¿Dónde está la derecha liberal?, por Fernando Vivas
¿Dónde está la derecha liberal?, por Fernando Vivas
Fernando Vivas

He oído por 25 años esta cantaleta: ¿Por qué no tenemos una izquierda moderna y liberal que crea en el mercado? Pero claro que la tenemos. Postuló sin suerte con en 1995, estuvo en la transición de Paniagua, se alió pasajeramente con y, ¡sí, señores!, gobierna Lima. Con todas sus ineficiencias y ligerezas que la alejan de una Bachelet, es una izquierdista liberal y moderna. No la pega de marxista, no ha firmado a favor de Maduro (como los ingenuos del Frente Amplio), es católica sin que su confesión le impida ser feminista pro LGTB, no hace populismo y cree tanto en la inversión que hasta concesionó el proyecto Vías Nuevas de Lima con cobro de peaje antes del comienzo de las obras. 

Hoy quiero oír otra cantaleta. Es más, la voy a corear: ¿‘Onstá’ la derecha liberal y moderna que cree en la regulación juiciosa del mercado? ¿‘Onstán’ los demócratas peruanos por oposición a los recalcitrantes republicanos? 

No están, ¡ni hablar!, en el fujimorismo. es equivalente de la derecha gringa ultrarrepublicana y autoritaria (el pastor Rosas, número 1 de su lista congresal, es prueba de ello). No están, definitivamente, en el ‘pontificio’ Partido Popular Cristiano. Cuando este perdió ante Susana en el 2010, me cuentan que Lourdes Flores se consoló alegrándose del triunfo de varios alcaldes distritales del PPC, en especial Raúl Cantella. ¡Qué patético! Este médico anacrónico quiso renunciar por problemas de salud, luego se arrepintió y hoy es títere de familiares y subalternos que luchan contra su vacancia. Lo cito porque, como alcalde de San Isidro, encarna el deterioro de la derecha tradicional en su emblemático distrito.

¿El Apra puede ser esa derecha liberal? Sí, y no dudo de que Alan tiene esa ambición, pero antes el partido tendría que replantear sus bases sociales y doctrinarias. Quizá lo mismo podríamos decir, cuando acabe su gestión, de Humala. ¿Toledo? Me temo que ha nucleado a una clientela de intereses en conflicto (Reátegui, Omonte, León), o de pensamiento confuso (Sheput, Mora) que obstaculizan una definición moderna. PP es hoy un partido a la defensiva. Por eso, Bruce, quien mejor talante tenía para definiciones, se fue por la libre. 

¿‘Onstán’? Creo que en la derecha pública, el más viejo resulta ser el más joven. Claro, . Él no estuvo en la marcha ‘pro vida’ como la cucufata de Lourdes, asumiendo el liderazgo espiritual de la Iglesia sobre su partido (algo en lo que, lamentablemente, coincide con Raúl Castro). Además, PPK no es hiperideologizado. Aunque liberal de espíritu, habla sin tapujos de las urgencias reguladoras del Estado, por ejemplo, en materia de agua o educación. Pero le sobran años y le falta un partido.

He conocido derechistas liberales en el PPC, como o Pérez Tello, pero uno por violento, la otra por miedosa, poco han hecho por refrescar a su anquilosado partido. ¿La Solidaridad de Castañeda? No, eso es clientela pura. 

Mi decepción respecto a Villarán y su entorno es similar a la que tengo respecto al PPC, pero en ambos hay liberales modernos que deben ponerse las pilas para definir nuestras alternativas al 2016. Las elecciones locales del 2015 nos servirán de ensayo.