Orenthal James Simpson, con 70 años, es el único jugador de la NFL en correr 2.000 yardas en una temporada regular, era considerado un dios en Estados Unidos y su fama no cayó al colgar los botines y adentrarse al mundo del entretenimiento.
Pero el asesinato de su ex esposa Nicole Brown Simpson y de un amigo, Ron Goldman, lo bajaron del olimpo y lo llevaron al banco de los acusados en 1994 en el llamado "Juicio del siglo".
El jurado lo declaró inocente, aunque luego en una corte civil fuera hallado culpable y obligado a pagar 33,5 millones de dólares en daños, una cuenta que nunca finiquitó.
— Principal sospechoso —
En 1977 conoció a Nicole Brown, entonces con 18 años y mesera en una discoteca cuando él ya era una estrella. Se separó de su primera esposa, con quien tuvo tres hijos, y en 1985 se casó con Brown, con quien tuvo dos niñas. En 1992 se divorciaron.
Dos años después, el 12 de junio, Brown y Goldman fueron hallados muertos a puñaladas afuera de la residencia de ella en un suburbio de Los Ángeles.
Y O.J. Simpson se convirtió en el principal sospechoso de los brutales asesinatos.
Después que no se entregara a la justicia, la policía lo persiguió por horas por autopistas de la metrópoli californiana, operación que fue transmitida en directo y que se convirtió en uno de los fenómenos mediáticos de todo el país.
Su largo juicio -que fue objeto de varios documentales y series de televisión y acaparó la atención de buena parte del mundo- terminó en un veredicto de inocencia que dividió al país con una línea racial.
No pudo evitar las rejas cuando en 2007 fue arrestado en Las Vegas por secuestrar y robar a mano armada a dos coleccionistas de objetos deportivos.
Es el caso que le costó 33 años de cárcel y por el que sale este jueves en libertad condicional.
Fuente: AFP