Balada para un Crazy
La llegada de Aerosmith invoca un repentino recuerdo a las últimas baladas que bailaste en tu fiesta adolescente (con luces psicodélicas, por supuesto).
No me avergüenza confesar que aprendí a bailar canciones lentas acompañado de “Los años maravillosos”. Mientras Winnie Cooper abrazaba a su novio, que esta vez no era Kevin, sonaba “You’re everything” de The Stylistics. Ambos iban de un lado a otro, entregados al simple movimiento del muñeco porfiado. Con los brazos extendidos, ella en los hombros, él en la cintura. Sin mirar a los ojos (todavía no la mires, todavía no la beses). Melancólicos y coordinados a la vez. Así aprendí. Había olvidado cómo y cuándo fue la última vez que bailé pegado en una fiesta. Hasta que un anuncio de concierto recuperó los dispersos archivos de la banda sonora de lo que viví. Viene Aerosmith, leí, y de repente regresé a esa pista de baile rodeada de luces psicodélicas y hielo picado. Confirmé que llegará a Lima uno de mis grupos esenciales y recordé cuando en 1995 el momento más cursi me dejó totalmente ‘crazy’.
¿Te acuerdas que la bailamos?
A mediados de los años noventa, aún los jóvenes podían salir a bailar canciones como “Only You” o “Unchained Melody”. Para sentir la respiración del otro y entregarse al más inocente coqueteo no era necesario el reggaetón. En ese verano del 95, busqué muy temprano a mi amigo Alejo, un tipo que por esos años prefería el silencio y que se había encontrado en la música su único medio de comunicación. Alejo hablaba muy poco pero siempre iba a las fiestas con una mochila de jean enorme donde guardaba hasta más de 200 cassettes. Allí, mi viejo camarada, grababa canciones de Chimo Bayo, de Vico C, El General, Nirvana y Pedro Suárez Vértiz. Cuando se acercó la fiesta de su hermana, Isabel, fui uno de los primeros invitados.
-Tienes que venir Canelo. Además, ahora pondré mi caset de “Las mejores baladas 95″.
Para ese momento, “Creep” ya era una balada conocida y yo tenía la esperanza que aparezca en esa recopilación pirata de mi amigo. Descartada la posibilidad de encontrar “More than Words” o “Dont’s Speak”, insistí con la canción emblema de Radiohead.
-Apenas llegue M. a la fiesta, tienes que cuadrar el caset y poner “Creep”-, pedí con urgencia.
-¿”Creep”? Estos cassettes son piratas pero ‘legales’ con los años de las canciones. “Creep” es del 94, no te pases-me cancelaron.
No me desanimé, en esa enorme mochila marca “Custer” (o nada) de Alejo tenía que existir algún caset que me salve la noche. Me puse un jean deshilachado, unas zapatillas Troop (sin luces) y mi polera con capucha (Gotcha). Usé corte hongo y mi perfume Temptation. Estaba listo. Por suerte, siempre tuve en mi cuarto un enorme y viejo espejo, de esos que usan los sastres de barrio, con el cual ensayaba antes de cada reunión social que aparecía en mi adolescencia. Ante ese espectro, que era yo mismo, repetía invitaciones para salir o para bailar. Ante ese sujeto impresentable, que me hacía recordar lo que yo realmente era, aprendí a hablar en limpio, sin margen de error.
Caminé solo tres cuadras para llegar a la casa de Alejo e Isabel. Como siempre, como ahora. La sala estaba llena de personas y no había asientos, tenía que acercarme a la terraza donde estaban las luces psicodélicas y donde se manifestaban las más excéntricas e ingenuas formas de bailar. Impaciente y con el tiempo de caducidad de mi Temptation amenazándome, me acerqué donde Alejo. Ya había llegado M. y era impostergable la programación de la mejor de las baladas.
-Ya pues monse, qué esperas para la balada. A M. le dan permiso hasta las doce nomás- repetí en medio de prematuras exhibiciones de ansiedad.
-En la próxima pongo una buena. No traje “Creep”, pero esta es mejor-me alivió.
“Come here… baby”.
Se escuchó una armónica clásica y todos salieron a bailar. Era “Crazy” de Aerosmith. Las luces psicodélicas alternaron en desorden, como semáforos en hora loca. La bola giratoria al fin pudo girar. El hielo picado fumigándonos la timidez. M. seguía allí, con su mejor cara de “yo nunca he bailado baladas ni lo pienso hacer”.
“You know you drive me up a wall the way you make good on all the nasty tricks you pull. Seems like we’re makin’ up more than we’re makin’ love. And it always seems you got somn’ on your mind other than me. Girl, you got to change your crazy ways. You hear me”.
Caminé hacia M. con la excesiva lentitud que tienen los “Supercampeones” cuando corren hacia el arco rival. Al igual que Oliver Attom o Steve Hiuga, pensaba durante mi breve tránsito si M. aceptaría, si mi abrazo iba a ser cómodo para ella, si mi Tempation la iba a tentar, si sus 5 hermanos no me corretearían por toda la avenida César Vallejo. Me imaginé bailando vestido de etiqueta, me pensé en medio de un “Tiempo de Vals”. Me proyecté cinco, diez, quince años, aluciné tanto que antes de pedirle un baile M. me pregunté si ella podía ser la madre perfecta para mis hijos.
