7:45 a.m. Una orden de ¡Silencio! y ¡Acción! rompen la calma del veterano Palacio Sousa de Barranco, espacio donde se graba actualmente “Nina de Azúcar”, la nueva telenovela de Del Barrio Producciones protagonizada por Patricia Barreto y Nacho Di Marco y estrenada el pasado 2 de diciembre en América Televisión. Aunque es muy temprano para muchos mortales, para el equipo de trabajo de la ficción peruana la primera escena del día está a punto de finiquitarse.
Superada esta primera tarea, lo que sigue, de inmediato, es grabar la siguiente escena. El lugar elegido es la panadería de Nina Garay, personaje interpretado por Patricia Barreto. “¿Hacemos un repaso?”, pregunta la directora Ani Alva, a la protagonista y a sus compañeros de escena Nicolás Galindo y Haydeé Cáceres mientras miembros del equipo de styling les retocan el maquillaje y peinado.
Pisando el aire
Algo que llama mucho la atención de este rodaje televisivo es la inmediatez con la que trabaja el equipo y es que hay muy poco margen entre lo que se graba y el tiempo en que el material grabado sale al aire. La escena que hoy se graba esa mañana en la panadería de Nina, por ejemplo, se emitirá esa misma noche en señal abierta. A pesar de esta premura, directores, productores, luminotécnicos, maquillistas, solo por mencionar a algunos miembros de este numeroso grupo de trabajo, se comunican de memoria, como si el tiempo no les pisara los talones.
“Responsabilidad, disciplina y disfrute”
Sobre esta nueva experiencia televisiva conversamos con Patricia Barreto mientras la maquiilista y peinadora la transforman en una novia para la siguiente escena. “Siento que es una responsabilidad súper fuerte el poder asumir un personaje con esa vorágine de información mientras lo vas haciendo y lo vas creando en el momento. El recorrido de las escenas es muy rápido, uno transita muchas emociones durante el día cuajando el personaje a la vez que los vas contando”, nos cuenta la actriz quien destaca, además, la importancia de saber disfrutar lo que hace al margen de la gran presión que existe alrededor.
“Siento que me llena de honor esta gran responsabilidad que me han dado, siento que puedo asumirla pero no puedo negar que es bastante estresante el nivel de exigencia. Creo también que a la vez me da mucho oficio porque es un training súper intenso el que tiene el actor de televisión (la inmediatez, las emociones, la fluidez de la palabra, el soltar rápido). Yo siempre pienso que la actuación es como un deporte y el secreto es ese, que el equipo esté concentrado para sacar adelante el proyecto diariamente. Y a pesar de la presión que pueda existir, trato de equilibrar esta exigencia con el disfrute que a veces en el rush del día a día puedes ir perdiendo: disfrutar del momento, del presente, de este regalo que es interpretar un personaje maravilloso y tan lleno de luz”.
Con Nacho Di Marco a punto de entrar a escena nos detuvimos a conversar brevemente sobre un día de trabajo en la primera ficción peruana que protagoniza. “Es una locura grabar a este ritmo pero trato de disfrutarlo. No lo elegiría como algo cómodo porque demanda mucha intensidad de grabación, tener que cerrar escenas a contrarreloj, por ejemplo, pero también tiene sus cosas positivas ya que estás viviendo, minuto a minuto lo que está pasando y lo que va quedando bien en la historia y al tanto de lo que le va gustando a la gente y eso como actor está bueno en un punto para estar conectado al presente de lo que se va viendo”.
“Desconexión total”
¿Y cómo llevar en la vida real este training tan intenso? El actor argentino revela que terminadas las grabaciones intenta concentrarse en él. “Trato de desconectar porque son muchas horas afuera. Lo único que hago con Nina después de grabar es ver la novela, el estudio pasa allá adentro, cuando estoy ahí porque siempre hay huecos, esperas entre escena y escena y eso me permite leer y estudiar. En la previa del proyecto sí que es diferente porque estás buscando al personaje, creándolo y por tanto tienes más inseguridades porque todavía no lo tienes logrado, pero ya cuando estás con la máquina en funcionamiento, es simplemente ir y abrirse al juego”.
9:30 a.m. Terminada la segunda escena del día, la orden ahora es ir a grabar en casa de Nina. Sin perder tiempo, todo el equipo de producción desfila unos cuantos metros al frente, junto a una infinidad de luces, cámaras y difusores. Los actores, en tanto, repasan y hacen algunos ajustes en el texto y su ubicación en el espacio.
“Qué les parece si en esta parte tú recorres este camino, giras hacia acá y luego dices tu parte”, le indica Ani a Patricia, quien apenas mira nuestro lente no tarda en regalarnos una gran sonrisa.
Relajada y bromista, la actriz peruana sobresale por su muy buen sentido del humor y así como puede soltar “un grito de guerra” para hacerle frente a la presión del momento, te sorprende con un baile o lo que se le ocurra cantar en ese momento. “Ella es como tu y yo pero es indigente..♫♬♪”, el último hit de La Tigresa Del Oriente, por ejemplo, suena una y otra vez en la boca de la actriz entre cada corte que hace la directora.
