En cada estreno, después de que los actores gritan “¡mierda!” tras bambalinas, Chela De Ferrari camina detrás del escenario para evitar que el público –que ya está sentado en las butacas– la vea dirigirse a la cabina. Ese breve tránsito ha cobrado, con los años, un gran valor: a sus pies, por escasos diez metros, todavía se conservan las huellas de las manos del equipo que trabajó en el primer montaje de La Plaza.
Nunca se trató de una cábala ni de una tradición, ni siquiera 50 montajes o 10 años después de ese momento fundacional; siempre fue más bien, como ella anota, la única forma que tuvo para salir de la sala. Tan sencillo como eso. Pero desde hace algún tiempo, De Ferrari no puede dejar de pensar en lo que simboliza que allí descansen esas huellas.
“Para mí, significa construir sobre una base sólida, sobre una base que se va haciendo cada vez más profunda –explica De Ferrari–. Significa que vamos pisando más hondo. Las huellas de los que vinieron después no se marcan porque es un camino de cemento, pero están ahí, como si estuviésemos acumulando experiencias, historias, conexiones”.
Lo que dice la directora se ve reflejado en la programación del teatro La Plaza, que ella lidera desde hace más de quince años. La línea de sus obras muestra su compromiso con lo que sucede en el mundo y en el Perú: bastaría con recordar las puestas en escena del año pasado (“Hamlet” o “Yerma”) para dar fe de ello. Y la del 2020 no será la excepción; aunque, a diferencia de entregas anteriores, la oferta estará dedicada íntegramente a poner a la mujer como eje central.
La primera obra –que ya está en escena– es “Mi nombre es Rachel Corrie”, en la que Gisela Ponce de León se convierte en la famosa activista para evidenciar que la necesidad genuina de ayudar a los otros existe. Luego llegarán “La jungla” de Joe Murphy y Joe Robertson, a cargo de Josué Méndez, una forma de poner sobre la mesa la crisis de refugiados que vive el mundo; seguida de “Quemar el bosque contigo adentro”, trabajo que Mariana de Althaus todavía sigue desarrollando y que será protagonizado por Wendy Vásquez. Una obra sobre las nefastas consecuencias de la violencia en contra de la mujer. El año se cerrará con “Personas, lugares y cosas”, del dramaturgo Duncan Macmillan. Allí, Juan Carlos Fisher dirigirá a Jimena Lindo para hablar sobre las adicciones, quizá un mecanismo para hacer más llevadera la vida tan caótica.
—¿Por qué decidieron que las obras de este año sean protagonizadas por mujeres?
Estamos haciendo eco a muchos reclamos de actrices que dicen que nunca dan vida a personajes centrales, a protagónicos ricos e interesantes.
—¿Sería adecuado catalogar la programación como feminista?
Me gusta pensar que es una programación que tiene a la mujer como protagonista. Creo que es la forma más justa de llamarla. Son obras que tienen a mujeres en papeles protagónicos, papeles complejos que llevan la acción dramática y que nos hablan de un universo de mujer al que a todos nos haría bien acercarnos.
—¿En algún momento sentiste que la sociedad, quizás el sector teatral, te hacía perder oportunidades o te relegaba a ciertas posiciones solo por el hecho de ser mujer?
Mi historia es bastante particular porque, digamos, he hecho mi propio camino. He tenido la fortuna de poder abrir este espacio y de dirigirlo, por lo que no he tenido que pedirle permiso a nadie. Pero hay ocasiones, reuniones, en las que el hombre tiene una voz y suele mirar como algo menos a la mujer que está en el mismo espacio. Eso suele pasar. La verdad es que cada vez me sucede menos, pero recuerdo que, cuando era más joven, los hombres hablaban entre ellos y no se dirigían a nosotras, y una tenía que decir: “Estoy aquí también”. O reuniones familiares en las que los hombres iban por un lado y las mujeres por otro. Pero son frivolidades. Yo no he vivido lo que tantas otras: la postergación, la falta de oportunidades. No ha sido mi caso. Pero no por eso no reconozco que hay muchas que sienten una profunda indignación por la falta de oportunidades. ¿Cómo es posible que la mujer siga ganando menos que el hombre? Hace poco leí un artículo que decía que, incluso en países desarrollados, a veces cuando una mujer asumía la gerencia general, las acciones de la empresa caían en la bolsa. ¿Cómo es posible que eso todavía suceda? Yo me siento afortunada, pero reconozco que en el mundo, y en el Perú sobre todo, aún no hay igualdad. Y si hablamos de violencia en contra de la mujer, bueno... las cifras están ahí y son escandalosas.
—En ese sentido, ¿por qué no llamar feminista a la temporada?
¿Por qué no? Sí. No hay problema con eso.
LA VIDA DA VUELTAS
Antes de cumplir los diez años, Chela De Ferrari fue testigo del poder del teatro. En su casa de Magdalena, ella se quedaba en los rincones mirando al techo, pensando, creando. Su papá la veía y le bromeaba: “¿Dónde estarás? En la luna de Paita”. Eran, como ella recuerda, épocas de creación, de tomar una cámara de 16 milímetros malograda y jugar con el zoom para crear escenas, para escribir historias para que sus hermanas y vecinas montaran pequeñas obras.
“Cuando había reuniones familiares, aprovechaba para mostrar el trabajo que habíamos practicado. Claro que eran pequeños ensayos caseros, pero lo que me emocionaba profundamente era que, de pronto, la familia que estaba desperdigada se unía. Podían estar en una discusión, cada uno en lo suyo, y cuando yo anunciaba la obra se hacía una especie de silencio. Recuerdo cómo ese acto transformaba a ese grupo humano en una verdadera familia y cómo los pequeños montajes tenían ese poder”.
Las artes escénicas, sin embargo, no estuvieron en sus planes al momento de elegir una carrera, sino, más bien, la pintura. Toda su familia tenía el arte de la plástica, así que ese fue su camino. El tiempo, felizmente, la llevaría al teatro, lugar desde el que mantiene vivo el recuerdo de su niñez y sigue aprovechando las posibilidades de crear comunidad.
LA PROGRAMACIÓN
La Plaza
-“Mi nombre es Rachel Corrie”, que ya se puede ver en escena, va hasta el 3 de marzo. Actúa Gisela Ponce de León y dirige Nishme Súmar.
-“La jungla” se estrenará el 2 de abril bajo la dirección de Josué Méndez.
-“Quemar el bosque contigo adentro” es la nueva obra de Mariana de Althaus; será protagonizada por Wendy Vásquez. Se montará el 6 de julio.
-“Personas, lugares y cosas”, de Duncan Macmillan (con la mirada de Juan Carlos Fisher y con Jimena Lindo como protagonista), se estrenará el 18 de setiembre.
La Plaza Niños
-“Impro Ya!” se estrenará el 1 de marzo y se montará en el teatro La Plaza.
-“Frondoso” es una obra para bebés que irá del 14 de marzo al 20 de setiembre en el Gran Teatro Nacional.
-“Mi planta de naranja lima” se verá en escena del 18 de abril al 30 de agosto en La Plaza.