En julio del 2023, Kevin Spacey fue absuelto por el Tribunal de la Corona de Southwark de los nueve cargos por delitos sexuales de los que fue acusado. Tras ello, el actor rompió en llanto y comenzó su camino para intentar recuperar la exitosa carrera actoral que parecía haber llegado a su fin luego de que, en 2017, el artista Anthony Rapp lo acusó de haberlo agredido sexualmente a los 14 años.
Aunque dicha denuncia, formulada en el apogeo del movimiento #MeToo, también fue desestimada por un jurado, en mayo del 2024 se estrenó en los Estados Unidos a través de Discovery (y una semana después en América Latina a través de Max) un documental dirigido por Katherine Haywood que recopila más testimonios que grafican la inapropiada conducta con la que se desenvolvió Spacey incluso antes de ser famoso a nivel internacional.
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El documental está dividido en dos episodios que nos permiten conocer la complicada infancia del actor, con un padre abusador sexual, y su descubrimiento de la actuación como una forma de desarrollarse fuera de ese ámbito familiar obscuro; pero también tiene decenas de testimonios de hombres que fueron acosados por Spacey y que describen un patrón en su conducta.
Lo que dicen las víctimas
El documental comienza con el relato de Daniel, un actor que participó como extra de “House of Cards”, el éxito que le valió decenas de premios a Kevin Spacey y que cimentó el suceso de la plataforma de streaming Netflix.
El actor relata cómo de la inicial admiración que sentía por Kevin Spacey pasó a la absoluta incomodidad cuando el actor le realizaba tocamientos indebidos y veía cómo no podía poner un freno a la situación ante el poder que tenía el artista, quien además era productor ejecutivo del programa. “Yo era tocado inapropiadamente, era chocante y lo hacía con esos ojos vacíos, el Kevin real”, explicó el hombre.
El documental presta especial énfasis a lo que ocurría al interior de “House of Cards”, pues solo recién a partir de las denuncias del 2017 que sucedieron a las declaraciones de Anthony Rapp en Buzzfeed, la productora Media Rights Capital decidió despedir a Kevin Spacey y dejó así al descubierto el entorno “tóxico” que imperaba en el set debido a él.
En “Desenmascarando a Spacey”, también habla Evelyn, quien se encargaba de asistir al actor en la producción de “House of Cards”. “Yo amaba trabajaba en ese set, pero la conducta de Kevin también lo hacía un lugar hostil para muchas personas”, declaró la mujer. “El problema con Kevin era conocido, todos decían bueno así es con él, y pasaba típicamente con hombres. Sus asistentes éramos mujeres y creo que fue así porque, aunque todo era muy secreto, para evitar que pudiera volver a suceder demasiado cerca. Lo veía acercarse a actores secundarios y se acercaba demasiado. Lo veía poner sus manos en ellos y hablar de sus músculos (...) Habían chicos que realmente estaban muy incómodos. Cuando eres mujer, usualmente eres el target (de los acosadores) y dices felizmente esta vez no soy yo, pero luego ves lo que pasa y tampoco quieres que pasen otros por eso”, contó la asistente.
Abuso de poder
El documental también muestra lo que pasó cuando Kevin Spacey fue nombrado director creativo del teatro The Old Vic en Londres en 2003. Como parte de dicha entidad, ofreció varios master class y talleres con jóvenes actores. Más de una decena de ellos se animaron a hablar en noviembre del 2017 sobre cómo el artista acosaba sistemáticamente a muchos de esos estudiantes.
Entre los testimonios que recopila el documental están los de Seth y Tim. Este último participó de un workshop que ofrecía el actor en The Old Vic y que estaba dirigido a jóvenes de entre 18 y 26 años. El hombre relata que Kevin Spacey parecía más preocupado en buscar chicos guapos que en enseñar la materia. Inicialmente, los abrazaba y tocaba por el hombro hasta que se sobrepasaba y los llegaba a tocar en sus partes íntimas, como ocurrió con él.
