Autorretrato de poetas y poesía
Pablo Neruda, poeta silvestre y mineral de Chile, Nobel literario y referente de aquella poesía que celebra a la vida y a las cosas, también escribió sobre sí mismo. Luego le respondo.
Autorretrato: por Pablo Neruda
Por mi parte, soy o creo ser duro de nariz,
mínimo de ojos, escaso de pelos, creciente de abdomen,
largo de piernas, ancho de suelas,
amarillo de tez, generoso de amores,
imposible de cálculos,
confuso de palabras,
tierno de manos, lento de andar,
inoxidable de corazón
aficionado a las estrellas, mareas,
maremotos, administrador de
escarabajos, caminante de arenas,
torpe de instituciones, chileno a perpetuidad,
amigo de mis amigos, mudo
de enemigos (…)
Googlee el resto
Y este bloguero y poeta, que comparte un fragmento de la auto descripción de Neruda, ensaya la suya propia:
Soy fino de olfato y corto de boca,
de ojos hondos y de buen calado
malhadado de vientre entre las sodas,
largo de piernas y ancho de suelas,
caminante empecinado y a la ventura,
espontáneo, enemigo de los planes
rojo de tez, generoso de amores y de desamores,
poco dado a los cálculos,
astuto de restas
amigo de las cumbres
claro de grafías,
inmoderado de boca,
tierno de manos, caliente de palmas,
lento de andar,
poco dado a la paciencia,
aficionado a las estrellas y
a los mares nocturnos
administrador de perfumes,
mal gerente de mis peculios,
caminante de parques en las auroras,
excesivamente amigo de mis amigos,
ignorante de rencor,
travieso de corazones,
educado en casa,
objetador de lisuras,
tímido en los salones,
audaz en las tertulias,
culposo sin objeto,
dador de obsequios,
Fénix de patrimonio,
navegante de la palabra,
excesivo en las epistolas,
curioso de museos,
apasionado de almas
aficionado de piel,
afortunado de garúas,
investigador en los bosques,
reverente en las bibliotecas,
incansable en las ciudades,
rápido de contestaciones,
bailarín por necesidad,
cortés durante todo el año,
monumental de apetito,
tigre de cuerpo.
Exagerado en la alegría,
voceador de novedades,
trabajador infatigable,
desordenado hasta el extravío,
obcecado de teorías,
valiente en lo extremo,
cobarde en la nimiedad,
persistente de pecado,
arrepentido de vocación,
soñoliento en las pausas,
activo por heredad,
poeta por bendición
y agudo por sobrevivencia.