Earl Warren llegó en un avión de la Fuerza Aérea de su país, que lo trajo de Bolivia. Fue recibido por el presidente de la Corte Suprema del Perú, César Augusto Lengua, representantes del Poder Judicial y de la embajada norteamericana.
En medio de altas medidas de seguridad, el reconocido juez se introdujo en el vehículo de su colega peruano y se dirigió de inmediato al Colegio de Abogados de Lima.
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“A su arribo a dicha sede fue recibido por el decano, Mario Alzamora Valdez, y los vocales de la institución, quienes le sirvieron de guías en un breve recorrido por el lugar”, cuenta El Comercio en su edición del 3 de marzo.
En el Salón de Actos del Colegio, Alzamora Valdez resaltó la tradición judicial de su país y los méritos profesionales y personales del doctor Warren.
El magistrado agradeció las palabras del jurista peruano y destacó la importancia de la Ley para la obtención de la paz mundial.
En la tarde el doctor Warren se deleitó observando la colección “Oro del Perú”, expresando su admiración por el pasado cultural de nuestro país. Y en la noche fue huésped de honor del presidente de la República, Fernando Belaunde Terry, en una comida ofrecida en Palacio de Gobierno.
Coincidiendo con la visita de Warren al Perú, en Estados Unidos se dio una polémica resolución sobre la acusación presentada por el fiscal Jim Garrison, quien sostenía que el asesinato de John F. Kennedy había sido una conspiración y no una acción individual de Lee Harvey Oswald.
El gobierno de Estados Unidos había declarado inocente al empresario Clay Shaw, uno de los principales acusados por Garrison. El FBI había llegado a la conclusión de que Shaw no había conspirado para asesinar a Kennedy.
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El fiscal de Nueva Orleans, que había ordenado la detención de Shaw, insistió en que poseía la prueba de que el acusado y Lee Harvey Oswald se habían reunido en esa ciudad para planear el magnicidio.
La oficina de Garrison argumentaba que Oswald, Shaw y David Ferrie –otro presunto conspirador- se habían reunido en setiembre de 1963 “con otros individuos” y se habían puesto de acuerdo “para matar a John F. Kennedy”.
Este episodio es documentado magistralmente por Oliver Stone en la película JFK, estrenada en 1991.
La noticia se reprodujo de inmediato en Lima y Warren tuvo que afinar sus habilidades para rebatir la artillería de preguntas sobre el informe final de la Comisión que él presidió, entregado el 27 de setiembre de 1964, a los 311 días de producirse el magnicidio.
En conferencia de prensa, Warren manifestó que si el gobernador Connally no creía que fue herido por la primera bala que perforó antes la nuca del presidente Kennedy, ello significaba que pudo ser herido por la segunda bala o por la tercera que disparó Oswald. Connally viajaba en la segunda línea de asientos del vehículo que transportaba al presidente norteamericano, quien iba detrás con su esposa.
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La segunda bala destrozó el cráneo del presidente y se deshizo en su cerebro y la tercera fue encontrada en el grass de la avenida Elm, aseguró el magistrado a los cerca de 40 hombres de prensa.
Los periodistas preguntaron sobre las conclusiones de la “Comisión Warren”, las dudas planteadas, la posibilidad de una conspiración y las recientes revelaciones del fiscal Garrison.
El juez norteamericano respondió sereno a todas ellas, aunque sobre las investigaciones que venía realizando Garrison el visitante no quiso opinar. Eludió con elegancia fijar sus propios conceptos aduciendo que no estaba en autos de la materia que Garrison tenía entre manos.
Reiteró varias veces que sigue convencido de la validez del informe elaborado por la Comisión que él lideró. Pero abrió las puertas a cualquier eventualidad y se apresuró a afirmar que si se presentaban nuevas evidencias no tendría inconveniente en ampliar su investigación.
Durante su segundo día de estadía en Lima, Warren fue objeto de un especial homenaje de la judicatura peruana, durante una sesión solemne ofrecida por la Corte Suprema del Perú.
Warren declaró que se encontraba conmovido por los homenajes que se le habían tributado y que los interpretaba como una expresión de la amistad que une al Perú con los Estados Unidos.
El distinguido visitante concurrió en la noche a una reunión ofrecida en su honor por el embajador de su país, John Wesley Jones, en la residencia de la Embajada de los Estados Unidos.
El 4 de marzo, al despedirse del Perú dijo: “Yo y mi señora estamos muy agradecidos por las atenciones recibidas en Lima. Puedo decir que he palpado la cordialidad y hospitalidad tradicionales del pueblo peruano”.
Earl Warren abordó el avión de la Fuerza Aérea de su país que lo trasladó a Ecuador, en medio de grandes medidas de seguridad. El juez norteamericano falleció el 9 de julio de 1974, en Washington.
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