Suman más de 15 congresistas izquierdistas los que se han redistribuido en diez partidos políticos para poder mantener su representación en las elecciones del 2026. Hasta el momento, hemos centrado el debate en la reubicación castillista en Podemos Perú, pero el problema es aún mayor y es algo a lo que deberíamos prestar más atención con miras a la próxima representación parlamentaria.
La izquierda parece haber entendido que sus propios partidos no son suficientes para llegar al poder y ha decidido repartirse y camuflarse en distintas agrupaciones. Su objetivo es llegar al poder como sea y eso implica ponerse cualquier camiseta política que estén dispuestos a prestarles. No importan las ideologías, lo que le importa a la izquierda es mantenerse en el poder y seguir impulsando sus agendas antitécnicas de las que tenemos una amplia gama de ejemplos, pero que podemos resumir bien en la afectación al sistema educativo con la carrera pública magisterial.
La izquierda está usando a los viejos y nuevos partidos políticos como combis electorales. Somos Perú afilió a Álex Paredes y Elizabeth Medina, dos exintegrantes de Perú Libre que hasta la fecha no se incorporan a su bancada. Intentaron inscribir a otro experulibrista como Segundo Quiroz, pero este no cumplió los requisitos ante el Jurado Nacional de Elecciones. Este mismo año, Quiroz se había afiliado a Podemos Perú, pero renunció antes de cumplir los dos meses.
APP llevaría en su lista de candidatos al Congreso a Roberto Kamiche y Jorge Marticorena, también de las filas del partido de los Cerrón. Otros experulibristas como José Balcázar y Óscar Zea han optado por marcas políticas nuevas como Ahora Nación (de Alfonso López Chau) y Progresemos (de Hernando de Soto), respectivamente. Mientas que Guido Bellido y Guillermo Bermejo se encuentran en proceso de inscribir sus propias agrupaciones políticas.
Esta práctica de camuflaje de la izquierda en partidos de variopintas tendencias, que hoy se muestra con más claridad, empezó con mayor fuerza tras el período complementario en el que los entonces antauristas de UPP se reciclaron en Podemos Perú, aunque la mayoría terminó renunciando tras no tener éxito electoral, como Rubén Pantoja o Héctor Maquera. Este último, que participó en el ‘andahuaylazo’ y purgó siete años de prisión, acaba de renunciar a Podemos Perú y se ha unido a la nueva agrupación Salvemos al Perú que impulsa el exministro Mariano González y que tiene entre sus figuras a la exministra Rosario Sasieta.
De los 35 partidos políticos con inscripciones, resulta fácil identificar a cinco de izquierda, pero su infiltración llega hasta al menos 16 agrupaciones. Esto, sin contar a las tiendas políticas en proceso de inscripción, donde tenemos otros nueve grupos izquierdistas.
Es importante entender que el negocio de la izquierda ya no está necesariamente en llegar a la Presidencia de la República. Su enfoque es tener bancadas con peso numérico en el Parlamento, además de contar con representantes de su corriente infiltrados en distintas agrupaciones. Y ese es un escenario peligroso que ni la nueva estructura bicameral podrá resistir.