Fernando Vivas

Cada semana Pedro Castillo y Vladimir Cerrón viven fricciones que amenazan quebrar su alianza, pero esta sigue en pie. Cerrón está prohibido de asomarse a la sede del poder, pero el primer ministro Guido Bellido es su hombre en Palacio y recibe ataques por todos los flancos, hasta del presidente. Su capacidad de supervivencia es tan sorprendente como los cuestionamientos que pesan sobre él. Todo esto constituye lo que llamamos, en una crónica anterior (“Escenas de un matrimonio” del 6/9/21), un matrimonio a la sueca, con platos rotos, infidelidades y amistes, pero relación conyugal al fin.