En el 2022, al igual que en años anteriores, el Ministerio de Cultura otorgó S/24 millones en forma de estímulos para la actividad cinematográfica y audiovisual. Esta es una inversión pública que ha crecido consistentemente en la última década y que nos recuerda la importancia que estas actividades tienen a escala social, cultural y comercial.
La cinematografía, la televisión, la radio y, en general, los medios de comunicación masiva, son espacios donde el comunicador audiovisual puede presentar historias o narrativas que conmuevan, sorprendan y entretengan. En la realización de estos productos audiovisuales se ve reflejada la visión particular que su creador tiene acerca de la realidad y que será transmitida al público.
Es así como se pueden construir ventanas con imágenes y sonidos que nos transporten a las distintas realidades que componen nuestra identidad nacional. Estas son capaces de narrar la esencia del Perú con distintos lenguajes, desde los colores de nuestra Amazonía y su riqueza natural, hasta la sonoridad de los valles andinos, pasando por las dinámicas urbanas o llegando a las tradiciones de cada región.
Por medio de un documental o de una serie, de una telenovela o de un podcast, entre muchas otras opciones, el comunicador audiovisual es capaz de idear historias que expresen emociones que no solo lleguen a interesar al público, sino que nos motiven a repensarnos como personas, parte de una colectividad, de una nación, de un país.
En el Perú, tan diverso y muchas veces fragmentado, conocer lo que nos une es fundamental. En la Comunicación Audiovisual podemos hallar un medio para entender, reflexionar y construir nuestra identidad como peruanos y peruanas, labor que para los comunicadores es un compromiso permanente.