
Escucha la noticia
A quién confiarle el voto del 2026
Resumen generado por Inteligencia Artificial
Accede a esta función exclusiva
Resume las noticias y mantente informado sin interrupciones.
Como no tenemos un sistema electoral único sino dividido en tres, la pregunta sobre a quién confiarle las condiciones y garantías de un voto informado, limpio y transparente en abril y junio del 2026 encierra tanta incertidumbre como desconfianza.
Después del desastre político de Acción Popular (AP) –suplantación de delegados en sus elecciones internas–, cuánto de lo que haga o deje de hacer en adelante el Reniec repercutirá en lo que haga o deje de hacer la ONPE, y cuánto de lo que hagan o dejen de hacer estos dos organismos se convertirá en la revisión y decisión final inapelable del Jurado Nacional de Elecciones (JNE).
Ambas interrogantes cobran actualidad a la luz de las irregularidades que se pasaron por alto en las elecciones del 2021, incluida más de una vista gorda institucional, en medio del silencio y disimulo de quienes entonces se equivocaron al convalidarlas.
Ambas interrogantes resultan además más preocupantes que nunca ante el alto grado de desconfianza que rodea a las tres instituciones, en un nivel del 71%, según la encuesta nacional de Datum Internacional (9/11 y 11/11 del 2025). Otros datos de la misma medición no son igualmente tranquilizadores: la indecisión electoral llega al 73%, la desinformación sobre el proceso en marcha supera el 60% y la percepción de polarización política del país se eleva al 76%. Todo ello sumado a lo que ya conocemos bien: que a la postre tendremos más de 35 fórmulas presidenciales y parlamentarias compitiendo por el poder, lo que en la práctica pulveriza toda posibilidad de reconstruir un real y efectivo sistema de partidos.
En busca de extraer afanosamente certeza y confianza de la incertidumbre y la desconfianza reinantes, esperamos que el Reniec administre y custodie el padrón electoral no solo contemplando las formalidades legales, sino también cuidando en extremo la confidencialidad de los datos de identidad que contiene ese documento; esperamos que la ONPE no vuelva a tropezar dos veces con la misma piedra de ver y creer que no pasa nada (como en las elecciones internas de AP) cuando realmente pasan más cosas que ver y creer, y esperamos que el JNE convierta su instancia final e inapelable en suficientemente dura y drástica como para que partidos, campañas, debates y votos no vuelvan a ser más un espectáculo de politiquería barata y mentecata.
Carmen Velarde, Piero Corvetto y Roberto Burneo, mandamases del Reniec, de la ONPE y del JNE, no tendrán que meterse en el baúl de la “reserva oficial” ni del “secretismo burocrático”. El proceso electoral los necesita dando la cara, con sus voces y sus explicaciones, frente a cada problema capaz de torcer la voluntad popular y, por consiguiente, la delegación de poder de la ciudadanía.
Como se preguntaba Diana Seminario en su columna del viernes último, ¿quién nos garantiza que el anforazo de AP no se repita, multiplicado por cien o por mil, en las mesas de votación de abril y junio?

:quality(75)/s3.amazonaws.com/arc-authors/elcomercio/5d921a1a-6f29-49ec-b48b-c3522c485e59.png)









