Escucha la noticia

00:0000:00
El Perú en 30 años
Resumen de la noticia por IA
El Perú en 30 años

El Perú en 30 años

Resumen generado por Inteligencia Artificial
La IA puede cometer errores u omisiones. Recomendamos leer la información completa. ¿Encontraste un error? Repórtalo aquí
×
estrella

Accede a esta función exclusiva

Este año, Credicorp ha cumplido 30 años y me pareció buena idea ver cómo el Perú ha cambiado en este tiempo.

Las cosas eran muy distintas en 1995: la Constitución de 1993 era reciente, la economía apenas se reconstruía tras la hiperinflación y el terrorismo seguía siendo uno de nuestros principales problemas. Asimismo, para cuando se constituyó Credicorp, la Guerra del Cenepa había terminado hacía seis meses y Fujimori iniciaba su segundo mandato.

Newsletter exclusivo para suscriptores

Maro Villalobos

Ese año, el PBI per cápita fue de US$ 3.159 (en dólares constantes del 2015), la pobreza, según cifras del INEI, alcanzaba al 45% de la población (se usaba una metodología de medición distinta a la de hoy) y la inflación anual fue de 10,2%. Hoy, el PBI per cápita es de US$ 6.711, poco más del doble que en ese entonces, la pobreza cerró el 2024 en 27,6% y la inflación anual del 2024 fue de 2%. Para 1995, sin embargo, el país estaba en camino a consolidarse como un mejor destino para las inversiones que en tiempos anteriores, y las bases estaban sentándose para lo que eventualmente algunos llamarían “el milagro peruano”. Aunque la ortodoxia económica –expresada en responsabilidad fiscal, un BCR independiente, inversión privada, apertura comercial y disciplina monetaria– siempre fue más técnica que mágica.

El sistema financiero también lucía muy distinto. Por ejemplo, todavía no existía la Cámara de Compensación Electrónica (CCE). Es decir, los procesos de transferencia de dinero de un banco a otro se hacían manualmente, se llevaban a cabo en las instalaciones del Banco Central de Reserva (BCR), y los representantes de las instituciones financieras acudían, cheques en mano, a gestionar las transacciones. En Lima, podían pasar tres días entre la presentación del cheque y la disponibilidad de los fondos. En regiones, podía tomar hasta 15.

Hoy, con la CCE, todo toma segundos y se puede hacer las 24 horas del día, los siete días de la semana. Las billeteras digitales como Yape, además, han convertido este tipo de transacciones en mecanismos cotidianos de pago y son un motor importante para la inclusión financiera.

En números, también la situación era otra. En 1995, el crédito al sector privado equivalía al 14,2% del PBI. En el 2024, alcanzó el 38%. El ahorro financiero, por su parte, pasó de 12,7% del PBI a cerca de 43%. En otras palabras, en 30 años se ha pasado de un sistema prácticamente incipiente a uno más profundo y robusto, con incidencia clara en el desarrollo de nuestra economía.

¿Cuánto avanzaremos en los próximos 30 años? No sabemos qué nos deparará la realidad. Hace tres décadas difícilmente alguien hubiese podido vaticinar la llegada de una pandemia o la serie de crisis políticas que viviríamos desde entonces. Sin embargo, el Perú tiene todo para retomar la senda de crecimiento alto que necesita para reducir la pobreza, y lograrlo depende mucho de nosotros: de las decisiones que tomemos en el campo electoral, de cuánto se siga impulsando la inversión privada y de nuestra capacidad para sostener un entorno macroeconómico estable. El sistema financiero, por ejemplo, debe ampliar la inclusión y aprovechar la inteligencia artificial para dar servicios más ágiles y personalizados a más peruanos. El mayor riesgo sería quedarse quieto.

En todo caso, seguro volveremos a cambiar mucho. Hagamos que sea para bien.

Alejandro Pérez-Reyes CFO del BCP y de Credicorp

Contenido Sugerido

Contenido GEC