Pedro Castillo. (Foto: Presidencia)
Pedro Castillo. (Foto: Presidencia)
Alfredo Torres

Cumplidos los primeros cien días, la aprobación al presidente Pedro Castillo sufre una caída significativa, de 42% a 35%, mientras su desaprobación sube de 48% a 57% y ya es mayoritaria en todas las regiones del país, con excepción del sur y las zonas rurales. Las mayores caídas se registran en el centro y el oriente, en el NSE C y, sobre todo, en los jóvenes, donde su aprobación se desploma de 46% a 32%, mientras su desaprobación trepa de 45% a 60%. La tolerancia de un sector de la ciudadanía ante un presidente inexperto se transforma en decepción.

Sin embargo, la opinión pública reconoce algunos aciertos en estos primeros cien días: continuar y ampliar la vacunación (51%), entregar un bono a las familias vulnerables (42%), proponer la renegociación y la masificación del gas de Camisea (30%), mantener a Julio Velarde en el BCR (21%) y continuar proyectos de inversión pública (20%). Un elemento en común de los aciertos más valorados es que reflejan continuidad: la vacunación masiva se inició con Francisco Sagasti, la entrega de bonos de emergencia con Martín Vizcarra, el desarrollo del gas de Camisea con Alberto Fujimori y la gestión de Julio Velarde en el BCR con Alan García.

Mira: Ejecutivo crea comisión para deudos y víctimas de marchas de noviembre y diciembre del 2020

En cambio, los mayores errores que la ciudadanía encuentra en la gestión de Castillo son el resultado de sus decisiones: el nombramiento de funcionarios incapaces (40%), la designación inicial de Bellido como primer ministro (38%) y el nombramiento de funcionarios vinculados a SL/Movadef (32%). Otros errores señalados tienen que ver con sus anuncios, como decir que iba a estatizar el gas de Camisea (27%), corregido luego en el sentido de masificar su distribución, lo que sí tiene apoyo.

Por último, hay un conjunto de críticas a gestiones en contra de la meritocracia y las leyes vigentes en temas como los ascensos militares, las evaluaciones docentes y la reforma del transporte. Si el gobierno no corrige su rumbo, hacia una conducción más profesional del Estado, con funcionarios probos y competentes, que entiendan que el Estado no está para ser usufructuado con una visión clientelista – en favor de transportistas informales, maestros de la FENATE Perú, cocaleros ilegales, oficiales amigos – el gobierno seguirá perdiendo apoyo popular y socavando su legitimidad.

TE PUEDE INTERESAR


Contenido sugerido

Contenido GEC