Editorial El Comercio

Por una diferencia de un voto, el Tribunal Constitucional (TC) declaró fundado un hábeas corpus presentado por los abogados de Vladimir Cerrón y ordenó que el Poder Judicial se pronuncie de nuevo en segunda instancia sobre la responsabilidad del exgobernador regional de Junín en el Caso Aeródromo Wanka. Con ello, queda anulada la sentencia del 6 de octubre del 2023, que condenó a Cerrón a tres años y seis meses de cárcel por corrupción y que motivó que pasara a la clandestinidad, convirtiéndose en un prófugo incómodo para el gobierno de Dina Boluarte.

En síntesis, el argumento de los abogados de Cerrón para recusar ese fallo se basa en los plazos de la prescripción del delito imputado a su cliente (colusión simple). Según ellos, como la fiscalía sostuvo que este se dio el 26 de julio del 2013 –cuando se presentó la iniciativa privada para la construcción del aeródromo Wanka–, el delito debió prescribir a los diez años; es decir, el 25 de julio del 2023. Sin embargo, la sala que lo condenó en segunda instancia argumentó que a Cerrón se le imputó la realización de una serie de actos posteriores para garantizar que el proyecto saliera adelante, incluyendo la ordenanza del Gobierno Regional de Junín del 23 de abril del 2014 por la que se adjudicó la obra, por lo que el delito no había prescrito cuando ellos fallaron.

Para cuatro magistrados del TC (Morales Saravia, Domínguez Haro, Gutiérrez Ticse y Hernández Chávez), no obstante, dicha sala se saltó “un aspecto fundamental para realizar el cómputo del plazo de la prescripción […]: establecer el tipo de delito según su ejecución”, que podría ser instantáneo, continuado o permanente. Por lo que ha ordenado al Poder Judicial un nuevo pronunciamiento que corrija esta situación.

Como es evidente, entonces, Cerrón no ha sido declarado inocente. Pero sus colaboradores tratan de engañar a la ciudadanía presentándolo como tal. “Es un triunfo de Cerrón, su partido y del pueblo que creyó en su inocencia”, escribió, por ejemplo, la legisladora María Agüero (Perú Libre) tras conocerse la resolución. A su turno, el expresidente del Consejo de Ministros Guido Bellido (hoy en Podemos Perú) cargó contra el Caso Aeródromo Wanka asegurando que este fue uno de “instrumentalización de los operadores de justicia para fines políticos”. Mientras que el segundo vicepresidente del Parlamento, Waldemar Cerrón, usó el fallo para recordar todas las veces que justificó la fuga de su hermano: “Cuando me preguntaban cuándo te entregarás a la justicia, respondimos que siempre estás en la justicia”. Cerrón, por cierto, continúa prófugo, porque sobre él aún pesan dos órdenes de prisión preventiva.

Sus seguidores, ciertamente, tienen algo para celebrar, pero que la ciudadanía no caiga en sus engaños; ni absuelto ni reivindicado, sus periplos judiciales continúan en pie.

Editorial de El Comercio

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