(Foto: Alessandro Currarino)
(Foto: Alessandro Currarino)
Claudia Sovero Delgado

“Han pasado 7 años y en su nombre me he reunido con miles de jóvenes, buscando reflexionar en que si vivimos en violencia todos perdemos”, escribió en su página de Facebook hace un mes, recordando un año más de la muerte de su hijo.

Su hijo Walter Oyarce Domínguez, hincha de , fue empujado de uno de los palcos del estadio Monumental en el año 2011. “El día del asesinato, frente al cadáver de Walter, no sé por qué me salió de que iba a introducirme ahí donde están los jóvenes con conducta de riesgo para que entiendan que cuando vivimos en violencia absolutamente todos perdemos” dice antes de empezar la entrevista, unos días después de ser elegido regidor para el Concejo Metropolitano de Lima, por Perú Patria Segura.

¿En qué medida ayuda su rol de regidor a sus proyectos personales ?
Estoy seguro del poder de la sociedad civil. Sin embargo, en el partido Perú Patria Segura me dieron la oportunidad de ser parte de un puesto que me puede ayudar a lograr cambios sin ser parte de una campaña política mediática. Desde mi rol como regidor voy a trabajar en proyectos con los propios jóvenes. Vamos a hacer talleres y capacitaciones para que consigan trabajo. 

¿Este es el momento ideal para hablar seriamente del rol de las barras de fútbol en la sociedad?
Este es un tema que se ha repetido tantas veces y en tantos escenarios, que tengo la impresión de que ha llegado la hora por varias cosas. Una de esas es que voy a recibir un millón de soles por reparaciones. Con esto voy a ayudar a capacitar a los líderes para que tengan un oficio y que se conviertan en un ejemplo en sus barras. 

¿Entonces cree que lo más efectivo es empezar a trabajar con los líderes de las barras?
Ellos logran tener la atención de mucha gente complicada. Yo soy oficial de Marina, he tenido gente a mi cargo desde los 20 años y sé que el poder te embriaga, es difícil tener los pies sobre la tierra. Los líderes de estas barras tienen un gran poder de liderazgo, lo que ellos dicen se cumple, por eso deben ser formados. Una barra buena se convierte en una familia positiva. Si educas a una barra de 1.000 personas, estás ayudando a la misma cantidad de familias.

Casos recientes de violencia

01/09/2018: Muere policía que empujan durante un partido de Alianza Lima y Universitario: Edwin Jiménez, de 45 años.
16/09/2018: Enfrentamientos con armas de fuego entre hinchas de Alianza Lima y Sporting Cristal. Se suspendió el partido en el Matute. Cuatro personas resultaron heridas de bala.
01/10/2018: Hinchas de Universitario de Deportes escriben un mensaje de amenazan al técnico del plantel y exigen al equipo que juegue bien.

¿Cuál es el principal problema de las barras bravas?
En mis caminatas con los jóvenes, he ido contabilizando que la gran mayoría de ellos usualmente tienen familias complicadas. No tienen un guía que los cuide y los oriente. Por ello, necesitan aferrarse a una opción. A veces siguen al primero que les venda un cuento y se aferran con todo. 

¿Está emprendiendo un proyecto para lograr un cambio?
Sí, el proyecto “Esperanza”, que busca motivar el liderazgo personal en el Perú dando oportunidad a jóvenes de diferentes barrios brindándoles apoyo psicológico y emocional. Hay que entender que hay barras buenas y barras malas. Debemos dejar de generalizar a todas. Estos últimos eventos violentos son realizados por gente externa a las barras oficiales. 

¿Cuál es el primer paso para lograrla efectividad el proyecto?
Continuar con las charlas de motivación, las cuales llevo realizando hace seis años. Voy a seguir con los conversatorios con los chicos de las barras. Desde el 19 de octubre vamos a empezar a hacer cursos para que los lideres sean ejemplos y que cambio empiece por aprender a valerse por sí mismos económicamente. 

— ¿Qué hace falta para lograr tener un fútbol pacifico en el Perú?
Que las autoridades se comprometan. Esto no sucede porque es un trabajo de mediano plazo y ellos buscan soluciones inmediatas. Me consta que los jóvenes están buscando alternativas de solución. Cuando comencé a caminar con los chicos del Callao, me di cuenta que era gente muy valiosa, gente que quiere salir y ser alguien en la vida. Hay que conocer el problema, la gente decide desde su escritorio.

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