Un ejemplar en francés de “El héroe discreto” de Mario Vargas Llosa pende sobre sus dedos. Frío como el amanecer en Miraflores y la mayoría de sus connacionales, Laurent Binet (43) se apresta a disertar una vez más sobre Reinhard Heydrich, el “Obergruppenführer”, fundador de las SS y sus uniformes negros y logo rúnico. El espía, el intrigante, el asesino, el protector de Bohemia y Moravia.
El nazi asesinado en 1942 por la resistencia checoslovaca, aupada por los servicios secretos ingleses. Una vez más, 5 años después de publicado el libro que lo ha hecho famoso por esta parte del continente: “HHhH” (“El cerebro detrás de Himmler es Heydrich”).
-¿Hubo angustia de terminar el libro y despedirse de Heydrich?
Me dio miedo sentir el vacío de terminar un período largo de mi vida. Fueron 10 años dedicados a escribirlo, pero ha sido al revés. Entre conferencias, películas y documentales, me doy cuenta de que ese miedo no tenía fundamento, sigo hablando de Heydrich.
-¿Ha seguido investigando el tema?
Hace dos semanas estuve otra vez en Praga, donde me reuní con estudiosos y especialistas que siguen revelando cosas que yo no sabía .
-Cita el diario de Joseph Goebbels, el ministro de la propaganda nazi, donde se menciona a Gregory, un personaje que usted no ha logrado identificar.
Es cierto que he tratado de ser exhaustivo en mi investigación, pero no soy perfecto. Al momento de escribir no lo había logrado identificar, pero se trata de un representante de los servicios secretos nazis.
-¿No le gustaría ya dedicarse a otro tema?
Para fines de agosto es inminente la publicación de mi nuevo libro. Es una novela policial sobre la muerte de Roland Barthes, un caso de 1980 cuando en medio de la elección de Francois Mitterrand, intelectuales como Barthes, Jacques Derrida, Michel Foucault estuvieron presentes.
Binet se refiere a “La septiè- me fonction du langage” (Grasset) y la historia de los intelectuales posestructuralistas que, agrupados en torno a la revista “Critic”, estuvieron detrás de la elección de un gobierno de izquierda, y sobre el accidente que acabó con la vida de Barthes, que no habría sido tal.
-¿Está involucrado en la película que se hace sobre “HHhH”?
Yo prefiero que sean otras personas. He leído el guion y he dado mis opiniones, pero la película es trabajo de los productores, no mío. El filme va a ser muy diferente, del libro solo recoge la ascensión de Heydrich, que es muy novelesca.
-Y la cual es muy difícil de comprender.
No pretendo conocer la psicología de los nazis. No me he sentido muy atraído por las novelas psicológicas. Si bien como cualquiera he leído las novelas psicológicas francesas del siglo XIX, no creo que la psicología sea la mejor herramienta para conocer el nazismo. Más ayudan la historia y la sociología, Más interesante que un análisis psiquiátrico me parece la crisis alemana de los años 30.
-Cuando la realidad resulta más fascinante que la ficción.
Los hechos en el atentado de Heydrich son un cúmulo de mala y buena suerte. Nada resulta como estaba planeado, y lo fascinante es el heroísmo de estos hombres, ficcionalizar no contribuye en nada al texto, y esa es la problemática de mi libro, contar una historia real.