Milagros Asto Sánchez

La detención de la expresidenta interina de ha avivado las tensiones en el país, donde conviven quienes ven esta situación como una persecución política y los oficialistas, que consideran que se está impartiendo justicia por el presunto golpe de Estado contra el exmandatario Evo Morales.

MIRA: Dictan 4 meses de prisión preventiva contra ex presidenta Jeanine Áñez por caso “golpe de Estado”

La noche del domingo, una jueza dictó cuatro meses de prisión preventiva para la exmandataria, que reaccionó en Twitter afirmando que estará detenida ”para esperar el juicio por un ‘golpe’ que nunca ocurrió”.

Áñez, de 53 años, fue detenida el sábado en la ciudad de Trinidad, capital del departamento amazónico de Beni (600 km noreste de La Paz). Dos de sus exministros también fueron apresados. Los tres están denunciados por sedición, terrorismo y conspiración.

El Comercio conversó sobre las consecuencias del arresto de la exmandataria con Raúl Peñaranda, periodista y analista boliviano y director del portal Brújula Digital.Obviamente esto causa mucha tensión, una acción así generalmente agrava la polarización. Nada menos que una expresidenta y dos ministros fueron encarcelados. No es algo habitual”, apunta.

—¿Considera que existe una motivación política tras esta detención?

Totalmente. En Bolivia la Justicia es dependiente del poder. Lamentablemente, no existe ningún fiscal que pueda considerarse que trabaje de manera autónoma. Todas estas acciones han sido coordinadas y tomadas por el gobierno mediante la fiscalía.

Justicia de Bolivia ordena 4 meses de prisión preventiva contra  la ex presidenta Jeanine Áñez. (Foto: EFE).
Justicia de Bolivia ordena 4 meses de prisión preventiva contra la ex presidenta Jeanine Áñez. (Foto: EFE).

—¿Cuáles serían las motivaciones del gobierno para promover estas acciones?

Yo creo que hay dos razones principales. La primera es tratar de zanjar de una vez por toda la discusión sobre si lo que vivimos en Bolivia en el 2019 fue un golpe de Estado o no. Lo que el gobierno quiere es intentar acabar con ese debate de una vez y simplemente decir que fue un golpe. ¿Por qué es importante eso? Porque si no fue un golpe entonces eso significaría que lo que tuvimos fueron unas movilizaciones populares que lograron la derrota del gobierno de Evo Morales y su posterior fuga, y esa es una derrota política y social. Para un líder como él, que tiene rasgos autoritarios, es inaceptable. Entonces el gobierno está haciendo esto para mostrarle al mundo y a su base política en Bolivia que Morales no cayó por protestas populares, sino por un golpe.

La segunda motivación es amedrentar a la oposición para debilitarla mucho y así tener en los próximos años un campo en el que nadie se oponga a su poder. Yo creo que se podrían pensar en esas dos motivaciones para la acción que ha tomado el gobierno.

En la imagen aparecen los expresidentes de Bolivia Evo Morales (izquierda) y Jeanine Áñez (derecha). (Foto: Reuters)
En la imagen aparecen los expresidentes de Bolivia Evo Morales (izquierda) y Jeanine Áñez (derecha). (Foto: Reuters)

—Jeanine Áñez no es una política muy popular, por lo que hasta ahora no se espera un masivo levantamiento ciudadano. ¿Hasta qué punto podría escalar esta crisis?

Yo creo que va a depender de los próximos pasos o las próximas decisiones que tome el gobierno. Si siguen las detenciones, como existen rumores de que sucederá, yo creo que la situación podría agravarse. Efectivamente, Jeanine Áñez no es una expresidenta popular. En estas últimas elecciones regionales no le fue bien en su propia región que es el Beni, en la Amazonía boliviana. Pero de todos modos ver tras las rejas a una expresidenta siempre da la posibilidad de victimizarla y seguramente hay mucha gente que se está solidarizando con ella.

De todos modos, este domingo han habido protestas espontaneas en la ciudad de Oruro, en el Altiplano boliviano. Fueron marchas de gente contra el gobierno, cosa que no había sucedido en estos últimos meses desde que Luis Arce llegó al poder. Además, el sábado la gente le gritó e insultó a Evo Morales cuando se subió a un vuelo comercial, fue tal la situación que el exmandatario tuvo que bajarse del avión. Yo creo que estas son señales de malestar y son realmente protestas espontaneas porque no han sido motivadas todavía por líderes políticos. Los líderes políticos aún están viendo qué hacer.

—La comunidad internacional ha mostrado sus reparos ante la detención de la expresidenta. ¿Cuáles son las principales preocupaciones en torno a este caso?

Todos han insistido en que no se ha respetado el debido proceso. En Bolivia los expresidentes no pueden ser enjuiciados por la Justicia ordinaria. Un expresidente solo puede ser juzgado por cualquier supuesto delito que haya cometido –ya sea corrupción, represión, uso de la fuerza, traición a la patria u otro– mediante el Congreso.

El Congreso, que en Bolivia se llama Asamblea Legislativa, necesita dos tercios para poder proceder a un juicio. El oficialismo tiene mayoría, pero no tiene dos tercios. Entonces detener a un expresidente y acusarlo por la vía ordinaria es una violación completa a la norma. Yo creo que esa es una de las preocupaciones de los organismos internacionales. También creo que, en general, les preocupa que un gobierno con tendencia autoritaria, como fueron los gobiernos de Evo Morales, se reitere ahora pero con otro presidente.

—¿Qué repercusiones podría tener esto para el gobierno?

Yo creo que el gobierno está calibrando qué pasos tomar. Hasta ahora lo que ha generado es una reacción de la oposición, una molestia de esos sectores. Seguramente su base estará satisfecha, pero yo creo que el gobierno se arriesga a que el país se desestabilice nuevamente.

Durante el gobierno de Evo Morales, mientras más se acercaba la reelección para su cuarto mandato en el 2019 hubo una cantidad de manifestaciones y polarización que terminó con su renuncia y fuga. Después de un año de un gobierno de transición, el MAS volvió a ganar con amplio margen. La oposición estaba totalmente desconcertada, perpleja y derrotada.

Ahora llega un nuevo gobierno como el de Luis Arce, con toda legitimidad, pero estas acciones lo que hacen realmente es ayudarle a la oposición.

La detención de Áñez representa un cambio de dirección por parte del presidente Luis Arce, exministro de economía de Evo Morales, quien se comprometió, cuando llevó al MAS de regreso al poder a "reconstruir y estabilizar" el país. (Foto: AFP)
La detención de Áñez representa un cambio de dirección por parte del presidente Luis Arce, exministro de economía de Evo Morales, quien se comprometió, cuando llevó al MAS de regreso al poder a "reconstruir y estabilizar" el país. (Foto: AFP)
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—¿En qué sentido?

Porque generan tal grado de molestia que la oposición que estaba derrotada, como se vio en los comicios de octubre, nuevamente recupera un poco de fuerza. Yo pienso que cuando un gobierno gana y tiene tal legitimidad debería actuar de una manera más respetuosa de la norma. Me parece que lo ha hecho ahora con la detención de Áñez es contraproducente para el gobierno, lo que hace es darle a la oposición darle nuevamente razones para luchar.

—Evo Morales insiste en pedir justicia para el presunto golpe de Estado en su contra. ¿Qué busca con todo esto?

No podemos saberlo realmente, él es un expresidente muy influyente en el gobierno, es el jefe del partido. Probablemente lo que quiere es no tener un rival para el futuro.

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