Vader - Welcome to the Morbid Reich - Nuclear Blast - 2011
Uno de los referentes indiscutibles del metal extremo polaco es Vader. Formados a mediados de los 80 en torno de de la figura de Piotr Wickzareck, su trabajo se basó en el thrash metal en boga entonces. Sin embargo, a finales de los 80, el death metal de inspiración nórdica y estadounidense, así como los ecos de Sepultura atravesaron la ya alicaida cortina de hierro y dieron un nuevo impulso a la primitiva escena extrema polaca. Vader evolucionó su sonido hacia una forma muy original de death metal y se convirtieron en la primera banda de Europa oriental en formar con un sello importante de Occidente, Earache, con quienes en 1993 lanzaron The Ultimate Incantation, con portada de Dan Seagrave y todo. La formación de la banda se mantuvo bastante tiempo, y hasta el 2002, con Piotr en la voz y Doc en la batería.
Por algunos años, en medio de la explosión death y luego black que asoló a Europa en la primera mitad de los 90, se les perdió un poco el rastro, pero ellos continuaron con su sonido death/thrash con influencias black. El EP Sothis, y el álbum De profundis mostraron una banda con su propio sonido y discurso propio. Así mismo la tendencia nihilista de las letras y portadas, así como su militante ateísmo anticristiano (Polonia es un país muy católico, más que el Perú) se perfilaron como los ejes dominantes de su inspiración artística. Poco a poco van matizando su sonido extremo con momentos reflexivos y sugerentes, como ya venían haciendo por ejemplo los Rotting Christ en Grecia. Litany del 2000 es un hito en esta progresión. El EP Reing Forever World, del año siguiente, es también una declaración de transformación a la vez que de lealtad a la tradición (en ese disco hay una apabullante versión de Total Desaster de Destruction). En el 2004 lanzan el The Beast, para mí, su mejor disco del siglo XXI, en el que temas como Dark Trasnmission y Firebringer se acercan a lo más perfecto que el death metal se ha atrevido a dar en este siglo. Ya en este disco Doc, el baterista tradicional, desaparece de la alineación al parecer por problemas constantes con el alcohol y la depresión concomitante, murió en 2005.
Impressions in Blood, del 2006 marca el final creativo de toda una época. Así para el 2009, con la desaparición física de Doc, Vader cambia completamente de integrantes y pasa a convertirse más que nunca en un proyecto de Piotr, Peter, Wickzareck. El primer trabajo bajo este concepto fue Necropolis, un disco muy bueno pero que adolecía ciertos niveles de inacabamiento que en una banda de la trayectoria de Vader ya deben estar superados, pero supongo que era por el cambio de miembros. La idea todavía tenía que cuajar.
En este 2011, este nuevo Vader ha vuelto y ahora todo reparo queda superado. Este es uno de los mejores discos que han sacado desde su formación, está a la altura del Litany y del The Beast. Se trata de un verdadero disco de death metal rabioso, enérgico y técnico. La contundencia de los temas, así como los diferentes matices de morbosidad explotados sin hacer concesiones a la blandura del sonido dan cuenta de una verdadera pieza de artillería headbanger disparada contra la conciencia estética. En esta clase de discos no tiene mucho sentido una revisión tema a tema, pues prima un sonido antes que la idea de canciones en sí mismas. Decir que los medios tiempo son más fuertes que nunca y que la voz de Peter está genial y sin ninguna sobreproducción. En las guitarras se nota influencia del death metal sueco, sobre todo de Unleashed, algo que se está retomando pues así pasaba con el viejo Vader también y en los solos también hay bastante del primer Morbid Angel. El disco en sí está en constante diálogo con sus viejos trabajos sobre todo con el The Ultimate Incantation, Sothis y The Beast. Ahora no vayan a pensar que este es una especie de disco tributo al pasado, no; hay bastante lugar para ver la evolución de su concepto musical. Sonidos nuevos, sonidos de siempre. La portada es otro acierto, repite el motivo de las dos torres que aparece en otras portadas, ahora con ciertas banderas que recuerdan al Tercer Reich, quizás el reich morboso (enfermo) al que alude el título. Como de costumbre, tanto en la portada cono en las letras hay mucho simbolismo del que es mejor dejar a la imaginación personal hablar.
Vader viene con todo y para los fans del death metal esto es una declaración de que el género sigue vivo y tiene para largo.
Peter: Voz/Guitarra
Spider: Guitarra
Hal: Bajo
Paul: Batería
Wojtek & Slawek Wieslawsky: Productores
Nuclear Blast: Sello