“Hay días y días”, aclara la actriz sobre esta chispa que la caracteriza. “Hay días, por ejemplo, sobretodo de jornadas largas en las que terminamos 9:30 p.m. o 10 p.m. que no amanezco tan lúcida y luminosa. Pero también hay días en los que siento que puedo descansar bien y amanecer mucho mejor. Siempre trato de inyectarle buena onda al proyecto. Me encanta el compañerismo, generar comunidad y lo que menos que puedo hacer es como inyectarle buena vibra a todo porque siento que eso es como la gasolina necesaria para que el proyecto tome un rumbo y la gente sienta bienestar. Es más un estilo de vida para mí, saber que lo que yo vibro me va a poder generar esa vibra de vuelta.”.
¡Cuidado con la torta de 7 pisos!
11:50 a.m. Si hay un gran desafío este día, ese sin duda es el no dejar que una gran torta de boda de siete pisos se eche a perder antes de entrar a escena. Preparada y decorada en el transcurso de la mañana, este enorme bizcocho pesa alrededor de 20 kilos y mide cerca de un metro y pese a que lo ideal era ensayar con él incluido, el peligro de que este pueda caer, hace que sea resguardado de algún golpe, caída y del intenso calor de esa tarde como si de una gran reliquia se tratase.
Mientras el equipo de producción y dirección hacen lo suyo, Patricia termina de preparse para ser, una vez más, la novia de la historia. “¿Cuántas veces has sido novia en la ficción?”, le preguntan sus compañeros en más de una ocasión, a lo que la actriz responde que ya perdió la cuenta. “Ya no sé cuántas veces me he casado pero todas han terminado mal... Alguien que le avise a alguien que acá estoy, ya estoy lista”, bromea, mientras luce un estrecho vestido blanco delante de todos.
2:00 p.m. De cara a grabar la próxima escena, que tomaría mucho mas tiempo de lo previsto, los actores involucrados conversan a solas con la directora. Con las ideas ya más claras, es momento de decir ¡Acción! ¡A grabar señores!.
“El súper poder del actor”
2:00 p.m. Se hace tarde, el equipo debe ir a almorzar pero no se puede posponer la grabación de esa escena, un momento bastante dramático para la protagonista, que trata de aislarse un momento de todo el ruido que existe alrededor para poder concentrarse. En comunicación con Ani, a través de los audífonos, Patricia conversa qué tono darle a este momento. “Me parece que debería ir por acá, ¿qué crees? le pregunta la actriz a la directora. “Me da mucha pena...”, se le oye decir a la protagonista mientras se toma el pecho.
Ya a solas, Patricia nos revela cómo fue encarar esta escena en la que ve destruido ese gran pastel de boda hecho por Nina.
“El artista, el actor, tiene como una división mental y emocional muy consciente. Tiene que saber dominar un poco la mente y decir, por ejemplo, en este momento no he almorzado pero voy a utilizar esa emoción para lo que está viviendo el personaje. Todo sirve, todo lo incluyes, todo lo que te sucede en general lo adaptas a tu favor y lo transformas. Eso es para mí como un súper poder del actor. Más allá de no atender mis emociones es más bien reconocerlas y a través de eso decir: OK ¿con qué puedo trabajar ahora que tengo que hacer este drama? Y sí, a veces hay indicaciones que te pueden decir vamos a virar esto a la comedia o el drama y para ser un actor de televisión tienes que ser súper dúctil y profesional para poder entrar a este tipo de género rápidamente”.
Día 2 | Grabando en exteriores
Si el día anterior terminábamos con un drama, esta nueva jornada de grabación, rodada en un bar de San Isidro, la empezamos con mucha comedia. Los actores son citados a las 8:a.m. pero el equipo de producción, incluidos los camarógrafos y luminitos ya están en sus puestos desde antes.
Esta escena, en teoría, no debería tomar mucho tiempo en hacerse, sin embargo, hay que considerar que son varios detalles los que hay que dejar a punto antes de grabar: instalar las luces, maquillar y peinar a los actores, planchar el vestuario, etc. Hay que tener en cuenta también que en esta locación solo tenemos permiso hasta las 11 a.m. para luego irnos a Surco a grabar las últimas escenas del día.
“Parte de un todo”
Maquillados y peinados, es momento que Nacho, Patricia y Vanessa Saba repasen su texto junto a la directora. En un inicio, las bromas van y vienen pero cuando es momento de grabar, hay que ponerse serios y resolverlo bien en poco tiempo.
“Todos somos parte de un todo, cada área es importante. Siempre se presentan dificultades pero gracias al trabajo en equipo podemos salir adelante. Muchas veces lo que grabamos sale el mismo día al aire y debemos correr pero mantener la calma para que todo salga bien. Frente a tanto estrés un buen ambiente de trabajo es esencial y siempre trato de que tengamos un ambiente cálido, somos como una familia. Pasamos 12 horas juntos”, nos dice la directora.
