¿Cómo llegaron y desaparecieron las monedas RIN?: cuando llamar por teléfono en la calle dependía de una ficha de color plomo
Entre los años 80 y 90, las fichas telefónicas RIN no podían faltar en el monedero o bolsillo de los peruanos. Hoy en día los nostálgicos de aquellas épocas pueden adquirirlas a través de páginas de Internet.
Tal vez muy pocos recuerden lo difícil que era encontrar un teléfono público en la calle y más aun depender de la suerte para que esté operativo. Si el primer obstáculo era superado solo quedaba rezar para que no nos falten las monedas necesarias para realizar nuestra llamada. A todo ello se sumaban las largas colas y las voces de protestas cuando el usuario de turno no tenía cuando acabar su conversación.
Desde un inicio las cabinas telefónicas fueron objeto de robos y vandalismo. En 1969 cuando Lima tenía 2′541.300 habitantes solo habían 1.000 teléfonos públicos distribuidos por la mayoría de distritos residenciales. En esa época eran el centro de atención de los vándalos que robaban las monedas utilizadas para hacer las llamadas telefónicas.
Se trató de disuadir a los delincuentes contratando vigilantes para las cabinas telefónicas. Mientras tanto la demanda por los teléfonos públicos continuaba en aumento así como las tarifas. A finales de los años 80 una llamada desde una cabina pública costaba 5 soles. Sin embargo, esta situación cambió cuando la Compañía Peruana de Teléfonos instaló en 1981 las primeras cabinas telefónicas que funcionaban con las fichas RIN.
El nuevo chico del barrio
“RIN, es mi nombre y hago funcionar al nuevo teléfono público de cabina amarilla cada vez que lo necesites. Cómprame, úsame y llévame contigo porque te puedo servir incluso para emergencias. Te sirvo para hablar tres minutos. Si necesitas más tiempo utiliza otro RIN”, así la Compañía Peruana de Teléfonos (CPT) inició la campaña de lanzamiento, en enero de 1981, de la nueva ficha telefónica RIN.
La instalación de 2,600 cabinas telefónicas, fabricadas por la empresa brasileña DARUMA, comenzaría en el Callao y de allí en todo Lima. En aquel entonces nuestro primer puerto solo tenía 105 teléfonos públicos accionados con monedas. Gracias a esta campaña de la CPT se instalaron 200 cabinas accionadas con fichas RIN. Concientizar a los usuarios para que sean cuidadosos al usarlas era parte importante de la modernización del servicio de telefonía pública.
Cuando recién salió a la venta, el RIN costaba 10 céntimos y estaba a la venta en farmacias y bodegas. Posteriormente, su valor fue incrementándose de acuerdo a la inflación del mes. Los bodegueros comenzaron a usarlas para dar vuelto cuando no tenían el cambio exacto.
Su popularidad en la vida de los peruanos hizo que al poco tiempo de su salida al mercado se creara un llavero porta RIN. El aviso publicitario que compartimos en esta nota data de noviembre de 1982. En aquella oportunidad pilas National ofrecía el siguiente canje para llevarse el llavero especial: 4 pilas National de cualquier tipo y tamaño más 500 soles. Los lugares de canje eran la Casa Matusita, Comercial Don Bosco, Casas Electra, Music Center, entre otras casas comerciales de la época.
Lamentablemente, las fichas telefónicas fueron objeto de falsificaciones. Cada cierto tiempo la policía intervenía talleres clandestinos donde eran falsificadas por millares haciendo uso de máquinas rústicas para grabar el logotipo de la CPT.
Este fue el caso del operativo realizado en Comas, en agosto de 1994, donde funcionaba una fábrica clandestina. Los estafadores tenían 8 mil fichas falsas listas para ser comercializadas entre los vendedores informales y otras 4 mil en proceso de fabricación.
En 1993 la comercialización las fichas telefónicas RIN ya no era rentable para la CPT. Un año más tarde sería privatizada. Pero ese es otro capítulo en la historia de las telecomunicaciones en el Perú.