Para José Watanabe, poeta corpóreo, orgánico, anatómico, el ojo parecía ser su centro, el eje desde donde se construía su universo. Una existencia que adquiría sentido en la medida en que era observada, escudriñada. Es por eso que la imponente exhibición sobre el vate nikkei que alista la Casa de la Literatura Peruana también parte desde ese órgano visual. En “El ojo y sus razones”, la mirada es el acto que ordena el repaso por toda su vida y su obra, dimensiones que se retroalimentan y se confunden.
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El título de la muestra proviene de “Mi ojo tiene sus razones”, poema que abre el libro “El huso de la palabra”, que este año cumple tres décadas. “Creo que mi ojo tiene un arbitrario criterio de selección/ Obviamente hubo más paisaje alrededor,/ imposible que sólo fuéramos ella y yo en el rompeolas”, escribe Watanabe en esa pieza. Y ese arbitrario criterio de selección es el que ha permitido hurgar entre más de 2.000 archivos inéditos, la mayor parte entregados por la familia del autor, según explica el poeta y curador de la exposición, Rodrigo Vera.
“Lo que hemos diseñado es una muestra que abre vetas muy poco conocidas de Watanabe, que van más allá de lugares comunes como el de catalogarlo como poeta zen”, apunta Vera. Por eso se incluyen, por ejemplo, borradores de una novela inconclusa y hasta un proyecto entre sociológico y periodístico que surgió en su natal Laredo y otras ciudades de la costa norte, donde ocurrió un levantamiento de líderes sindicalistas al que se conoció como la Revolución del 32. Fotografías y audios de las entrevistas que realizó para este trabajo forman parte de la exhibición.
LAREDO Y EL MUNDOEs justamente Laredo, la pequeña hacienda trujillana donde asentaron su hogar los padres del poeta –el japonés Harumi Watanabe y la otuzcana Paula Varas–, el paisaje que marca la primera sección de la muestra, titulada “El mito que ya no”. “Aunque he vivido en distintas ciudades, a ninguna de ellas me adapté nunca. Casi todos mis poemas regresan a Laredo. Es mi escenario”, dijo alguna vez Watanabe sobre aquel lugar. Para ahondar en esa imágenes, “El ojo y sus razones” contará con una serie de videos de Laredo preparados especialmente por la artista visual Luz María Bedoya.
En esa sección también se abordarán los inicios de la poesía de Watanabe, una que fue transformándose de a poco. “En los manuscritos que vamos a mostrar se ve cómo sus primeros poemas son un poco más duros en la distribución de los versos, con estrofas más en bloques –explica Vera–. Eso va cambiado en materia de espacialización, con los versos que se corren a la derecha, por ejemplo. Era un maestro para generar silencios”. Esas mutaciones se observan en su predilección por la escritura manual. “El poema inicial siempre es a mano, siento que hay una artesanía también para la poesía –decía el propio Watanabe–; necesita de la tinta, del papel, del garabatito inconsciente en los bordes mientras piensas, algo que no puedes hacer en la computadora”. En otra ocasión, el propio Watanabe atribuyó algunos de esos cambios al cáncer que lo afectó en los años 80 y a la depresión que lo terminó por dominar: “Le fui dando un ritmo más lento a mi poesía, que responde a mi propio físico”.
Entre otros de los textos que se podrán apreciar aparece una entrevista concedida a la revista “Fórnix” en 1999, donde revela mucho de su procedimiento: “No me gusta mucho la primera escritura, sino las correcciones. Hay retos que son bien bonitos, esos de corregir y demorarte cada vez más escribiendo un poema. Para mí no hay una última versión. Los poemas se entregan a la imprenta por cansancio”.
ARTISTA INTEGRAL¿Qué más se encontrará en la muestra? Desde dibujos hechos por el propio Watanabe hasta la silla que usó Teresa Ralli en el unipersonal “Antígona”, escrito por el poeta; desde su carnet de biblioteca en Alemania hasta las ilustraciones de un bestiario hechas por el artista Eduardo Tokeshi inspiradas en la obra.
Lo que se pretende es cubrir las tan variadas facetas del autor. Como señala el curador: “Claramente la poesía es transversal a todo, pero Watanabe hacía muchísimas cosas: guiones de película, escenografía, artesanía, producción de TV, literatura infantil, cómics, etc.”. Chance inigualable de acercarse como nunca antes a su complejo y rico universo.
MÁS INFORMACIÓNLugar: Casa de la Literatura Peruana. Dirección: Jr. Áncash 207, Cercado de Lima. Fecha: del 22 de febrero al 18 de agosto. Inauguración: jueves 21 de febrero, 7 p.m. Ingreso: libre.