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Para generar un impacto en el público no es necesario tener un alto presupuesto para idear una campaña publicitaria. En esta breve lista veremos algunos casos de comerciales que con jingles pegajosos, personajes pintorescos y mensajes fuera de lo común lograron posicionar las marcas que presentaban y dar mucho de qué hablar.
Limonada Markos
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Hasta antes de este comercial pocos sabían de esta marca. Su jingle explícito y pegajoso logró calar en la mente de los consumidores y entrar en la agenda de varios programas de televisión. No sabemos si esta recordación se tradujo en mayores ventas para la compañía, pero de lo que sí estamos seguros es que ningún purgante es más conocido que este en el Perú. Luego hubo más comerciales, con mayor presupuesto, pero no tuvieron el impacto de la primera pauta.
Betsson
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Gracias a su participación en programas de concursos, José Luis “el Puma” Carranza se había convertido en el personaje mediático más requerido. Betsson, el sitio de apuestas on line, lo buscó para que fuera parte de su comercial con el que se presentarían en el mercado local. Un Puma maniatado por la guapa Leysi Suárez impactó a más de uno.
IDAT
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Solo debía estar tres meses al aire, pero el Monstruo de la computación se quedó más tiempo y se convirtió en un símbolo de esta academia. La idea era sencilla: si querías romperla en computación, debías estudiar en IDAT. La forma como graficaron esto fue con este personaje cuya estética sobre exagerada hizo que tuviera una alta recordación. El monstruo tuvo varios comerciales más (hasta en uno cantaba) . Con la compra del instituto por parte de Intercorp, se cambió toda la comunicación.
Bismutol
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No había mejor manera de graficar los malestares estomacales que con muecas. Esto lo hizo Bismutol. Haciendo uso del blanco y negro, el hoy conocido “tío bismutol” hacía una y mil caras que a veces sacaban más de una risotada al espectador (a otros les fastidiaba). Sea como sea, el personaje pegó y luego de su primer comercial (del 2007) continuaron más pautas televisivas donde se veía al “tío” como cura, doctor, vendedor de farmacia y hasta accidentado.