Foto: Reniec).
Las víctimas fueron identificadas como Ireneo Camargo Paucar (izquierda), su esposa Susana Ponce Valero (al medio) y el hijo de ambos (derecha), Teofanes Camargo Ponce. (Foto: Reniec).

-Aparente venganza-

Dos vecinas de La Libertad de Mantaro que este miércoles llegaron a Huancayo con los profesores, contaron a El Comercio que los supuestos terroristas sindicaban a la pareja de esposos de ser informantes de la policía. La fiscalía ha recibido esta misma versión durante las pesquisas iniciales. Una de las hipótesis que se manejan es que Irineo y Susana comunicaban detalles (lugares y periodos) sobre los desplazamientos de la columna armada por Santo Domingo de Acobamba.

Según los testimonios de ambas mujeres, cada cierto tiempo el grupo armado dejaba incomunicados a los comuneros de Libertad de Mantaro, pues les arrebataba los teléfonos celulares para revisar con quiénes se comunicaban.

Después del triple homicidio, la columna habría permanecido en ese pueblo y en los anexos de Huancamayo, Ranrrapata y San Antonio de Carrizales, durante tres días. Hasta ese momento, el cadáver de Teófanes seguía en la calle. Ninguna autoridad había llegado para ordenar el levantamiento. A la fecha, los cuerpos de Irineo y Susana no aparecen.

La policía señala que el representante de la Fiscalía Especializada en casos de Terrorismo de Huancayo realizó las coordinaciones para trasladarse a la zona en un helicóptero de las Fuerzas Armadas, pero el clima y lo complicado del acceso lo impidieron. Sin embargo, en un acta de coordinación emitida por el subprefecto de Santo Domingo de Acobamba, Nicolás Casayhuana Rodríguez, se advierte que los representantes de la policía y del Ejército indicaron que no tenían autorización de sus respectivos comandos para dirigirse a Libertad de Mantaro por medidas de seguridad y en salvaguarda de su personal.

(Foto: Junior Meza)
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En el mismo documento, el subprefecto comunicó que Libertad de Mantaro es una zona dominada por delincuentes terroristas y que la única forma de ingresar era por vía aérea. El Frente Policial del Vraem tiene enmarcado a este centro poblado dentro de su ámbito de emergencia debido a que registra desplazamientos constantes de columnas terroristas al mando de los hermanos Quispe Palomino.

En marzo del 2015, Rubén Alfaro Ventura y Cipriano Calderón Pizarro, dos autoridades del centro poblado de Huancamayo, fueron asesinados por remanentes de Sendero Luminoso. En mayo de ese mismo año, vecinos de San Antonio de Carrizales encontraron muerto al profesor Percy Pérez Escobar, días después de haber sido secuestrado y torturado. Lo acusaban de ser un infiltrado del Ejército. Un terrorista conocido como ‘Julio Pucañahui’ fue sindicado como autor del crimen. Este sería el principal antecedente por el cual ahora los profesores de Santo Domingo de Acobamba han empezado a abandonar temporalmente sus puestos de trabajo.

En la madrugada del sábado 9 de abril del 2016, un día antes de las elecciones generales, una patrulla militar fue emboscada en Santo Domingo de Acobamba por huestes de la referida organización terrorista que operan en el Vraem. En el ataque fallecieron ocho miembros del Ejército y dos civiles.

El entierro de las víctimas recién se produjo el pasado sábado 25 en la tarde, solo por disposición de autoridades locales. Ningún representante de la policía ni del Ejército ha podido entrar a Libertad de Mantaro hasta ahora.

-Escape del olvido-

Los docentes que llegaron el jueves a Huancayo aseguran que no asistirán a sus planteles hasta sentirse seguros. Como medida de precaución, el director de la Dirección Regional de Educación Junín, Walter Angulo Mera, dispuso un plazo de 15 días para que los maestros estén alejados de las zonas convulsionadas.

El funcionario informó que son alrededor de 160 escolares los que asisten a las seis instituciones educativas que han sido dejadas por los profesores. Por ello, precisó que trabajará en un plan para la recuperación de las labores suspendidas.

“Los terroristas se quedaron cerca del lugar del crimen esperando a que lleguen los militares para emboscarlos. Los cuerpos de esa familia estuvieron botados varios días. Nadie se acuerda de nosotros, menos de que nuestro pueblo existe”, lamentó una maestra.


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