En un taller de Puente Piedra, Ever Mucha Huacause, un constructor de carrocerías sin formación profesional, fabricó artesanalmente el bus turístico que se desbarrancó en el cerro San Cristóbal el 9 de julio pasado, donde murieron diez personas.
Este hombre, según el informe técnico N° 279-17 del Departamento de Investigación de Accidentes de Tránsito (Depiat) de la Policía Nacional, al que tuvo acceso El Comercio, forma parte de una “cadena de responsabilidad” (10 personas y 5 empresas) que permitió que este vehículo modificado fuera inscrito en Registros Públicos y, posteriormente, obtuviera la licencia para hacer recorridos turísticos en Lima, a pesar de que era inseguro. Las irregularidades posibilitaron que este bus fuera puesto en funcionamiento y terminara siendo protagonista del accidente mortal.
Según la policía, Mucha modificó las características técnicas del chasís original del vehículo e instaló una carrocería de ómnibus panorámico de dos niveles, pese a que el modelo de fábrica estaba hecho para soportar un armazón cerrado de un piso.
El Comercio localizó en la avenida Puente Piedra 1231 al fabricante y constató que sigue ofreciendo sus servicios para construir buses panorámicos. Por un pago de S/32 mil, Ever Mucha asegura que puede armar la carrocería y acabados de una unidad similar a la que se accidentó.
Además, tiene una página de Facebook en la que promociona los trabajos que ha realizado en los últimos años. Entre estos, buses panorámicos que también circulan en Arequipa y Cusco (en esta última ciudad, hace un mes se prohibió que transiten por el Centro Histórico y Sacsahuamán). Según indica, él no es el único que se dedica a esta labor: en talleres de Santa Anita, Ate y Villa El Salvador también se arman buses artesanalmente.
En su taller se halló un bus del mismo modelo y con modificaciones similares a las de la unidad que se accidentó en julio pasado. Incluso, tiene la publicidad para hacer recorridos hacia el cerro San Cristóbal. Aunque su placa pertenece a una empresa de Cusco, este carro formaba parte de la flota de Green Bus, la empresa propietaria del vehículo siniestrado.
—Cambios mortales—
El informe de la Depiat detalla que la construcción del bus fue encargada a Ever Mucha por Víctor Ayala Altamirano, gerente general de la empresa ATEM CA S.A.C. (razón social de Green Bus). Esa fabricación comprendía alteraciones en la estructura para que el bus tuviera mayor capacidad para trasladar pasajeros durante los viajes. Por ejemplo, se alargó el chasís en ambos extremos (casi dos metros), se retiraron las barras estabilizadoras, se aumentó la altura del bus a 3,6 metros y se colocaron 36 asientos en el piso superior.
El documento precisa que estos cambios afectaron la estabilidad del bus y contribuyeron a que el día del accidente el conductor que iba a “excesiva velocidad” perdiera el control y generara la caída de la unidad por una pendiente. El peso extra en la unidad también influyó en la tragedia: ese día se trasladaba a 53 personas, a pesar de que el registro vehicular solo consignaba una capacidad para 35.
Según el vicedecano departamental del Colegio de Ingenieros del Perú, Luis Moreno, cualquier modificación en las condiciones técnicas de fábrica de un vehículo afecta su centro de gravedad. “Si se hacen cambios de manera empírica en un vehículo, es muy peligroso ponerlo en movimiento porque su peso y fuerza no están bien distribuidos y surgen dificultades al momento de frenar o maniobrar”, explica. Moreno también detalla que no hay una norma que regule la fabricación de buses panorámicos. Pese al vacío legal, indica que el fabricante es responsable ante la ley si pone a circular un vehículo inseguro
Delitos por investigar
—Otros responsables—
El reporte detalla también que una empresa del rubro de maquinarias otorgó una factura por el trabajo que realizó Ever Mucha. “En ese momento tenía suspendido mi RUC y por eso recurrí a un tercero”, dice Mucha. Según la policía, esta empresa con sede en San Juan de Lurigancho, además, emitió un certificado de fabricación, montaje y garantía por el trabajo realizado por el fabricante de la carrocería.
Después, el Centro de Inspecciones Técnicas Vehiculares del Perú (Cipesac) emitió un certificado de conformidad que asegura que el montaje de la carrocería “no afecta negativamente la seguridad” del bus. El Comercio se contactó con un representante de Cipesac, quien corroboró que el vehículo fue inspeccionado en su sede en Arequipa. Sin embargo, no dio detalles de cómo la unidad modificada pasó las pruebas de verificación.
Luego de esto, se inscribió el bus ante la Sunarp, cuyo reglamento exige para inscribir un vehículo modificado los certificados de fabricación y conformidad. Edward Yanac, abogado de esa entidad, explica que para hacer el registro solo hacen una verificación documental. “No es nuestra competencia evaluar si las condiciones técnicas son óptimas”, aclara.
En el 2016, la Municipalidad de Lima autorizó al bus de placa ACE-920 para que brindara el servicio de transporte turístico. Actualmente, vehículos similares hacen recorridos por varios distritos de la capital. ¿Cuántos de estos habrán sido construidos como el bus que causó diez muertes en el cerro San Cristóbal?
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