La llegada de un bebé no solo es uno de los momentos más emocionantes en la vida de una familia, sino que también representa un gran cambio en la rutina de un hogar. Por eso, si se plantea la adopción de una mascota en simultáneo a la llegada de un bebé, lo recomendable es apostar por un perro adulto.
Y es que, a diferencia de un cachorro, los perros mayores suelen tener la ventaja de haber sido socializados previamente tanto con otros perros como con otros humanos, lo que los hace más propensos a tener interacciones positivas en el futuro. Además, varios perros adultos ya están familiarizados con la rutina de hacer sus necesidades fuera de casa.
En el caso de los cachorros, lo recomendable es que los dueños dispongan del tiempo suficiente para entrenarlos, así como para jugar con ellos y agotar su energía. Si bien tener un bebé recién nacido y un cachorro no es una situación imposible, sí es todo un reto que debe evaluarse con detenimiento antes de considerar la adopción de una mascota.
Convivencia armoniosa
Una vez considerada la adopción de un perro, ya sea un adulto o un cachorro, hay que tener en cuenta las siguientes recomendaciones para asegurar una convivencia saludable y armoniosa entre todos los integrantes de la familia.
- Presentación gradual: permite que la nueva mascota conozca a tu bebé de manera tranquila y sin estrés. Familiariza a tu Wuf con el olor de tu bebé a través de ropa o mantas. Este enfoque ayuda a que la mascota asocie al nuevo miembro de la familia con experiencias positivas, reduciendo la ansiedad y facilitando la aceptación mutua.
- Supervisión constante: observa todas las interacciones entre tu mascota y tu bebé, incluso si tu mascota parece ser tranquila. Los movimientos bruscos del bebé o ruidos inesperados pueden sorprender al animal, lo que podría llevar a reacciones inesperadas.
- Salud e higiene de las mascotas: recuerda que la vacunación y desparasitación externa e interna son esenciales para mantener a tu perro saludable y prevenir enfermedades que también podrían afectar a tu bebé. Lleva a tu mascota a chequeos regulares con el veterinario, y recuerda mantener su espacio siempre aseado. Además, es vital lavar las manos del bebe después de jugar o tocar a la mascota, para así prevenir la transmisión de gérmenes.
- Desmitificando a las mascotas: desmitifica los mitos sobre las mascotas, como que los perros tienen un instinto de cacería agresiva. La socialización adecuada desde una edad temprana puede mejorar la convivencia con el bebé y fomentar un ambiente familiar más armonioso.
- Preparación y prevención: evita que tu bebé acceda a áreas potencialmente peligrosas. Esto incluye colocar los juguetes y la comida del animal en lugares separados del área del bebé.
“Los dueños de mascotas deben estar siempre informados y preparados para asegurar la salud y bienestar de su mascota y su bebé. La educación sobre la convivencia entre ambos es esencial y puede marcar la diferencia en la calidad de vida de toda la familia”, señala al respecto Silvia Panta, especialista y técnica de animales de compañía de MSD Animal Health en Perú.
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