El Comercio me marcó de por vida
Por: Pío R. Zelaya Castro. Jaén – España
Ex Corresponsal Escolar. Médico especilaista en Psicoanálisis radica en Jaén
Yo entré como corresponsal en 1987, mi último año del colegio Pedro Ruiz Gallo de Chorrillos, la sala de redacción de El Comercio era un lugar nuevo para mí, había corresponsales de diferentes colegios y de diferentes lugares, pero todos teníamos algo en común, teníamos la ilusión de pertenecer al gran periódico El Comercio y por lo tanto teníamos la gran responsabilidad de escribir algo que fuera interesante y trascendente, compartimos la complicidad de encontrarnos los jueves por la tarde y conversar sobre nuestras vidas desde distintos lugares y puntos de vista. Nos sentíamos importantes, pero sobretodo nos sentíamos parte de una voz que llegaba a casi todos los rincones del pais. Aprendí en ese año que podía hablar y que me podían escuchar.
Aquí vemos a Pío Rolo Zelaya Castro, junto la tenor peruano Juan Diego Florez, en un encuentro cultural en el teatro de Jaén en España
El Comercio me marcó de por vida; cuando entré en la universidad llevaba esa marca de haber sido corresponsal escolar, cuidé desde entonces mi bien decir, el decir la verdad y sobretodo decirla. Es la pequeña gran lección cuando se divulga, ya sea algún texto científico o de opinión. Siempre ha resonado en mis oidos el no caer en el mas vil de los oficios cuando he puesto voz a ideas y conocimientos, que muchas veces, en mi caso la medicina,se entregan a un mero interés comercial.
Me he llenado de orgullo cuando por circunstancias de la vida he terminado viviendo lejos de mi pais, en España, y ver como el referente del Perú es El Comercio, es la fuente fideligna de la realidad peruana y desde luego han sido pocos los días en que no he leido puntualmente la edición electrónica que me mantiene en contacto permanente con el Perú.Mi curiosidad vehículizada por el lenguaje he podido concretarla en el Psicoanálisis, aún queda mucho camino por recorrer, pero la ilusión de las experiencias vividas siguen presentes.
Se vive lejos, pero son muchas cosas que nos permiten seguir diciendo con orgullo de donde venimos porque vayamos a donde vayamos, así sean lugares de gran desarrollo y progreso, el amor por la verdad y la justicia son valores que son universales y valores que aprendimos en nuestras casas, en nuestras escuelas y en lugares como El Comercio.