Perricholi solo hay una
A propósito de la nueva versión de la miniserie que nos quitó el sueño en los noventas, recordemos esas producciones de Michel Gómez que tuvieron en Mónica Sánchez a una de sus principales protagonista
Uno de mis primeros ensayos como persistente reportero fue en el invierno de 1996. Tenía que cubrir el detrás de cámaras de “Nino”, esa adaptación noventera a la vieja telenovela que paralizó el rating peruano en blanco y negro, en tiempos cuando el Perú aún iba a Mundiales de Fútbol. Los protagonistas de esa recargada producción eran Mónica Sánchez y Christian Thorsen (léase en versión actualizada ‘Charito’ y ‘Platanazo’). Digamos que yo en ese momento era tan solo un entusiasta periodista escolar. Con mi impresentable uniforme y con la mochila a cuestas, llegué hasta la sala de grabación del coliseo Amauta. Esperé por más de tres horas en la puerta del camerino hasta que ella salió recién maquillada para darme la más feliz de las bienvenidas.
-¿Me esperas un ratito?, dijo Mónica
Yo solo pude alzar las manos para saludar a los lejos. Mi cara de ganso era irrepetible. No pude decirle nada. La conmoción me había dejado completamente mudo.
No estaba preparado para la Mónica Sánchez que conocí. Abrumadoramente amable, afectiva, maternal. Tan linda ella. La productora le dijo que ese imberbe de chompa azul, de pantalón plomo y que no soltaba su grabadora Pioner de enorme cassettera, se había quedado sin almorzar por esperarla.
-Pobrecito, se compadeció la musa.
Yo traté de imitar el rostro del gato con botas de Shrek. Hice de la compasión una forma de manipular el cariño. Creo que lo conseguí.
Mi sorpresa era inevitable y mi inoportuno mutismo totalmente justificable. Admiraba a Mónica Sánchez y había seguido su versátil carrera de novia del Perú. Desde la histórica e inmejorable Perricholi hasta la cercana chica del barrio (Gloria) de “Los de Arriba y los de Abajo”. Tenía mi álbum de figuritas repleto de “Mónicas”.
Aquella tarde quise preguntarle muchas cosas. Olvidé casi todo el libreto por encontrarme con una linda mujer que estaba predestinada a ser la mejor actriz de su generación. Hoy estrenan una versión de “La Perricholi” y yo recordé a la mejor Mónica Sánchez y esa secuela de series de Michel Gómez que veíamos en las noches de los noventas, en la frontera de la hora de protección del menor. En tiempos de quinceañeros faltosos que se enamoraron de Mónica, que se aprendieron las canciones de Lucha Reyes en “Regresa” o que quisieron mecharse como grandes faites emulando al mítico “Tatán”.
Me encontraba con los rastros de esas producciones, en lo que Youtube pudo rescatar, y hallaba miles de kilómetros de distancia con las fáciles teleseries que sintonizamos hoy, esas producciones chatarras enmarcadas en fáciles biografías donde el eje temático es “lo que más se vende en los periódicos”. Una saga de cuatro o cinco buenas teleseries producidas por Michel Gómez que alcanzaron su pico de realización con esa telenovela que fue algo así como el “Al fondo hay sitio” de los noventas: la telenovela “Los de arriba y los de abajo”. Apenas suena “Triciclo Perú” de Los Mojarras me acuerdo del servicial Chamochumbi, del excéntrico Marshamellow. Me acuerdo de Teddy Guzmán y su poder añejo de seducción (como el vino).
Por motivos de edad y de coyuntura nacional (inseguridad en las calles), los niños y adolescentes de mis tiempos ya estábamos en nuestras casas antes de las siete de la noche. Motivo suficiente para poner ATV Canal 9 y seguir cada una de sus coproducciones. Yo me quedo con “La Perricholi”. Porque fue original, porque muchos actores aparecieron con hambre de gloria y de mostrarse. Escenas con buenos montajes y libretos que dejaban frases para el uso cotidiano (y que llegaban a durar meses en los pasillos de los colegios, en las calles y plazas). También prefiero a “La Perricholi” de hace 19 años porque le puso un toque distintivo a las demasiado correctas series de época y, claro que por supuesto que desde luego que sí, por Mónica Sánchez en su versión más veinteañera.
