Un hámster en casa
A principios de este siglo, un investigador inglés descubrió en Siria unos pequeños roedores a varios metros de profundidad, los mismos que fueron llevados a Inglaterra como una nueva especie. Posteriormente estos ejemplares fallecieron. Después de unos años se logró capturar otro de estos roedores que son los mundialmente conocidos “Hámster”.
Desde la década del 60, los hámsters se han popularizado a nivel mundial como mascotas, luego de haberse usado como animales de experimentación. En esta especie, los más comunes en nuestro medio son los sirios, que son de tamaño grande, y los rusos, que se caracterizan por ser más pequeños y en algunas ocasiones un poco agresivos.
Si tienes un hámster en casa y quieres conocer los cuidados que debes tener con él, debes saber que no recibe ningún tipo de vacunas, tiene que tener papel siempre a su disposición pues de ese material hace su nido. Son animales de hábitos nocturnos y como todo roedor no debes olvidar de poner algo duro para roer, de lo contrario podría darse un crecimiento desmesurado de sus dientes.
En el caso de que tu hámster tenga crías, no las toques ni las mires, pues cuando la madre siente el olor de otros puede abandonar a sus recién nacidos. Separa al hámster macho de la jaula en la que se encuentra la madre con crías para evitar cualquier tipo de ataque por parte del macho.
Recuerda que una vez que uno se compra una pareja de estas mascotas es muy común que al poco tiempo tengamos una familia muy numerosa.
La fertilidad en las hembras llega rápidamente, en ocasiones, después de los 30 días. El tiempo de gestación va entre 16 a 21 días, dependiendo de la raza.
La jaula debe ser de material plástico o vidrio (especialmente hechos para estas mascotas) y deben ser limpiadas constantemente para evitar cualquier tipo de malos olores y problemas de salud.