El día que perdí mi billetera [Finlandia]
Antes de empezar el viaje sabía que tenía que estar preparada a que cualquier cosa mala me pudiese pasar. Por ejemplo, que me roben el teléfono o que se me pierda la billetera.
Traté de adelantarme a las consecuencias (puedes leer mi artículo sobre como hice mi mochila antes de empezar el viaje) y en el caso del teléfono, vine con un teléfono adicional que ya estaba medio antiguo pero que sabía que podría salvarme en caso al mío le pase algo. Bueno, hasta ahora mi celular solo ha sufrido una caída (en la estación de buses de Chiang Mai, de la forma más tonta) que implicó tener que cambiarle la pantalla (estos nuevos teléfonos, ¡qué sensibles que los hacen!) en el MBK de Bangkok (lugar recomendado para cualquier tema técnico con aparatos eléctricos) pero nada mucho más grave.
En el caso en que se me perdiese mi billetera o algo, había tratado de venir con 2 tarjetas de crédito y 2 de débito, y tenerlas siempre por separado, para que si algo ocurriese, tenga un back up y no me quede como vagabunda durmiendo debajo de un puente porque no tenía plata.
Obvio, lo ideal hubiese sido que nada malo pase, y como dicen, más vale prevenir que lamentar. Pues las tragedias llegan, y algo ocurrió con mi billetera mientras estaba en Finlandia: Se perdió. Entré en pánico, me quería morir, me daba muchísima rabia… pero bueno, para que entiendan bien la historia, y no entren en histeria como yo, aquí les cuento que pasó.
Acababa de llegar a Helsinki, y mi host de Couchsurfing me invitó a una parrillada en casa de su hermano, idea que me pareció genial, para poder entender un poco la onda finlandesa familiar.
Estuve paseando por la ciudad y decidí ir a un supermercado a comprar un vinito para poder llevar de mi parte. Este es otro tema aparte pero es loquísimo, y tal vez no lo sepan.
Resulta que yo entro al supermercado y trato de encontrar la sección “Licores”. A ver, como en todo supermercado, pues ¿no? Obvio sé que en algunos sitios hay restricción por horario, por ejemplo, si no recuerdo mal a partir de las 11 de la noche en algunos Seven Eleven de Bangkok no se podía comprar alcohol, y lo mismo ocurre en varios sitios.
Pero resulta que en Finlandia es diferente. Resulta que no es que haya una restricción de horarios para vender alcohol en los supermercados, es que simplemente no se vende. ¿Cómo es eso? Pues como lo lees. Debido a los problemas graves que tiene este país con el alcoholismo – eso fue lo que me contaron – los licores solo se pueden comprar en una tienda especializada que se llama Alko, y solo ahí.
Pues ya sabiendo que alcohol no iba a encontrar, decidí comprar otras cosas para llevar a la parrillada.
Voy a la caja, los pago, y como allá son súper conscientes por el medio ambiente, te cobran por cada bolsa de plástico, iniciativa que me parece perfecta y yo siempre ando con un bolso grande y metí todo ahí, junto con todas mis cosas.
Después del supermercado me fui a Kammpi, la estación de bus donde tenía que agarrar el que me llevaba a la casa de mi host, ya que en un ratito partíamos al evento.
Llegué a la estación, mi bus salía como en 5 minutos, así que decidí pagarle al chofer en el mismo bus. Entre, me senté, coloqué en el asiento del costado mi cámara, mi bolso, mi casaca y me relajé.
Veinte minutos después llegué a casa de mi host, descansé un poquito y al rato íbamos a partir.
Cuando me estaba arreglando me di cuenta que algo me faltaba: ¡¡Mi billetera!!
Para los que me conocen, saben que no soy de perder cosas, de verdad que soy re cuidadosa y busqué y requeté busqué y no entendía nada.
Inmediatamente me acordé que cuando me senté en el bus había dejado las cosas en el asiento del costado un poco al desorden y dije: “¡La dejé en el bus!”.
