“A la defensiva”, así se siente caminar en las calles de Surco, según lo cuenta Tatiana Villegas, una vecina del distrito, en estado de gestación, quien camina de regreso a casa junto a su pequeña hija por la calle Batallón Tarma, una vía que no cuenta con vereda para que los peatones puedan transitar.
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El Comercio identificó al menos 35 calles como esa, que conectan con avenidas principales; sin embargo, el propio alcalde de Surco, Jean Pierre Combe, admite que “son muchas más”. Entre las vías identificadas, encontramos: Batallón Concepción, Batallón Callao, Batallón Libres de Trujillo, Jirón La Conquista, Jirón Orión, Jirón Cruz del Sur y la lista continúa.
“Uno tiene que estar caminando por las pistas con el riesgo que involucra el tránsito de los carros. Yo camino con mis hijas para ir a la academia de tenis y es riesgoso caminar con las dos”, indicó Gaspar Flores, gracias a quien pudimos tomar conocimiento de esta problemática, como parte de la nueva campaña de este Diario #PasaEnLaCalle.
Tal como detalla, “hay muchas calles que no tienen vereda en todo el tramo y son pistas angostas de doble vía”, mientras que, en otros jirones, las veredas solo existen en un lado de la calle.
Población vulnerable desatendida
De lunes a viernes, cuando el reloj marca las 3 de la tarde, la calle Batallón Concepción empieza a llenarse de autos, pero sobre todo de personas caminando por la pista para llegar hasta el colegio André Malraux a recoger a sus hijos.
“Es una barbaridad”, reprocha María, una vecina de Miraflores que se moviliza a Surco para recoger a su nieto. Parecido es el caso de Ángela Manrique, quien narra que “el trayecto es súper incómodo, porque es una zona desprovista de veredas y encima los autos pasan, porque es una calle de doble sentido, a pesar de ser tan angosta, y es bien complicado la verdad”.
Los vecinos cuentan que, día a día, tienen que sortear el riesgo de ser embestidos por los autos. Pero, ¿desde cuándo radica este problema y por qué hasta la fecha estas vías no han sido rediseñadas?
Según señala el arquitecto y urbanista Aldo Facho, “en su momento se diseñaron como zonas suburbanas, es decir, que estaban fuera de las zonas donde la gente usualmente se movían y donde los que iban ahí, lo hacían en auto, no habían servicios, comercios. Y como tal, no se exigía el diseño de vías con veredas, porque se entendía que eran lugares muy calmos, donde la gente caminaba por la pista o jardines, lo cual es bastante absurdo, pero así se planificó en ese momento”.
Para Cynthia Yamamoto, fundadora del Colectivo Peruanos de a Pie, estas calles existen como resultado de un proceso de habilitación urbana “donde pasaron de terrenos agrícolas a ser áreas urbanas, en las que se han construido casas grandes y espaciosas, pero sin preocuparse por el espacio público que las rodea”.
En ese escenario, ¿qué sucede con las personas en sillas de ruedas que necesitan transitar por esas calles? ¿Ha contemplado la municipalidad alguna pronta solución?
En diálogo con el alcalde de Surco, este señaló que están a la espera de que Instituto Metropolitano de Planificación apruebe la propuesta de Reajuste Integral de Zonificación (RIZ), que envió la municipalidad del distrito para poder rediseñar las calles.
“He ido a hablar con el exalcalde Muñoz hasta en tres oportunidades a pedirle que el reglamento lo apruebe, lo han revisado de todas las formas posibles, está perfecto el RIZ, pero no lo aprueban y esa es la razón por la cual no podemos intervenir [...] más allá no podemos hacer, porque si yo tomo la iniciativa me expongo a que me denuncien por malversación”, declaró a El Comercio.
En el mismo sentido, el gerente de Desarrollo Urbano de la Municipalidad de Surco, Edinson Bravo, indicó que “con el RIZ aprobado se tendrían las condiciones necesarias para el desarrollo del distrito y su mejora urbana, económica y social”. Ante la consulta sobre si existe una solución a corto plazo, no hubo respuesta.
“Podríamos decir que al no tener instrumentos actuales como son el RIZ, no permiten nuestra adecuada acción y la de los inversionistas, propietarios y habilitadoras”, señaló a este Diario.
No obstante, Facho destacó que “no hace falta que se apruebe un RIZ para que el alcalde pueda o no intervenir en el espacio público […] el municipio tendría el absoluto derecho de modificar esas vías”. Según definió, el RIZ es un instrumento de “planificación y de gestión del suelo urbano”, que el distrito eleva a la metrópoli “para actualizar la forma cómo se usan los terrenos”.
¿Cuál es la solución?
El colegio mencionado al inicio de este informe no es el único que se encuentra cerca a la zona, también hay academias deportivas e incluso un club en el que se dictan talleres para niños. A consecuencia de ello, son precisamente los grupos de población vulnerable (niños, adultos mayores, embarazadas) los que frecuentan estas calles.
Para los especialistas, una solución a esta demanda podría ser convertir las vías de doble sentido en una de una sola dirección vehicular y generar con ello mayor espacio para la construcción de veredas que sean usadas por los peatones, así como acondicionar la zona en un lugar “más amigable”.
Según el arquitecto y urbanista Sharif Kahatt “no es tan difícil”. “Hay que repensar el transporte y redirigir el sentido del tránsito (en las calles de doble sentido), como se ha hecho en muchas ciudades, que se arborizan, se hacen las veredas más grandes, se señalizan, se reduce el ancho de las vías para que los autos tampoco puedan ir muy rápido y generar algunos espacios para sobreparar”, sostuvo.
En la perspectiva de Mariana Alegre, directora de Lima Cómo Vamos, estas calles “no deberían ser una zona de paso, sino una zona de destino porque te conecta a colegios, academias. Entonces se podría convertir la pista, aprovechando los jardines, y volverlo un espacio caminable donde el auto sea el invitado. Podría transformarse la zona en un barrio amigable para niños”.