Se acabaron las 24 horas
Seguro que ya todos saben la noticia. Jack Bauer no seguirá evitando conspiraciones, ni atrapando terroristas, ni regresando de la muerte, ni salvará ciudades enteras. Las horas ya no serás las mismas.
Jack Bauer era (es) el tipo de persona que puede llegar a cuestionar las reglas, el orden, las formalidades. Es un agente que resuelve los problemas sin importar las maneras, formulas o trabajos que deba realizar. Es el personaje que avala que el fin justifica los medios
24 horas para Jack Bauer, 24 capítulos para nosotros. La idea de hacer una serie en tiempo real fue un plus que los televidentes agradecimos. Ya no se trataba de una historia que cambiaba radicalmente en cada capítulo. O que en un solo episodio podía presentarnos dos o tres días seguidos, obviando el resto de sucesos. Con 24 podías estar seguros que no nos perdíamos de nada. Todos los movimientos de Jack quedaban registrados.
Vale la pena mencionar la actuación sobresaliente de Kiefer Sutherland, quien consiguió un Emmy y un Globo de Oro por su interpretación del agente más peligroso del mundo. Su performance no puede pasar desapercibida. Sutherland logró crear a un hombre violento, despiadado, pero también complicado. Bauer no era alguien simple. No era el típico soldado héroe americano. No era un G.I Joe. Era un hombre licenciado en arte y literatura inglesa y a la vez el arma viviente más poderosa. La temporada en la que Jack tiene que vencer adicción a las drogas es brillante. Demostrando su vulnerabilidad y su fuerza y la lucha interna que surge de tratar de controlar una dependencia.
Pero ya no veremos más a Jack Bauer. Su pistola quedará enfundada. Sus métodos quedarán restringidos. ¿Un sucesor? Imposible saberlo, aunque siempre estamos buscando quién continúe y sacie nuestros apetitos de violencia.
Solo me queda elogiar a 24, una serie que se atrevió. Que fue valiente y apostó por tramas con giros, donde nada era lo que parecía. Donde el bueno podía ser malo y de nuevo bueno y viceversa. 24 quedará en el recuerdo de sus fanáticos, de los que vibramos con cada episodio e intentábamos seguir despiertos cuando veíamos de manera maratónica los DVD.