Me entró el pánico, porque juuusto juuusto había llegado el día anterior a Helsinki y acababa de sacar 500 euros en efectivo. Idiota yo, porque siempreee digo que nada más saco, me quedo con un poquito y guardo lo demás, pero nada, se me pasó.
Les juro que me quería morir, tenía mi DNI, una tarjeta de crédito, una de débito, unas tarjetas de presentación, varios stickers de Viajar Para Vivir, unas cositas más y ¡¡¡500 euros!!! Casi con ese presupuesto sobreviví un mes en la India, de verdad que era demasiada plata y me daba mucha rabia.
Traté de mantener la calma. Por un lado decía:
-“Era el bus de las 17:35, de Kammpi a Espoo, y me acuerdo perfectamente el asiento, seguro alguien lo ha visto y se lo ha dado al chofer”.
-“Aparte estoy en Finlandia, este es un país súper seguro y honesto, seguro que alguien lo encuentra y trata de ubicarme”.
-“Y por último, bueeeeno, yaaa, se que es mucha plata, y mi presupuesto para el viaje es ajustado, me daría mucha rabia que no aparezca, pero por favorcito, ¡aunque sea que aparezcan mis documentos!”
Entre todos estos pensamientos, mi host recomendó llamar a Información de la compañía de Buses. Ahí le dijeron que ellos trabajan con una empresa especializada en temas de Lost & Found, muy reconocida y confiable y que tenía que verlo con ellos, pero que al ser Sábado en la tarde ya veían difícil que puedan gestionarlo y que mejor llame el Lunes a media tarde.
¿Perdóoooon? Yo ya al día siguiente debería estar moviéndome a otra ciudad, y no tenía ni 5 euros conmigo. Me empecé a preocupar, porque tanta “organización” era excesivamente ordenada y burocrática, y yo solo quería saber si alguien había encontrado mi billetera.
Bueno, como no podía hacer nada hasta el Lunes en la tarde, entré a la web para informarme más y ahí podías enviar una solicitud para que puedan buscar tus cosas perdidas, y si las encontraban te avisaban y te las enviaban a tu casa, o podías ir a recogerlas. Llenar este formulario – sin la seguridad de que vayan a aparecer tus cosas – costaba 5 euros, y preferí llenarlo para ir avanzando pasos.
Por otro lado, aparte de intentar encontrarla, tenía el tema de los bloqueos de la tarjeta. ¿Bloquear o no bloquear?
Cuando averigüé con mi banco en Perú, iba a ser todo un caos volver a pedir mis tarjetas y que me las hagan llegar hasta el país donde esté, y solo me estresaba de pensar en el papeleo y el tiempo que iba a estar sin las tarjetas. (Bancos del Perú, si alguno tiene algún plan interesante para viajeros, por favor contácteme).
Por otro lado, tampoco debería dejarlas mucho tiempo sin bloquear porque cualquier persona que las encuentre podría hacer compras con ella, y yo iba a quedar peor parada.
Pero no sé, yo miré mis movimientos en Internet, hasta ese momento nadie había manipulado mis tarjetas y tenía una ligera esperanza de que iban a aparecer, así que decidí no bloquearlas.
En la parrillada la gente me decía que Finlandia era un país muy honesto y que tranqui, que seguro aparecía, y de verdad que yo estaba positiva, pero tampoco puedes confiarte.
Llego el domingo sin noticias y el Lunes fui directo a esta oficina de Lost & Found, que le veía las cosas perdidas a la compañía de buses, entre otras empresas.
Es un lugar curioso, porque está repleto de guantes, gorros, paraguas, cosas comunes que la gente suele perder, y habían varias personas más como yo que seguramente habían perdido algo.
