
Hemos recibido diversos telegramas provenientes de provincias del departamento de Puno en los cuales el texto es dramáticamente parecido. Los campesinos, sobre todo de Azángaro, literalmente mueren de hambre a causa de la destrucción de las cosechas. Esas personas viven de manera muy precaria, y su rudo trabajo apenas les alcanza para alimentarse y vestirse. Ahora no tienen a dónde volver la cabeza en busca de ayuda y por eso invocamos a que lo más pronto posible las autoridades del departamento y, si hace falta, desde Lima, les brinden apoyo con la mayor celeridad.
H.L.M.