Seth, por su parte, era un joven estadounidense que acudió a un master class sobre Shakespeare que el actor fue a dictar en su centro de estudios. Inicialmente, el actor le decía a Seth que estaba interesado en sus posibilidades como actor hasta que lo empezó a tocar indebidamente. “Me generaba sentimientos de culpa, de que yo estaba dejando que eso pasara hasta que un día me di cuenta que el que debería estar avergonzado era él”, relata el hombre en el documental, donde cuenta que, una vez que terminó el taller, el actor lo contactaba para invitarlo a eventos. “Él era esta persona que tenía tanta influencia y poder y que había sido mi profesor hasta hace poco, era difícil decirle que no a una persona así. No me parece que una persona que tiene tanto poder lo use para satisfacer sus propios deseos”, contó.
En el documental también habla Danny, que trabaja en The Old Vic cuando Spacey era director y que debió renunciar cansado del acoso constante del actor.
Miedo de su poder
En el documental, participan también varios hombres que físicamente se muestran mucho más fuertes de lo que podría ser Kevin Spacey. Es más, fueron parte de los marines de Estados Unidos. Ambos coinciden en que a pesar de la fuerza física, se sentía intimidados por el poder del actor y no se atrevían a ponerle un freno por el temor a ver frustradas sus carreras.
Scott, uno de estos exmarines, cuenta que conoció al actor en un concierto. Luego lo llevó a su casa e intentó algo íntimo con él, pero le puso freno. Tras ello, el actor continuó intentando verlo. Un día fueron juntos al cine y el actor se masturbó a su lado.
Un testimonio parecido ofrece Travis Wade, quien aceptó ir a una fiesta como invitado de Kevin Spacey con la promesa de ayudarlo en su carrera hasta que el actor dejó al descubierto sus verdaderas intenciones. Wade asegura que su miedo no era a ser agredido físicamente por el actor, sino a arruinar sus posibilidades en su naciente carrera actoral.
Crimen sin castigo
El testimonio más importante del documental es quizás el que ofrece Randall Fowler, hermano de Kevin Spacey.
El hombre, mayor que Kevin por algunos años, contó que el padre de ambos, Thomas Fowler, era parte del Partido Nazi Americano, negaba el holocausto y era sumamente abusivo con sus hijos y esposa, hasta que un día, en el verano del año 1968, comenzó a abusar sexualmente de Randall, quien en ese entonces era un adolescente. Los abusos se extendieron durante cuatro años.
“Cuando me mudé de la casa en 1975, me sentí culpable, pero ya no aguantaba más y me preguntaba qué pasará con mi pequeño hermano Kevin. Pensé que mi madre lo protegería, porque eran muy cercanos”, contó el actor, que se sorprendió cuando al ver las noticias años después se dio cuenta que su hermano se había convertido en un monstruo como su padre.
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Si bien los testimonios antes mencionados corresponden a años en los que la carrera profesional de Kevin Spacey atravesaba su mejor momento, el documental también ofrece los relatos de hombres que conocieron al artista en sus años de estudiante de secundaria, cuando era parte del club de teatro de su escuela. Un hombre que en esa época era estudiante y se unió como fotógrafo del club de drama, cuenta que el actor un día le tocó los genitales.
Al finalizar el documental, las víctimas de Spacey reflexionan sobre cómo se sintieron cuando el artista fue absuelto de las denuncias en su contra. Varios concluyeron que quizás lo que hacía Kevin no podía ser tipificado como un crimen, pero que eso no lo hacía menos condenable.
“Su conducta no es moralmente aceptable, aunque se le haya absuelto en los casos denunciados. No diría que fue algo criminal, pero era un comportamiento realmente desagradable y muy poco profesional”, afirmó el actor Daniel de “House of Cards”.
“Él no era responsable con su poder, lo usaba como un arma”, sentenció Scott, otro de los exmarines que denuncian a Spacey.
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