Ellas venían con una carta que habían recibido de esta empresa, diciendo que sus pertenencias habían aparecido, en mi caso yo era la única que iba a probar suerte. Y nada, no tuve suerte. Les dije que por favor hagan bastante énfasis en mis pertenencias porque yo tenía que dejar el país en unos días y tenía documentos muy importantes y eso, y fueron súper atentos y todo; hasta me dieron los datos de la policía, que podía ir allí; pero igual me fui con un poco menos de esperanza, diciendo que iba a esperar un par de días más a ver qué onda.
Ya llevaba como 4 días en Helsinki y tenía que moverme, así que nada, decidí irme para Turku una ciudad como a un par de horas a Helsinki. Total, siempre tenía que regresar a Helsinki para agarrar mi ferry para ir a Estonia. ¡Ah! Para todo esto mi host de Couchsurfing me prestó algo de plata y con la tarjeta de débito que tenía de backup pude sacar algo de dinero, pero igual eran cuentas paralelas que en principio no debería tocar, y poder transferir de una cuenta a otra y todo el rollo era un caos.
En fin, estando en Turku, abro el ojo el martes en la mañana y me meto al Facebook, y ¡gran sorpresa!
En los mensajes del Fan Page de Viajar Para Vivir, tenía el mensaje de un chico que trabajaba en Atención al Cliente del supermercado donde estuve ese día, diciendo que habían encontrado una billetera a mi nombre y que si me conocían que por favor me avisen. ¡No podía más de la felicidad!
No tenía ni idea si estaba todo completo, si solo eran documentos, o qué, pero lo llamé inmediatamente y me dijo: “Oh you have a lot of money in the wallet…”, eso me dio un poco más de esperanza de pensar que la plata aún seguía ahí.
Parecía entonces que no lo había perdido en el bus como yo pensé, y haciendo memoria creo que le pagué al chofer con 5 euros que tenía en el bolsillo de la casaca, por lo cual no habría necesitado la billetera en ese momento para nada.
En Helsinki había conocido a una chica española, amiga de otra chica que conocí en la India y habíamos salido unos días antes y estaba al tanto de mi pérdida. Le escribí corriendo y le dije que por favor sí podía ir a este supermercado a recoger la billetera, que yo daba su nombre y que prefería que ella la tuviese. Esos momentos fueron de mucha tensión, porque sabía que había aparecido, ¡pero no sabía que quedaba adentro! Para mi gran sorpresa, estaba ABSOLUTAMENTE TODO.
Mi amiga me envió todos de todo lo que había dentro de la billetera y no podía más con la felicidad. No tienen idea el alivio que pude sentir. No solo recuperé mis documentos, no tuve que bloquear y volver a sacar otras tarjetas, sino que también tuve toda mi plata de vuelta.
Ángels, esta chica española me envió un reporte que había salido justo sobre este tema, y vuelvo a decir, de verdad que tuve suerte que perdí mi billetera en Finlandia… y no en otro lugar.
¿Conclusión de este mal momento? Siempre, pero siempre estar súper atenta de tus cosas. A mi seguro me pasó que cuando coloqué los productos del supermercado en el bolso, la billetera se cayó y no me di cuenta. Cuando uno viaja a veces tiene la cabeza en otro lado, pero ya aprendí a hacer double-check siempre, sobre todo cuando voy en bus y dejo las cosas al costado o salgo de restaurantes, reviso siempre todos los asientos y eso.
La recomendación también va para evitar ser robados. Yo creo que los latinoamericanos ya tenemos desarrollado ese sentido de siempre caminar con nuestra mochila o bolso bien agarrados, cuando andamos en transporte público con mucho cuidado con nuestros bolsillos (en Europa hay gran cantidad de pickpockets en el metro o buses) y no andar mostrando el teléfono o la billetera en la calle, porque en muchas ciudades también es típica la moto que pasa y te arrancha las cosas , y tal cual, creo que estés en la ciudad que estés, es siempre importante andar precavido.
Gracias a Dios, mi mal rato termino en algo positivo, así que espero que esta enseñanza también les sirva a ustedes a andar con más cuidado.