El empresario Jorge Añaños destaca que otro de los retos más difíciles para ISM fue entrar a República Dominicana.
El empresario Jorge Añaños destaca que otro de los retos más difíciles para ISM fue entrar a República Dominicana.
Paola Villar S.

Cuando Jorge Añaños y Tania Alcázar, su esposa, deciden empezar con el negocio de Industrias San Miguel en Ayacucho, era 1985 y no podían conseguir trabajo debido al terrorismo. “Ideamos un modelo de negocio que nos permitió no tener gastos fijos fuertes, sino centrarnos en la calidad del producto y hacer que llegara a todos los lugares más recónditos de Ayacucho”, menciona Añaños. El ejecutivo, fundador de una de las empresas más grandes del país, cuenta a El Comercio cómo lograron plantar cara a la adversidad.

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—¿Cuál fue el reto más difícil que debieron enfrentar?
El gran reto que tuvimos al inicio fue luchar contra el terrorismo haciendo empresa. Yo estudié Agronomía y mi esposa, Ingeniería Química, y con el terrorismo no podíamos trabajar. Por ello nos vimos en la necesidad de crear nuestra propia empresa. Nosotros llevamos desarrollo a las zonas donde nos encontramos.

—Usted menciona que lograron democratizar el precio de las bebidas. ¿Cómo lo consiguieron?
En esa época eran muy caras. Nosotros sacamos productos más accesibles porque no teníamos sobrecostos. No gastábamos mucho en publicidad, no pagábamos regalías y trabajábamos con distribuidores. Logramos ser competitivos y, sumado a un producto de calidad y un buen sabor, tuvimos la fórmula perfecta para crear Kola Real.

—¿Cómo fue transformándose la empresa hacia lo que es hoy?
En Ayacucho, el mercado era muy pequeño y si seguíamos ahí nos hubiésemos quedado como la mayoría de las empresas pequeñas. Teníamos un producto de calidad y una propuesta de valor agresiva. Eso nos motivó a salir a conquistar nuevos mercados como Andahuaylas, Huaura y Arequipa. Luego, nos expandimos internacionalmente hacia Chile, República Dominicana, Brasil, Haití y EE.UU. Hoy en día estamos en una etapa de crecimiento, de profesionalización y eso, sumado a la cultura que hemos creado, nos ayudará en nuestro objetivo de seguir llevando los sabores del Perú al mundo.

—¿Qué perspectivas tienen para los siguientes años?
Estamos creando productos saludables que ayuden a mejorar la vida de nuestros consumidores para que todos puedan acceder a productos de calidad a precios accesibles. En el mediano y en el largo plazo, buscamos seguir expandiéndonos a nuevos mercados, llevando nuestra oferta de valor a los consumidores.

—¿Cómo recibió la noticia de ser un Premio LEC?
Con mucha emoción y humildad. Quiero dejarles un mensaje a los pequeños emprendedores: ustedes pueden hacer grandes empresas. Lo que tienen que hacer es pensar y soñar en grande, tener ideas claras, realizables, conocer bien el mercado y trabajar con mucha dedicación y perseverancia. Trabajar con pasión por un futuro mejor.

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