“Say you’re leavin’ on the seven thirty train. And that you’re heading out to Hollywood. Girl, you’ve been givin’ me that line so many times. It kinda gets that feelin’ bad looks good, yeah”
Nunca había escuchado “Crazy”. Solo sabía de Aerosmith por un disco que le habían prestado a mi hermano ayer. Se me hacía familiar el intro de “Walk this way” y con eso culminaban mis ínfimos conocimientos sobre un grupo que, para ese entonces, ya tenía más de 25 años de vida. Después, cuando me convertí en incesante seguidor, descubrí que Steven Tyler y Joe Perry tuvieron dos etapas. Así coleccioné un centenar de canciones y así recordé con esos primeros cassettes que hubo una vecina de todos los tiempos, que hubo un tiempo en el cual bailar baladas podía ser el final feliz de una película apta para todos.
A finales de los ochenta, Aerosmith revivió la inspiración y le dio a su balada madre “Dream on” un grupo selecto de hijos reconocidos como “Crazy”, “Cryin’” y “Amazing”. De esa forma los conocimos muchos adolescentes, que jugábamos a ser rebeldes y marginales como Kurt Cobain y que teníamos a Dolores de The Cranberries como primer amor. En esos discos de cinco soles, con la inscripción “Lo mejor del Rock Alternativo” mezclamos en nuestros oídos desde rock con influencia de blues hasta el más químico y más puro de los exponentes del grunge.
Nunca más bailé una balada en una fiesta. Lo he hecho a solas, en una playa, en el cuarto de un hotel y en conciertos. En una fiesta, con luces psicodélicas, con bola giratoria, con hielo picado y con DJ improvisado, nunca más. ¿Por qué ya no ponen baladas en las fiestas? ¿Por qué hoy el único contacto corporal con la persona que te gusta de un tono tiene que ser cuando Tito El Bambino dice que “el amor es una magia”? ¿Por qué nunca ponen una lenta de Aerosmith para amenizar la noche?
Ya había olvidado ese día de 1995, cuando bailé con M. abrazados y sin pensar en absolutamente nada. No pude evitar emocionarme cuando se anunció el concierto de Aerosmith y apenas comenzó la preventa fui por mi entrada. Porque mi última balada fue “Crazy”. Porque soy campeón de Crazy Combi. Porque alguna vez me la pegué en el Crazy de la Marina. Porque salí con mucha Crazy y porque mis amigos y yo estamos Crazy. Por eso y muchas cosas más, tengo mi entrada. ¿La zona? ¿Cuál creen?
Desde que se fue a Europa, hace más de cinco años, no sé ni “m” de M. Pero tengo su correo electrónico y le escribiré con mucho respeto (está casada y con 2 hijos). Le preguntaré si se acuerda de “Crazy” y ella me dirá que yo sigo ‘crazy’. Y como estoy ‘crazy’, y como cada vez más, esperaré a una próxima fiesta (ya sin luces, ya sin bolas giratorias) para sorprender al DJ con un CD y pedirle que me haga el favor. Quiero bailar una lenta más. ¿Por qué ya nadie lo hace? Que se pare el tono, que todos se sorprendan y que suene una baladita noventera de Aerosmith. Esta vez abrazaré fuerte y me acercaré un poco más. Esta vez no pienso quedarme callado. Esta vez seré el más coqueto de los susurros:
“Come here baby”
-¿Esteee….. te gustaría ir al concierto conmigo?
¿Cuál fue la última balada que bailaste en una fiesta? ¿Por qué ya nadie lo hace? ¿Cuál de las baladas de Aerosmith te gusta más? ¿Cuáles son las canciones que quieres escuchar en el concierto? ¿Qué zona comprarás? ¿Vamos en mancha?
[La última balada de todas: “Crazy” de Aerosmith. Un clásico de mi adolescencia que espero volver a escuchar este 22 de mayo. Aunque, siendo honesto, tampoco es mi prioridad después de todo lo que conocí de este grupazo]
[“Cryin’”: otro clásico de Aerosmith, según lo que he averiguado esta canción sí estará de todas maneras en el concierto del 22. La versión de este video es de un concierto en Argentina hace 3 años. Como para hacernos la idea de cómo ocurrirá todo. Vamos, todavía!!!]
[Con esta yo completé mi triología de baladas de Aerosmith en los años noventa. “Amazing”. La primera vez que escuché esta canción fue en un capítulo de la serie “Grande Pa”. El video es locazo y con una Alicia Silverstone extremadamente provocativa]
OTROSÍDIGO
Y ahora sí mi top tres de canciones de Aerosmith. Obviamente que los años pasaron y al conocer mejor a este grupo pude desvincularme de su lado comercial y de soundtracks. Prefiero estos otros clásicos que de todas maneras deberán estar en el que para mí podría ser el mejor concierto de todos los tiempos en el Perú. Ojalá acierte.
Aquí mis favoritos
[Por alocada e irreverente: “Eat the rich"]
[Por solemne e inspirada: “Dream on”]
[Por rockeraza: “Walk this way”]
AVISOS PARROQUIALES:
1. Si alguno de ustedes tiene la confirmación del concierto de Capitán Memo en Lima pase la voz porque necesitamos esa información para después organizarnos como grupo nostálgico e ir en mancha.
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