Nora Sugobono

Los domingos en Biwon Bistró, el karaoke se abre al público que está sentado en el comedor principal. Cantar y comer son dos actividades que se pueden -y se deben- hacer juntas, y aquí ocurre bastante a menudo. Para los grupos (con un consumo mínimo) existe un salón privado abierto todos los días y a toda hora, donde se pueden combinar ambas actividades: las canciones pueden pedirse en el idioma que uno desee; los platos -netamente - no.

Biwon es un espacio de comida corena en su versión más purista, sin lugar a fusiones ni traducciones. Las recetas no se han adaptado, sino que se han mantenido, incluso cuando los costos actuales de ingredientes foráneos son un lujo por el cual no todos quieren apostar.

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No había otra manera de hacerlo, explica Andrés Park, repostero de profesión formado en Corea -la tierra de sus padres y demás ancestros- y dueño del espacio. Usar bases y salsas elaboradas en casa es lo que los diferencia del resto, y es así como se quieren presentar.

Tangsuyuku, trozo de cerdo fritos cubiertos en salsa especial de chuño remojado y verduras. Porción para compartir. Foto: Heroina Estudio.
Tangsuyuku, trozo de cerdo fritos cubiertos en salsa especial de chuño remojado y verduras. Porción para compartir. Foto: Heroina Estudio.
/ HEROINA ESTUDIO

La música es tan importante en la cultura coreana que las pantallas repartidas a lo largo de este espacioso local lo confirman ni bien se entra. Luego viene la curiosidad: ¿en qué consiste esta experiencia y qué la hace tan distinta? La consigna principal es que sea lo más cercana posible a la realidad.

Diana Park se encarga de la cocina -proviene de una familia de restauranteros- y cada día hay más color en su mesa. Buena parte de los platos son para compartir (y, de hecho, muchos son veganos); otros salen en porciones personales. Fermentados -el kimchi marca el compás aquí-, agridulces y mucha carne hervida, en lugar de frita, definen lo que vendría a ser el menú.

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La fiesta está en los distintos acompañamientos llamados “banchan” (platitos pequeños y redondos) que salen con buena parte de los pedidos, en algunos casos en cantidades ilimitadas (el arroz no se considera dentro de la lista, pero viene igual). Hay desde ensaladas hasta papas, camotes, encurtidos y otros antojos que cambian a diario. Lo mejor que se puede hacer por aquí es dejarse sorprender.

Osam bulgogui, una preparación a base de carne de cerdo y calamar bañados en salsa tradicional picante. Foto: Heroina Estudio.
Osam bulgogui, una preparación a base de carne de cerdo y calamar bañados en salsa tradicional picante. Foto: Heroina Estudio.
/ HEROINA ESTUDIO

El Jardín secreto

La traducción de biwon viene a ser “el jardín secreto de palacio” y, si bien este local se está volviendo cada vez más popular, en realidad no tiene entrada directa desde la calle.

Está ubicado en un semisótano en un edificio comercial de la avenida Primavera. Además de las mesas, el restaurante tiene un salón privado de karaoke.

Así es el ambiente principal de Biwon Bistró. Al fondo hay un salón privado para grupos de mínimo ocho personas. Foto: Heroina Estudio.
Así es el ambiente principal de Biwon Bistró. Al fondo hay un salón privado para grupos de mínimo ocho personas. Foto: Heroina Estudio.
/ HEROINA ESTUDIO

Más información:

Dirección: Av.Primavera 609, San Borja.

Contacto: 975103508

Instagram:



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