Luego de casi cuatro días de penosa agonía, falleció ayer en la mañana el laureado escritor apurimeño José María Arguedas Altamirano.
El autor nacional, que deja una obra literaria perdurable y de alcance universal, murió a los 58 años de edad, en el piso 13-B del Hospital Central del Empleado, como consecuencia del proyectil que se disparó él mismo, la tarde del viernes 28 en la Universidad Nacional Agraria de La Molina.
El escritor de Los ríos profundos, Yahuar Fiesta, El Sexto, Agua, entre otras obras que le valieron distinciones en el país y el extranjero, antes de tomar tan fatal decisión dejó dos cartas: una dirigida a su esposa Sybila Arredondo y otra al rector y alumnos de la Universidad Agraria, que escribió en el transcurso de los días 27 y 28 de noviembre y en la que manifiesta: “me retiro ahora porque siento, he comprobado, que no ya no tengo energía e iluminación para seguir trabajando, es decir, para justificar la vida”.
El deceso del antropólogo, maestro universitario y literato, que nació el 18 de enero de 1911 en Andahuaylas, en la serranía, se produjo alrededor de las 7 y 15 de la mañana, causando pesar en el mundo intelectual.
Arguedas se desempeñó en vida como director de la Casa de la Cultura del Perú, director del Museo Antropológico, catedrático de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle, de la Cantuta, y Universidad Nacional Agraria La Molina.
Entre otros laureles, obtuvo el Premio Nacional de Fomento a la Cultura y Premio Literario Garcilaso de la Vega, habiendo sido invitado a diferentes eventos en el extranjero.
Los médicos del Hospital Central del Empleado indicaron ayer que los intentos para extraerle el proyectil alojado en la cavidad craneana fueron vanos.
Su estado se agravó seriamente el lunes en la tarde, sin que se pudiera hacer algo para salvarle la vida.
Ayer, después del mediodía los restos mortales, en presencia de la viuda y de los hermanos del extinto, Arístides, Nelly y Pedro Arguedas fueron trasladados a la antigua biblioteca de la Universidad Agraria, desde donde saldrán hoy a las cuatro de la tarde para ser sepultados en el cementerio El Ángel.
Los amigos de Arguedas, desde tempranas horas concurrieron al velorio, entre ellos el escritor chileno Pedro Lastra, quien ha venido especialmente desde Santiago.
Enfoque
José María Arguedas fue un asiduo colaborador de las páginas de El Comercio y especialmente del suplemento El Dominical, desde mediados de la década de 1950, a donde fue invitado a escribir por su gran amigo, el doctor Francisco Miró Quesada Cantuarias.