(Foto: Captura de video)
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El Poder Judicial condenó a cinco años de cárcel a  por el delito de cohecho activo genérico. Esta sentencia contra el cabecilla de una presunta organización criminal es por haber tenido un celular dentro de su celda cuando estuvo recluido en el penal de Piedras Gordas, en Ancón. 

En el 2016, Orellana fue sentenciado a dos años de prisión suspendida por el delito de difamación, en agravio al empresario Jorge Pazos Holder, dueño del Instituto Cesca. En el 2017, el Poder Judicial lo condenó a 6 años de prisión por la creación de la Cooperativa de Ahorro y Crédito para Empresas Exportadoras (Coopex), con la que estafó al Estado a través de la emisión de cartas fianzas sin valor. 

La jueza Jenny Tipacti Rodríguez, Tercer Juzgado Penal Unipersonal Permanente de Ventanilla, quien emitió una nueva sentencia para el abogado, también condenó a Esther Carolina Furland –pareja de Orellana– a cinco años de cárcel por ser la cómplice primaria del delito de cohecho activo genérico. 

Asimismo, sentenció a César Olivares Laveriano, quien estaba a cargo de la custodia de la celda de Rodolfo Orellana, como autor del delito de cohecho pasivo propio.

La ejecución de la sentencia para Olivares Laveriano ha quedado suspendida en tanto se resuelva la apelación que ha presentado. 

Furland y Orellana están cumpliendo prisión preventiva por la investigación que ambos tienen por el delito de lavado de activos y asociación ilícita para delinquir. 

La acusación fiscal tuvo como origen la investigación seguida contra Orellana por el presunto delito de lavado de activos a cargo de la fiscal Marita Barreto. En junio del 2015, en una operación en la celda donde se encontraba el procesado en Piedras Gordas, se encontró una bolsa de plástico en el baño, donde estaba un teléfono celular con una batería y un cargador.

Una interceptación de la comunicación telefónica que hizo el Grupo Orión, de la Dirección Antidrogas (Dirandro), descubrió que este teléfono celular llegó a manos de Orellana después que su pareja Esther Carolina Furland entregara mil dólares al agente penitenciario César Olivares, quien era custodio del abogado.

En las escuchas telefónicas realizadas al teléfono celular de la pareja de Orellana, se encontró que ella coordinó con Olivares para que le den un celular al abogado. Incluso, en un momento, a través de mensajes de texto, Orellana le escribe a Carolina Furland para decirle "que le prestaron un celular" y le da indicaciones de lo que tenía que hacer para conseguir uno propio.

Tras la incautación del celular en la celda, Orellana fue trasladado al penal de máxima de seguridad de Challapalca, ubicado en Tacna, donde se encuentra actualmente.