X-Runner; El reto de llevar baños allí donde no llega el agua

La historia de X-Runner en el Perú empezó el 2012, cuando Jessica Altenburger (de nacionalidad suiza) e Isabel Medem (de origen alemán y peruano) buscaban un lugar para implementar un innovador sistema de saneamiento.

El prototipo, diseñado por las jóvenes, contemplaba la instalación de baños secos que no requieren acceso al agua y que funcionan en zonas periurbanas y rurales sin acceso al alcantarillado; como las que existen en muchas zonas de nuestro país.

El proyecto fue inicialmente llevado a la India. Pero las barreras culturales en este país y el tabú que existe alrededor del uso de baños no permitió que X-Runner pudiera tener éxito.

“Con las lecciones aprendidas, vieron que tenían que irse a otro lado”, resalta Raúl Briceño, CEO de la compañía. Fue a partir de ello que las empresarias aterrizaron en el Perú y lograron, en el 2013, iniciar sus operaciones en Lima, con una pequeña comunidad en Villa El Salvador formada por tan solo cinco familias.

A partir del levantamiento de información en las comunidades y asentamientos en los que querían intervenir, X-Runner fue expandiéndose en Lima sur, foco actual de sus operaciones.

“Por todo el sistema cobramos S/39 mensuales. Eso incluye el inodoro instalado en la casa, haber recibido una capacitación, la recolección semanal de los residuos y la entrega semanal de materiales [como aserrín, con lo que se deshidratan las heces y se elimina el mal olor] y cualquier servicio posventa de soluciones”, detalló el ejecutivo.

Así, X-Runner brinda servicios de saneamiento a 900 hogares (4.500 beneficiarios en total) en más de 160 comunidades de asentamientos ubicados en Villa El Salvador, Villa María del Triunfo y San Juan de Miraflores. Pero para los ganadores de Creatividad Empresarial 2017 en la categoría Compromiso con la Sociedad –premio especial otorgado por El Comercio– esta labor no ha sido fácil.

EL CAMINO
Según Briceño, existen diversos retos para operar en zonas periurbanas que X-Runner ha debido supervisar y que debe seguir en línea con sus planes de expansión. “En principio, además de levantar información, debemos saber cuántos lotes tiene [el asentamiento], cuántas personas viven ahí y en qué proceso están respecto a la formalización y la obtención de permisos; porque si es un asentamiento con apenas tres años, hay riesgo de que los desalojen”, mencionó.

Asimismo, destaca que es necesario formar lazos con las comunidades (tanto con dirigentes de la zona como con los mismos vecinos) que, además, desconfían de la llegada de ayuda a raíz de la poca o nula presencia del Estado.

“Siempre hay desconfianza con personas ajenas a la zona (como nosotros) que vienen y te dicen que te van a resolver un problema de décadas. Ese es un desafío muy grande y requiere mucha paciencia y trabajo”, precisa Briceño.

PERSPECTIVAS
El CEO de X-Runner resalta que la compañía ha empezado a desarrollar un plan más idóneo a cinco años, con el objetivo de ser económicamente viable y disminuir su dependencia de fondos extranjeros.

“Parte de ese plan es comenzar a explorar otras líneas de negocio, como consultorías a otros sectores para implementar los proyectos de impacto comunitario”, explica.

Por ejemplo, una idea en borrador de la firma es alcanzar a mineras y a corporaciones agroindustriales que implementen proyectos de responsabilidad social en sus zonas de impacto, que habitualmente son rurales y no tienen acceso a agua ni desagüe. “Por otro lado, queremos mejorar un montón de procesos para hacerlos más eficientes y de esa manera disminuir el costo del servicio por hogar”, sostiene.