En 2005, mientras el mundo veía el estreno de la exitosa cinta “Madagascar”, se estrenaba en nuestro país la primera película animada peruana realizada en 3D: “Piratas del Callao”. La propuesta presentada por Eduardo Schuldt obtuvo severas críticas por sus errores de animación, pero es innegable que marcó un hito y supuso un nuevo punto de partida en la historia del cine nacional. El director no se detuvo ahí, pues años después lanzaría otros títulos reconocidos como “El Delfín” (2009), “Los Ilusionautas” (2012) o “Condorito: La película” (2017), su proyecto más celebrado.
Y exactamente 20 años después de iniciar su carrera como cineasta, Schuldt presenta su nueva cinta animada “Una Aventura Gigante”. Ambientada en las líneas de Nazca, la película de aventura involucra gran parte de la mitología y leyendas de Ica, mostrando gigantes de piedra e incluso un adorable huaco llamado Wawa. En entrevista con El Comercio, el director explica el proceso de creación de la cinta, la nueva tecnología empleada, los retos de la animación en el Perú y las críticas a sus películas.
“Piratas en el Callao la estrenamos en enero del 2005. Y bueno, ya va a cumplir 18 años desde su estreno, una locura. A pesar de que esa no ha sido mi película más taquillera es la más recordada. Sobre el nuevo proyecto “Una Aventura Gigante”, se empezó a realizar desde finales 2018. Nuestra fecha de estreno era prácticamente el mes donde inició la pandemia. Estaba casi terminada, terminando los últimos ajustes cuando empezó de pronto todo este tema y bueno, lo pausamos por completo”.
—Cumples dos décadas como director de películas animadas. Con esa experiencia, ¿cómo crees que ha evolucionado la tecnología de animación realizada en el país?
La tecnología ha evolucionado muchísimo. Cada año salen cosas nuevas, pero mucho de ello se basa en el hardware, ya que depende de la potencia de las máquinas, el software y qué elementos puedas utilizar. Hoy en día puedes generar fuego, agua, pelo dinámico, ropa dinámica y muchas otras cosas que si bien se podía hacer ya hace muchos años, ahora recién está mucho más abierto a todo el mundo. Es importantísimo para la industria peruana poder tener acceso a todas estas tecnologías, como la captura de movimiento y todo lo que viene detrás.
—¿Y qué carencias podemos hallar en la animación peruana en relación con otras tecnologías de estudios extranjeros?
La tecnología que tenemos es la misma que se han usado en superproducciones, la gran diferencia son los presupuestos. Si tienes más inversión, puedes tener más tiempo y más gente que mejora la calidad de la cinta. Por ejemplo, “Una Aventura Gigante” tuvo que pausar por pandemia, pero lo que hicimos en esos ocho meses, fue revisar la película y mejorarla al punto que ahora es otra. Esta nueva versión es mucho más divertida, tiene mucha más acción, y se cambió la tecnología de imagen para que sea más realista.
—Hace poco se hizo una grabación con captura de movimiento con Diego Dibós como invitado para aparecer en tu próxima cinta “Una Aventura Gigante”. ¿Esta tecnología se ha usado en toda la película?
Sí. Toda la animación de los personajes bípedos/humanoides la hicimos con captura de movimiento. Además, tuvimos un artista de expresión corporal que realizó todos los movimientos de la película, Nicolás Vilallonga, un chico súper experimentado que sabía cómo interpretar diferentes personajes; desde ser un monstruo gigante a hacer un bebito como es Wawa, un huaquito hermoso y pequeñito que es uno de los personajes principales.
—¿Y la tecnología con la que capturan el movimiento se había empleado anteriormente en el país?
Sí, lo que pasa es que ha cambiado muchísimo. La nueva tecnología que se utiliza hoy en día son pequeños sensores que tienen un giroscopio y un acelerómetro que se lo colocan en el cuerpo, 16 aproximadamente, y todo esto permite capturar la rotación de cada una de las extremidades: el torso, la columna vertebral, cabeza, etcétera. Finalmente, esa data pasa a un esqueleto que mueve el personaje. Eso nos permite que la animación se haga un poco más rápido y que el movimiento humano sea natural, algo imposible de hacerlo si solo se realiza de forma manual. Entonces, la captura de movimiento es definitivamente la mejor opción. Por ejemplo, muchas de las películas animadas de Disney no son animación manual, y prefieren utilizar esta misma tecnología; es más, este mismo sistema se ha utilizado en la película “Pantera Negra: Wakanda por siempre”, para animar a los personajes. Es una tecnología que ha estado creciendo en el tiempo. En 2012 hice “Los Ilusionautas” con captura de movimiento, pero la diferencia es gigantesca, antiguamente eran solamente vibraciones, las actual es casi perfecta.
—Eso es positivo, porque en el tráiler de la antigua versión [lanzada en 2020] hubo varios comentarios que criticaban la calidad de la animación. ¿Cómo se tomaron esas opiniones?
Siempre tratamos de mejorar. Nos ha pasado en otras películas como “Condorito”, cuando criticaron el primer demo porque [el personaje] estaba muy flaco. Nuestra decisión artística de hacerlo ligeramente más delgado fue errada, por lo que reaccionamos y lo cambiamos rápidamente. Eso mismo pasó con “Una Aventura Gigante”, ya que luego de lanzar el primer tráiler y leer la crítica, decidimos mejorarlo, aunque haya tardado meses y años todo eso. Nos tomamos en serio nuestro trabajo.
—¿Y cómo han suplido las carencias, por ejemplo, de la falta de animadores y presupuesto que mencionaste anteriormente?
Al usar captura de movimiento, nosotros ya tenemos un porcentaje muy grande de trabajo ya logrado, ahí ya no necesitamos muchas correcciones. En sí, animadores sí hay en el país, aunque no muchos. Pero aparte de eso hoy en día toda esta industria se puede trabajar online. Nuestro equipo en pandemia no solo estaba en Lima-Perú, sino también en otros países y provincias como Arequipa, Cusco y Trujillo. Entonces ahora es mucho más fácil conseguir talento.
—Y en cuanto presupuestos generales, ¿se puede decir cuál es el monto estimado que esperan recolectar en taquilla?
La verdad que no sabemos. El cine es un misterio, esperamos que le vaya muy bien por supuesto. Desde “Piratas en el Callao” que no tenía una película animada con temática netamente peruana. Podemos preguntarle a cualquier niño sobre [la mitología de] Thor y todo el mundo sabe quién, pero si le preguntamos por las líneas de Nazca, probablemente no puedan nombrar más de tres.
—Y bueno, pensando en el futuro, ¿cómo imaginas la industria de animación en el Perú?
Difícil de saber. Porque el problema con la animación es que es muy cara y nuestros presupuestos son normalmente limitados a pesar de que nuestras películas compiten contra super producciones en el exterior. No sé qué es lo que puede pasar con la industria, la verdad es que desde que empecé a dirigir hace exactamente 20 años, me he dado cuenta de que en el cine es muy difícil predecir, pero creo que le va a ir bien. Estoy muy entusiasmado y contentos con “Una Aventura Gigante”, ahí habrá incluso una canción sorpresa que todavía no podemos decir quién la cantará, pero estamos haciendo dos videoclips que verán la luz el 19 de diciembre. Uno de ellos, junto a la banda TK [quienes también musicalizaron “Piratas en el Callao”], que vuelve a trabajar con nosotros con un tema está lindísimo, tiene una onda juguetona, lúdica y te engancha muy rápido.