Confieso haber sido seguidor de todas estas series y sí siento que se dejan extrañar. Michel Gómez encontró una fórmula de éxito con actores que también rompieron el molde de la estética en una televisión peruana que se dejaba engañar muy fácilmente. Si no pregúntenle a Maricarmen Regueiro, la Natacha rubia y venezolana que pudimos ver a inicios de esa década. Con “Los de arriba..”, todos aterrizamos de nuevo.
Estas series también fueron un permanente desafío al horario, sino pregúntenles a los parroquianos adolescentes que encontraron en la miniserie “Bolero” su “Serie Rosa” con sabor nacional o a los que convirtieron el corset de Tatiana Espinoza en un inevitable objeto de deseo. Onanismos aparte, MGZ Producciones (¿se acuerdan que así salía en las intros de las series y novelas?) aniquiló los últimos rincones conservadores que aún tenía nuestra TV.
En ese invierno de 1996, me atendió ‘Platanazo’ y después pude conversar con una veinteañera ‘Charito’. Aún tengo las grabaciones, aún conservo las opacas fotos que nos tomamos juntos. Ya era muy tarde cuando culminamos la entrevista, casi las ocho de la noche, y yo no tenía la más mínima idea de cómo iba a regresar a mi casa. Solo conocía el camino de ida. Mientras alistaba mis cosas, mientras recogía mi pesada mochila escolar, Mónica Sánchez se convirtió en el hada madrina imposible de mis amores platónicos. Se acomodo el cabello, sonrío como solo ella sonríe y me preguntó:
-¿Cómo vas a regresar a tu casa? Si quieres yo te llevo.
Cómo explicarles que en ese momento todo me pareció celestial. Mi miniserie de Michel Gómez tenía un capítulo final de ensueño (y real a la vez). La más querida “Perricholi” se fue conmigo. Ese día me convertí en un torpe adolescente que no necesitó bajar la luna para irse con la musa y ver desde cerca la más repentina constelación de estrellas en forma de mujer.
¿Se acuerdan de las series de Michel Gómez? ¿Te quedas con la “Perricholi” anterior o quieres ver la actual? ¿Sabías que el “equipo base” de “Los de Arriba y los de Abajo” luego se reinventó en “Al fondo hay sitio”?
VAMOS CON LOS VIDEOS
["La Perricholi" Año 1992]
["Tatán". Año 1993]
["Regresa". Año 1992]
["Los de Arriba y los de Abajo". Año 1994]
AGRADECIMIENTO TOTAL
Solo quería agradecer, aún conmovido por la cantidad de gente que estuvo conmigo en la presentación de “El Joven Nostálgico-El Libro”. Fueron más de 500 personas en el auditorio César Vallejo de la Feria del Libro 2011. Según las cifras generales fue la segunda presentación más concurrida de la Feria. Gracias en verdad. A los lectores, a los amigos, a la familia, a la gente de siempre, a la gente de ahora. Pero especialmente muchas gracias a Capitán Memo por viajar miles de kilómetros solo para acompañarme en este día especial. Gracias a Raúl Tola por toda el afecto que le puso al Prólogo de esta publicación y por estar también en esa inolvidable noche. Gracias a la editorial Estruendomudo por confiar en este viejo proyecto hecho realidad. El libro con los mejores posts reeditados y ampliados de estos 3 años de “EJN” seguirá a la venta ahora en librerías como Crisol, El Virrey, La Familia, entre otras. Allí pueden adquirirlo junto al CD con los mejores éxitos de Capitán Memo. Si lo leen, me cuentan por aquí qué les pareció.
Y ahora una secuencia de imágenes para recordar lo que fue esta bonita velada.
Aquí un primer plano de la portada del libro nostálgico. Una simulación de Trapper Kepper. ¿Cómo lo ven?
Video de Capitán Memo en el cierre de la presentación. Aquí interpretando “Ángel: la niña de las flores”. Muy melancólico momento. Escuchen a los niños de treinta y cuarenta cantando en el auditorio.
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