(Dante Paggio)
Juan Guillermo Lara

Los vecinos de San Martín de Porres (SMP) y el Cercado de Lima arriesgan su vida a diario al cruzar la avenida Universitaria, debido a que un tramo del nuevo no cuenta con cruceros peatonales ni semáforos.

Después de cuatro años de espera y dos cambios en el diseño original, el 17 de julio pasado la Municipalidad de Lima reabrió el tránsito vehicular en el puente Bella Unión, el cual une el centro de la ciudad con Lima norte.

Sin embargo, la obra municipal fue entregada inconclusa, sin señalización para el tránsito de peatones, rampas para discapacitados o paraderos definidos. En ese momento, la comuna informó que la estructura estaría terminada en tres meses. Pero ya han pasado casi cuatro meses desde la reapertura y los peatones todavía deben meterse en medio del tráfico para trasladarse de un lado a otro.

“Cada vez que queremos cruzar la pista para ir a la tienda o dejar a los niños en el colegio, tenemos que esperar que no pasen carros y luego correr”, dijo Tomás Cáceda, dirigente vecinal.

El tramo de la avenida Universitaria, entre las avenidas Perú (SMP) y Materiales (Cercado de Lima), que no cuenta con la señalización ni equipamiento tiene una longitud de 1,1 km.

Para el especialista de Cruzada Vial Adrián Revilla, esto es una muestra de un mal diseño en la estructura que privilegia a los carros respecto a los peatones.

“Hay una distancia muy larga solo para cruzar. Las personas pueden desplazarse entre 100 y 150 metros como máximo. Más de eso sería no poner atención a personas mayores o con discapacidad”, precisó.
Revilla indicó que en esa zona se deberían instalar semáforos peatonales que se activen con un botón. Además, señaló que existe una deficiente cultura vial, por lo que muchos vecinos desean cruzar la pista en cualquier lado y no caminan hasta las esquinas o pasos de cebra.

—Mala ubicación—
Otro riesgo es el paso peatonal colocado a la salida del óvalo que está sobre la avenida Morales Duárez (en dirección hacia Lima). Según el ingeniero de transportes David Fairlie, este crucero está mal ubicado porque no garantizaría la visibilidad de la pista para los choferes.

“Cuando un conductor se acerca a un cruce peatonal y ve que hay un peatón cruzando, debe tener tiempo y distancia suficiente para frenar de manera segura y evitar un atropello. Para una velocidad de 60 km/h la distancia que se necesita es de mínimo 85 metros”, explicó.
En ese sector, la distancia entre la salida del óvalo y el crucero es menor a ese parámetro.

Fairlie consideró que debido a la cantidad de personas y carros que transitan por la zona existirían las condiciones para instalar semáforos sin afectar el flujo vehicular y beneficiando a los peatones.

—Trabajos pendientes—
A través de un comunicado, la Municipalidad de Lima precisó que la obra aún no está entregada y que se realizan trabajos de semaforización para los peatones.

“Ya se ha realizado la canalización del sistema semafórico (que es por donde pasan los cables de instalación para los semáforos). En diciembre se estará culminando la colocación de estos”, informó.
Agregó que se “viene realizando la adecuación y planificación de las rampas en las esquinas”. Sobre los accesos peatonales, se informó que la Gerencia de Transporte Urbano tiene personal situado en intersecciones de la Av. Universitaria como las calles Capello y Enrique Meiggs.

No obstante, los vecinos aseguraron que el personal de la comuna solo permanece durante las horas punta. “El resto del día podemos demorar hasta 15 minutos en cruzar”, dijo el vecino Fidel Figala.
Julio César Castiglioni, abogado experto en temas municipales, señaló que las comunas se han acostumbrado a finalizar una obra por partes. “Es una irresponsabilidad entregar obras inconclusas que evidentemente traen problemas y confusión a los vecinos”, dijo.

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