Ya sentada frente a los tres monitores que siempre la acompañan, Ani nos cuenta cómo es trabajar nuevamente con Patricia.
“Yo siento que más que dirigir actores me gusta crear lazos y con Patricia ya tenemos una relación de conexión muy genuina en el que ambas nos leemos, nos entendemos y retroalimentamos en nuestro trabajo. Me gusta trabajar con libertad, diálogo y escucha en la que todos los actores puedan aportar y sumar ideas, y con esa misma libertad yo decidir finalmente qué es mejor para las escenas”.
Patricia, por su parte, destaca la complicidad que existe entre ambas, después de seis o siete proyectos juntas. “Es bravazo porque nosotras ya tenemos como un lenguaje, una escucha, conocemos nuestras herramientas, nuestros talentos, entonces nos leemos muchísimo y hay como mucha sinergia y compenetración en nuestro trabajo. Somos muy chanconas las dos”.
“Compañero de juegos”
Ha corrido mucha agua bajo el puente desde que Patricia y Nacho fueron pareja en “Los Vilchez” de 2019, sin embargo, la confianza entre ambos se nota al instante dentro y fuera de escena.
“Es un reto diferente trabajar nuevamente con Nacho porque han pasado 6 años desde que trabajamos juntos y desde entonces hemos vivido muchísimo, yo he vivido muchísimo, he crecido muchísimo. Creo que soy, claramente, una mujer mucho más madura, evolucionada. Somos dos personas distintas con distinto bagaje de vida, rico, profundo que nos permite darle a esta nueva pareja de ficción tan dulce, positiva y amorosa lo que hemos vivido. Trabajar con él que tiene una escucha maravillosa y una humildad y juego es un placer. Siento que somos como dos niños que se juntaron en un parque y se pusieron a jugar y linkearon. Si creemos en otras vidas él es como mi compañero de juegos”, nos dice la actriz mientras se toma un tiempo para revisar el guion y tomar un poco de agua.
Nacho, por su parte, confirma esta química, complicidad y colaboración entre ambos al momento de trabajar. “Siempre tratamos de dialogar y muy buena onda para recibir la propuesta del otro. Cuando creemos que no, decimos que no y está todo bien, dejamos los egos de lado y buscamos lo mejor para el producto y el juego que ofrece la novela y eso es lo que hace que funcione. Ya nos funcionó una vez y esta vez más aún porque somos actores con más trayectoria que la primera vez, más crecidos, con más confianza, con más seguridad y eso hace que el juego se enriquezca más”.
“Una villana gansa”
Vanessa es la tercera protagonista de “Nina de Azúcar” pero es una mala bastante “gansa” como ella misma califica a su personaje. “Como es una comedia, no es una mala densa. Actoralmente me está permitiendo explorar otros registros”, nos cuenta mientras intenta aguantarse la risa frente a las ocurrencias de Patricia Barreto quien de pronto nos sorprende a todos cantando toda la canción del “El tiburón” de Proyecto Uno mientras le retocan el peinado.
“Paty es súper divertida y mete cositas todo el tiempo. Eso es lo paja de hacer comedia, porque de pronto puedes estar muy triste y el trabajo ayuda muchísimo. Te da la licencia, además, para improvisar y jugar y Paty juega mucho. Está siendo una experiencia muy bonita en general”.
Lograda la escena del baño, es momento de volver a Barranco a cerrar un par de escenas breves entre Patricia, Nacho y Melissa Paredes dirigidas por Aldo Salvini. Logradas con éxito dos horas después, e impulsados por un almuerzo contundente de por medio, nos dirigimos hacia Surco a terminar la última etapa de esta larga jornada.
“Bendecida y agradecida”
Camino a la última parada de hoy, Patricia se da un tiempo para agradecer al público por el cariño que le están dando, no solo a Nina sino a su trabajo en general.
“Me siento súper agradecida porque el público ha abrazado y aceptado mi estilo de comedia. Las muestras de cariño de la gente en la calle son muy expresivas, recuerdan los nombres de los personajes, recuerdan lo que les hacía sentir. He tenido testimonios tan profundos del aporte de mi trabajo en la vida de algún familiar, en la calidad de cómo ha cambiado la mirada de su vida y eso para mí es una bendición. Me siento completamente útil a partir de mi trabajo, me da propósito y puedo combinar con otras áreas de mi vida que también me llenan y me hacen completa”.
-"Nina de Azúcar" narra la historia de Nina (Patricia Barreto) una joven pastelera que en su lucha por preservar su negocio familiar acepta hacerse pasar por novia y luego esposa de Ramiro “El Jaguar” Morán, (Nacho Di Marco), un exitoso futbolista que necesita estabilizarse en lo personal para conseguir un jugoso contrato en Europa.
-Se transmite de lunes a viernes de 9:40 p.m. a 10:30 p. m.