La voz de los sin voz
Al escribir sobre un determinado tema, tratamos siempre de emplear las mejores palabras para graficar aquellas historias que se nos presentan día a día. Hoy 8 de diciembre, día del locutor peruano, quizá lo mejor pudo haber sido que contáramos con grabaciones de las mejores voces que, año tras año, nos acompañan y nos acompañarán cada vez que encendamos la radio o la televisión. Esta fecha nos invita a recordar a aquellos hombres y mujeres que transmiten su voz a través de un micrófono para darnos las últimas noticias, o simplemente un mensaje de aliento o de compañía.
Cómo olvidar los años 80, época del terrorismo en nuestro país, cuando la compañía de Miguel Humberto ‘Mihua’ Aguirre a través de RPP se convirtió en algo irremplazable. Su programa iba por las noches, de pronto el estallido de una bomba dejaba sin luz una gran parte de la ciudad, en ese momento aquel hombre ubicado estratégicamente detrás del micrófono de la radio, servía de guía y nos transmitía la calma necesaria. Fue tal su servicio para los oyentes que llegaron a bautizarlo como el “Señor de los apagones”.
Éste es solo un ejemplo de la tarea de un locutor radial. En esta oportunidad, Huellas Digitales quiso conocer in situ la trayectoria, el trabajo de estos profesionales y visitó dos cabinas radiales y, además conversó con los protagonistas de esta nota.
Koki el Inolvidable
Hablar de “La hora del lonchecito” es hablar de Jorge ‘Koki’ Salgado, locutor radial cuyo vínculo con la radio desde
noviembre de 1973 logró sobrepasar fronteras. “Recuerdo que tenía 13 años cuando empecé a acompañar a mi padre, Wilmer Salgado Bedoya, a Radiomar que en ese entonces estaba ubicado en Pueblo Libre. Le ayudaba a llevar los discos y sin pensarlo quedé impresionado por los controles que manejaba el operador en cabina. Desde ese momento, nunca más me separé de la radio”, recuerda.
Dos años después, se le presentaría la gran oportunidad. La ausencia de un operador en Radiomar le permite obtener un turno fijo los días domingos. “Cómo olvidar aquel día. Pero después de eso me llegó otro gran reto. Me nombran operador del ‘Tío Ronco’ Gámez, yo ponía la música, los efectos y de pronto, al aire, el tío me dice “da la hora sobrino”, yo al toque le dije “8 de la mañana ¿ta bien tío? (risas)”
De esa manera Koki Salgado emprendería una hermosa relación con los oyentes, más aún cuando el ‘Tío Ronco’ le propone ser su coanimador. “Nosotros trabajamos juntos años de años, ya ni recuerdo cuántos fueron. Íbamos de 6 de la mañana hasta la 1 de la tarde con el Show del Ronco, logrando picos de sintonía”, resalta.
El paso de los años y su posicionamiento en el público radial lo lleva a plantear nuevos proyectos y logra su espacio propio en A.M. al que denomina “La hora del lonchecito”. Tal fue el éxito que en agosto del 2003 su espacio musical llega a la FM a través de radio La Inolvidable.
“El despegue de nuestro programa fue increíble, el público amante de la música de la nueva ola estaba olvidado y nuestra llegada logró reubicarlos, más aún con las presentaciones de sus artistas preferidos. Cosa que no se veía”. Hoy con 37 años de labor, Koki Salgado no hace más que agradecer el cariño de su público y las grandes lecciones de su padre y de los profesionales que lo acompañaron a lo largo de su carrera.
El ¡Splash! de Gina Parker
Nunca pensó que su gusto por la música la llevaría a ser una de las voces más reconocidas de la radio. Rosa Virginia Parker Romero, o Gina Parker para los radioescuchas, nos recibe en la cabina de Radio Panamericana y nos cuenta sus inicios en el mundo de la locución.
“Todo empieza con el gusto por la música. Cantaba y escuchaba mis programas favoritos por la radio, incluyendo las promociones que hacían los locutores. De pronto, me sentí atraída por la locución comercial y decido estudiar en el Centro de Locución del profesor Sifuentes”, detalla.
Ya en la carrera, Gina, nombre que su padre le adjudicó de manera cariñosa, muestra empeño y gana concursos que la llevan a grabar promociones de su instituto, “era un gran logro. Mi voz se escuchaba en todas partes. Fue ahí que decidí dedicarme a la locución”.
Luego, llegaría la gran oportunidad de formar parte de Radio Panamericana y tener un programa por A.M. “En el espacio entrevistábamos a grupos y cantantes peruanos que recién se iniciaban como Arena Hash, Gian Marco, todos jovencitos”. Años después, su peculiar voz y locuacidad llegarían a la F.M. con “¡Splash!”, donde la salsa lograría capturar seguidores que hasta el día de hoy la reconocen a donde vaya.
Hoy, en día la locución – el 80% de su vida, tal como ella misma lo afirma- la ha llevado a abrir su Centro de Locución y Expresión Oral, donde junto a grandes profesionales en esta rama forman a las nuevas voces nacionales. “Es lindo trabajar con los jóvenes, cada uno de ellos en su propio estilo logra enamorar al público”, comenta.
Hoy queremos elevar un reconocimiento a la loable labor de los locutores peruanos y agradecerles por su compañía, ya sea a través de la radio, televisión o Internet. Porque ellos siempre serán la voz de los sin voz.
(Sulma Huaringa Payano)
Fotos: Sulma Huaringa/ Archivo Histórico El Comercio / Archivo Familiar