Elegir el nombre de nuestro futuro hijo o hija es una de las primeras decisiones más importantes que vamos a tomar en torno a su persona. Lo que elijamos será para tu pequeño la identidad que lleve durante toda su vida y formará parte de su personalidad. Por ello, es importante tomar la decisión de manera premeditada y con mucha responsabilidad.
Si bien es cierto, tener a la mano un abanico de opciones como el de papá, el de mamá o de algún otro familiar, como el nombre del abuelo o de la abuela, nunca dejan de ser atractivos, es importante tener en consideración algunos parámetros. Si estás en la dulce espera y todavía no has decidido cuál será el nombre de tu futuro hijo, te damos algunas claves para elegirlo de manera exitosa y sin fracasar en el intento.
Evita futuras burlas
Nos pueden gustar muchas palabras, ya sea las que van insertadas en una poesía, en una canción, en la escena de alguna película, entre otros escenarios. Y aunque en su momentos nos roba el sueño e ilusiona que nuestro hijo lo lleve como insignia, es importante detenernos un momento para pensar también en el “contra” de la situación. En esa línea, hay que considerar que algunas palabras o conjugaciones pueden convertirse en sinónimo de burla, lo cual podría ocasionarle daños emocionales a tu pequeño niño.
No todo tiene que ser hereditario
Como mencionamos líneas arriba, muchas familias tienden a tener la “tradición” (casi obligación) de ponerle a sus hijos los nombres de sus antecesores. Por ejemplo, si tu hijo nace hombre, obligatoriamente debe llamarse como su tatara abuelo. Muchas veces, este nombre no es precisamente el que más le guste a la otra parte, y si eso ocurre lo mejor es llegar a un acuerdo y buscar uno que ambos aprecien. Recordemos que está bien seguir tradiciones, pero de manera saludable. Tampoco olvidemos que el pequeño es hijo solo de mamá y papá y las decisiones que se tomen en torno a su persona le competen unicamente a sus padres.
Busca uno que tenga personalidad
El nombre que le des a tu hijo influirá también en el desarrollo de su personalidad. Por ello, procura darle uno que sea fuerte, con un significado de igual envergadura. Claro está, siempre considerando cuál es su trasfondo y cómo suene al oírse.
¿Más de tres nombres?…
Eso ha quedado en la época de nuestras abuelas. De preferencia, apuesta por máximo dos nombres, créeme que le simplificarás la vida a tu pequeño hijo en todos los sentidos.