(Foto: Archivo El Comercio)
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Jorge Falen

La desaceleración económica que hoy afronta el país se ha trasladado a zonas alejadas y aparentemente prósperas como Madre de Dios. Según cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), publicadas en marzo, el PBI de esta región disminuyó un 9,2% en el 2017, la caída más pronunciada en el ámbito regional.

La economía de Madre de Dios ha sido muy volátil en los últimos años (ver gráfico) y se ha caracterizado por sus altibajos. Esto debido a su dependencia de la minería.

—Economía regional—

Madre de Dios es una zona importante para la minería nacional: produce el 11% del oro peruano, después de La Libertad y Cajamarca. Sin embargo, cerca de la tercera parte de su producción aurífera anual –estimada en 412 mil onzas finas– tiene un origen ilegal. 

Rony Pastor, ex director regional de Energía y Minas, explicó que, si bien las cifras oficiales indican que hoy la minería (ilegal, informal y legal) representa el 41% del PBI de la región, la suma de las actividades relacionadas (venta de combustibles, transporte, repuestos) influenciaría en la economía local hasta en un 70%.

Es decir, 7 de cada 10 soles producidos en Madre de Dios están vinculados con la extracción de oro y sus actividades afines.

—Dependencia minera—

El Instituto Peruano de Economía (IPE) ha dado cuenta de una relación estrecha entre la producción minera de esta región –y por ende de su PBI– y las operaciones de interdicción emprendidas en cada período.

Por ejemplo, en el 2014, la actividad económica regional descendió un 18,9%, lo cual estuvo asociado a una caída del 50% en la producción minera de ese año tras las acciones emprendidas por el Estado para combatir la minería ilegal. En contraste, en el 2015, la producción aurífera despuntó por el incremento de la minería informal.

Pastor explicó que esta “relación estrecha” es un proceso que se da desde inicios de este siglo, debido al alza del precio del oro (en los últimos 15 años aumentó de US$363 a US$1.257 por onza). “A partir del 2003, aumentaron las invasiones hasta la dimensión que se aprecia hoy. La situación es igual que en el caso de la coca: mientras el oro sea un producto rentable no tendrá sustitutos a corto plazo”, dijo.

—Impactos locales—

Para Carlos Zúñiga, decano del Colegio de Economistas de Madre de Dios, la verdadera dimensión de una economía ilegal –como la que se observa en esta región– escapa al alcance de las estadísticas oficiales y causa distorsiones en los mercados.

Agregó que las acciones tomadas desde el 2012 por el Estado para formalizar la actividad minera no han dado los resultados esperados y han ocasionado que más mineros migren a la región y extraigan ilegalmente.

“La minería formal en Madre de Dios cayó en el 2014, cuando se establecieron las cuotas de combustible, que representan el 15% del volumen de las operaciones”, dijo.

Se estima que la minería emplea directamente a cerca de 30 mil personas en la región. De estas, unas 10 mil trabajan de manera ilegal, en zonas reservadas o con maquinaria prohibida; mientras que el resto extrae de manera informal (en zonas autorizadas, pero sin permiso de explotación).

Antonio Fernández Jerí, ex alto comisionado para la formalización minera de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), indicó que el Gobierno debe enfocarse en destinar más recursos y estrechar la relación con los gobiernos regionales para enfrentar la minería ilegal.

“Se necesita un eje articulador en la formalización minera, como lo hacía la oficina del alto comisionado. Realizar interdicciones coordinadas [con Serfor, Osinfor] y encabezar la lucha contra los problemas sociales que trae consigo esta actividad”, dijo.

Esta oficina de la PCM fue desactivada en agosto del 2016. Actualmente, las labores de interdicción están a cargo de la Policía Nacional, Marina de Guerra, Ministerio Público y Ministerio de Energía y Minas.

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