Un punto de quiebre en la vida de Héctor García y el mayor reto que asumió en su trayectoria empresarial –cuenta– fue lograr que Motores Diésel Andinos S.A. (Modasa) sea contratada por los operadores del Metropolitano de Lima. La misión que asumió el empresario fue hacerse cargo de la construcción de 450 buses para la red de transporte que conecta 12 distritos de la capital del país. Se le exigió precisión y se le dio un plazo de seis meses para la entrega de los vehículos, para lo cual Modasa contrató a asesores del exterior e invirtió en tecnología de primera.
“Logramos cumplir con el encargo. Nadie creía en el gas y nosotros trabajamos arduamente para promover su uso en el Perú. Es un producto muy limpio, inclusive tiene opciones de mejorar eficiencia y operar con nuevas tecnologías” comenta el Gran Ganador de los Premios Líderes Empresariales del Cambio (LEC) 2019 sobre el principal combustible que hoy permite la circulación de los buses de transporte público. Antes de asumir la tarea de fabricarlos, en el 2004, Modasa ya había sido reconocida por crear el primer bus a gas que circulaba en territorio peruano.
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Además de haberse llevado a casa el gran galardón de los LEC, la noche del martes de esta semana, en un acto en el hall principal de la sede central del diario El Comercio, García también recibió el mayor premio en la categoría de Empresa Corporativa. Con estos dos reconocimientos, el empresario se dirigirá a Montecarlo (Mónaco) a mitad de este año para reunirse con otros emprendedores de más de 60 países y representar al Perú en el EY World Entrepreneur Of The Year. En esta cita mundial, el ejecutivo compartirá su historia de éxito y rememorará que varias décadas atrás Modasa era muy distinta a lo que es hoy.
LA HISTORIA
García llegó a la compañía estatal Industrias del Perú en 1972, una firma creada por el gobierno peruano –entonces el presidente era el general Juan Velasco Alvarado– a la cual se asignó un capital de dos mil millones de soles.
“En ese momento, de acuerdo con el convenio del Grupo Andino, se proyectó hacer una fábrica de motores en el Perú, y se dividieron las producciones en diferentes países. Para hacer los motores, se decidió hacer un estudio de factibilidad y así escoger a los socios estratégicos que debían velar por la tecnología a utilizar”, explica García, quien fue nombrado gerente de proyecto.
El Estado eligió a la inglesa Perkins Engines y a la Sueca Volvo. Se construyó en 1977 una fábrica en Trujillo, provincia que, de acuerdo con el empresario, iba a ser el polo de desarrollo metalmecánico del Perú.
Entonces, empezaron los problemas.
“A medida que se avanzaba en lo que se había inaugurado, no se lograba concretar el Pacto Andino. No se podía exportar. Ahí empezó la debacle de todas estas empresas que se habían formado con ese propósito”, recuerda. El Estado decidió cerrar la planta el 23 de abril de 1983 y García fue nombrado gerente general con el encargo de cerrar ordenadamente las operaciones.
García, sin embargo, no aceptó el cargo para cumplir exactamente esta tarea. Según relata, como gerente general decidió tomar todos los componentes que encontró en el almacén y logró fabricar cerca de 500 motores. “Comenzamos a exportarlos a Ecuador y ahí se logró vender una buena cantidad. Con ese dinero pudimos pagar algo de la deuda y poner en marcha nuevamente la empresa”, asegura.
En 1987, la empresa dio un giro de 180 grados y pasó hacia una gestión privada, con lo cual logró mayor estabilidad financiera. Tres años después, en la década de los 90, Modasa vio una oportunidad de negocio en la venta de grupos electrógenos, en un contexto donde los apagones eran frecuentes por los diversos atentados que sufrió el país. En esa misma década Industrias del Perú se convirtió en Modasa, luego de que Volvo vendiera sus acciones a una empresa constituida por García.
Ya en este milenio, Modasa incursionó en la fabricación de buses –su principal rubro económico en la actualidad– y ello la ha llevado a ensamblar unos 80 buses al mes en estos últimos años.
PLANES DE LA FIRMA
García comentó a este Diario que, además de llegar a los mercados de Chile, Bolivia, Ecuador y Colombia, este año Modasa colocará sus esfuerzos en ingresar al mercado mexicano y posicionarse. El siguiente reto, para el 2020, será llegar a países como Australia y Nueva Zelanda.
Remarca que el premio ha sido un importante recordatorio del trabajo que tiene pendiente. “Queremos llegar aun más lejos. El premio lo he recibido con mucha humildad y ahora debo pensar en ser mejor cada día y seguir avanzando para aportar cada vez más a este país, que necesita mucho de nosotros”, destaca.