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Despejando la cancha
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A menos de un año de las elecciones presidenciales, las campañas o precampañas electorales van tomando forma, y no precisamente por propuestas, sino más bien por la renuncia de potenciales candidatos.

El caso más llamativo fue la sonada renuncia del autoproclamado precandidato del partido , . El economista se fue alegando que no respetaron los acuerdos, que hay personas de dudosa conducta y que incluso están usando su imagen como propaganda electoral en todo el país.

De Soto no solo ha quedado fuera de la carrera presidencial, sino también de cualquier aspiración electoral como senador o diputado invitado en otra agrupación. Y es que los plazos le jugaron una mala pasada.

Quienes aspiran a ser invitados en listas parlamentarias y han militado previamente en otro partido, debieron renunciar a la agrupación el 23 de diciembre del año pasado. Tarde para tentar suerte aunque fuera de invitado. De Soto asegura que viene conversando con otros 10 partidos, pero sin ninguna posibilidad de candidatear a nada.

La congresista Flor Pablo, que fue elegida parlamentaria por el Partido Morado, se enlistó luego en Primero la Gente, pero para ella el plazo también venció. Renunció a esta agrupación política en enero de este año. Plazo vencido.

Susel Paredes, otra congresista elegida por el Partido Morado, también renunció a Primero la Gente en enero de este año, quedando también fuera de reelección al Congreso, pues no podría ir ni como invitada en alguna lista.

El congresista Edward Málaga parece que sí tenía el calendario electoral actualizado, pues renunció a Avanza País precisamente antes del 23 de diciembre y no tuvo ningún reparo en decir que lo hacía porque no descartaba ser invitado en una lista parlamentaria.

Y si a alguien se le ocurriera intentar modificar la norma, se encontraría con la dificultad que una vez convocadas las elecciones no se pueden modificar las leyes electorales. Así es la democracia, así son las reglas de juego. Las reformas que con tanto empeño fomentaron les terminaron jugando en contra.

Así, se van descartando algunas fichas y candidaturas.

Otro que ha dejado entrever que podría abandonar la contienda preelectoral es el comediante , quien viene evaluando la posibilidad de dejar el partido País para Todos al que se inscribió para tentar la presidencia de la República.

“Siempre he sido claro, directo y sincero; es cierto que en estos momentos las relaciones con la agrupación política no atraviesan por su mejor momento”, ha dicho.

Si Álvarez finalmente optara por la renuncia, también perdería cualquier posibilidad de participar en las elecciones del 12 de abril del próximo año.

Esta experiencia de candidatos que pierden soga y cabra debe servir –una vez más– para ser conscientes de que la militancia en un partido político no es una simple inscripción para tener una oportunidad electoral. Militar en un partido es comprometerse con un ideario, hacer vida partidaria y también aceptar las reglas de la agrupación. Y lo más importante: averiguar con qué personas van a asociarse antes de enrolarse. Ficha firmada, militancia aceptada.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Diana Seminario es Periodista

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